
Hay colaboraciones que nacen desde una sala de juntas, y otras que surgen desde el alma. La que unió a Javier Garza, Empire Fine Jewelry y La Banda MS fue de las segundas: una coincidencia cargada de simbolismo, respeto mutuo y un amor profundo por lo que representa México en sus formas más auténticas: el arte, la música y el brillo que nace del corazón.
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El encuentro se dio en uno de los escenarios más vibrantes del país: la Feria del Caballo de Texcoco, donde miles de personas se dan cita cada año para celebrar con orgullo lo que nos identifica. En ese contexto, la entrega de dos piezas únicas a Walo Silvas y Alan Ramírez, vocalistas de La Banda MS, no solo capturó miradas, también provocó emoción genuina. Una emoción que no se ensaya ni se impone. Se siente. Y ellos la sintieron.
Las piezas fueron dos collares elaborados en oro rosado de 14 quilates, con diamantes naturales, diseñados y creados por manos expertas bajo la dirección de Javier Garza, fundador y CEO de Empire Fine Jewelry. Más que accesorios, fueron el reflejo de una visión compartida: la de enaltecer el arte mexicano con detalles que cuentan historias, que marcan trayectorias, que celebran momentos importantes.
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La reacción de Walo y Alan fue inmediata: sonrisas sinceras, palabras emotivas, abrazos, miradas que no se olvidan. En medio del bullicio, algo íntimo se vivió. Una conexión entre dos mundos —el de la joyería y el de la música— que, lejos de ser ajenos, resultaron ser profundamente cercanos.
Detrás de Empire Fine Jewelry hay una historia de pasión, trabajo constante y sensibilidad artística. Javier Garza, acompañado en esta travesía por su esposa y cofundadora Devany Garza, ha construido un concepto de lujo que trasciende lo material. Lo que buscan crear no son solo piezas valiosas, sino símbolos con alma. Y este momento junto a La Banda MS es un claro ejemplo de ello.
Empire Fine Jewelry, desde su base en Laredo, Texas, se ha convertido en un referente para quienes buscan algo más que una joya. Su próximo showroom físico en Laredo, cuya apertura ya está en cuenta regresiva, será la consolidación de un espacio donde el lujo, la identidad y las emociones convivirán bajo una misma vitrina.
Por su parte, La Banda MS vive una de las etapas más significativas de su carrera. Con el lanzamiento de su edición limitada del álbum Gracias a Ti, el grupo reafirma su compromiso con sus raíces y con el público que los ha acompañado a lo largo del camino. Ese agradecimiento no solo se canta: se porta. Y los collares de Empire, discretos, pero poderosos, parecieran ser una extensión visual de ese mensaje.
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“Cada pieza que hacemos tiene un porqué, una historia, un motivo”, comparte Javier Garza. “Y cuando unimos esa intención con artistas como La Banda MS, que representan el corazón de nuestra cultura, sucede algo mágico. Es como si la joya cobrara vida”.
Devany Garza, siempre presente en los detalles y decisiones clave de la marca, destaca que lo más importante es mantener la autenticidad: “Queremos que cada persona que lleve una pieza nuestra sienta que forma parte de algo más grande. Y cuando ves a artistas como Walo y Alan recibirlas con esa emoción, sabes que hiciste las cosas bien”.
La colaboración no se trató de una simple entrega. Fue un momento simbólico que quedó grabado en quienes lo presenciaron. Fue un acto de reconocimiento, de admiración mutua y de orgullo compartido por nuestras raíces.
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Y es que hay algo poderoso en ver cómo el lujo se pone al servicio de la identidad. Cómo una pieza puede representar una historia de esfuerzo, una carrera llena de éxitos, o un momento que merece ser recordado para siempre. Eso es lo que se vivió en Texcoco, bajo las luces del escenario y el calor de una noche de música.

Para Empire Fine Jewelry, esto es solo el comienzo de muchas colaboraciones significativas que vendrán. Para La Banda MS, fue otro capítulo dorado en una trayectoria impecable. Para Javier y Devany Garza, fue una confirmación de que la joyería no es solo una industria, sino un lenguaje. Uno que, cuando se habla desde el corazón, puede tocar a millones.
Y así, entre acordes y destellos, entre emociones y metales preciosos, quedó claro que hay un nuevo símbolo de orgullo mexicano: el que nace cuando la música y el oro se encuentran.