Un festín de sabores para disfrutar el partido
La emoción del Super Bowl no está completa sin una gran comida, y Heinz se aseguró de que los asistentes disfrutaran de un menú excepcional. Para los amantes de las alitas y los boneless, Sumo ofreció una variedad de opciones bañadas en salsas irresistibles que hicieron vibrar a todos con cada bocado.
Por su parte, Ruben’s Hamburgers preparó hamburguesas artesanales al carbón, destacando su inconfundible sabor ahumado. We Love Burgers complementó la oferta con sliders, perfectos para quienes querían disfrutar de un clásico americano sin perderse un solo segundo del partido.
Las papas a la francesa de McCain fueron el acompañamiento ideal, crujientes y doradas a la perfección. Mientras tanto, Oscar Mayer se encargó de los hot dogs, ofreciendo opciones personalizadas con una variedad de toppings y, por supuesto, el toque especial de las salsas Heinz.
Un ambiente de pura emoción y una sorpresa inolvidable
Más allá de la comida, la watch party de Heinz estuvo llena de emoción con cada jugada del Super Bowl 59. Con los Philadelphia Eagles y los Kansas City Chiefs en el campo, la energía se sintió en cada rincón del evento. La pasión de los aficionados se hizo presente, celebrando cada anotación, captura y jugada clave.
Pero el momento cumbre llegó con una sorpresa especial. Como parte de la dinámica organizada por Afizionados, se llevó a cabo un sorteo en el que el premio principal fue un jersey de los San Francisco 49ers autografiado por el legendario Joe Montana. Este inesperado regalo emocionó a los asistentes y reforzó el espíritu del fútbol americano en una noche que ya era inolvidable.
Un Super Bowl con el sello de Heinz
La watch party de Heinz no solo celebró el partido más importante del año, sino que también elevó la experiencia con una combinación perfecta de comida, pasión y entretenimiento. Con Heinz como anfitrión, cada bocado estuvo lleno de sabor y cada jugada se disfrutó al máximo.
Sin duda, esta edición del Super Bowl será recordada no solo por lo que ocurrió en el campo, sino también por el evento que Heinz ofreció a sus invitados. Una noche llena de emoción, sabor y momentos inolvidables que dejó claro que el Super Bowl es más que un juego: es una experiencia única.