
Con la llegada del fin de las vacaciones, muchas personas experimentan una sensación de desánimo, fatiga y falta de motivación al reincorporarse a la rutina laboral o escolar. Este fenómeno, conocido como síndrome post-vacacional, no es una enfermedad reconocida como tal, pero sí un conjunto de síntomas físicos y emocionales que pueden afectar la calidad de vida durante los primeros días tras el retorno a las obligaciones cotidianas.
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Según especialistas en psicología laboral y salud mental, el síndrome post-vacacional se define como una respuesta de adaptación del organismo ante un cambio brusco entre un periodo prolongado de descanso y la reanudación de la rutina diaria. Se estima que entre un 25% y un 30% de los trabajadores puede llegar a padecerlo en algún grado, según datos del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

¿Por qué se produce?
El origen del síndrome post-vacacional está ligado principalmente a factores psicológicos y fisiológicos. Durante las vacaciones, el cuerpo se habitúa a un ritmo diferente, con horarios más flexibles, menos exigencias y mayor libertad para realizar actividades placenteras. Volver de golpe al estrés del trabajo, los plazos, los desplazamientos y la falta de tiempo libre puede provocar una desregulación del sistema nervioso, afectando el estado de ánimo y el rendimiento.
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Entre los síntomas más comunes destacan:
- Cansancio generalizado
- Irritabilidad o ansiedad
- Dificultad para concentrarse
- Trastornos del sueño
- Falta de motivación o tristeza
Aunque suele desaparecer en pocos días o semanas, si los síntomas se prolongan o se intensifican, podría tratarse de un problema más profundo, como un trastorno de ansiedad o depresión, por lo que se recomienda acudir a un profesional.
Consejos útiles para superar el síndrome post-vacacional
Expertos en salud mental y recursos humanos recomiendan una serie de medidas para facilitar la transición entre el descanso y la rutina laboral:
- Regresa con tiempoEvita volver de viaje un día antes de reintegrarte al trabajo. Lo ideal es regresar al menos 48 horas antes para adaptarte progresivamente.
- Planifica una reincorporación gradualSi es posible, organiza tus tareas de manera escalonada los primeros días. Empieza por actividades menos exigentes y deja lo más complejo para después.
- Mantén hábitos saludablesRetomar rutinas de sueño, una buena alimentación y actividad física ayuda a restablecer el equilibrio del organismo.
- Haz pausas activasDurante la jornada laboral, toma descansos breves para estirarte o salir a caminar. Esto reduce el estrés y mejora el enfoque.
- Integra momentos placenteros a tu rutinaPlanifica actividades que te gusten después del trabajo: leer, salir con amigos, practicar un hobby. Sentir que el día no se reduce solo al trabajo ayuda a mantener la motivación.
- Evita la sobrecarga de informaciónNo intentes ponerte al día con todo de una sola vez. Lee correos y mensajes por orden de prioridad y delega si es necesario.
- Habla de lo que sientesCompartir tus emociones con colegas o amigos ayuda a normalizar la experiencia y a recibir apoyo.

En definitiva, el síndrome post-vacacional es una respuesta natural al cambio de ritmo, pero con estrategias adecuadas, puede mitigarse e incluso convertirse en una oportunidad para replantear hábitos y prioridades personales. El regreso a la rutina no tiene que ser sinónimo de malestar si se aborda con empatía y autocuidado.