29 abr 2025 - 03:41 PMLogo La Crónica
Destino C

Más que una estrella pop: Lady Gaga es un torbellino de talento, resiliencia y locura creativa que redefinió la fama, la identidad y el arte en el siglo XXI

Tenemos que hablar de Lady Gaga: la camaleónica diva que convirtió el dolor en arte (y cambió el pop para siempre)

Tenemos que hablar de... Tenemos que hablar de Lady Gaga

De Stefani Germanotta a Lady Gaga: una outsider destinada a la grandeza

Antes de revolucionar los escenarios con plataformas imposibles, lentejuelas y coreografías memorables, Lady Gaga era Stefani Joanne Angelina Germanotta, una niña tímida, brillante y un poco “rara” viviendo en el corazón de Manhattan. Nacida el 28 de marzo de 1986, hija de una familia italoamericana tradicional, aprendió a tocar el piano antes de saber multiplicar, componía baladas antes de la secundaria y soñaba con escenarios que parecían inalcanzables.

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Tenemos que hablar de Lady Gaga Lady Gaga en la infancia

El colegio fue un infierno para Stefani. Fue objeto de burlas crueles por ser distinta debido a su profundo amor por el arte, su físico y su enorme ambición. En varias entrevistas ha contado que los pasillos del colegio eran campos de batalla donde aprendió a resistir a fuerza de creatividad. Esta resiliencia forzada, sin duda alguna, sería el cimiento de su futuro imperio artístico.

Tenemos que hablar de Lady Gaga Lady Gaga en la infancia

A los 17 años, ingresó a la Tisch School of the Arts de NYU, pero la rigidez académica pronto la frustró. “No podía quedarme sentada analizando a los grandes mientras mi alma pedía gritos a crear”, confesó años después. Abandonó la universidad para lanzarse al vacío.

Durante su etapa universitaria, sufrió el rechazo generalizado por parte de sus compañeros, quienes, debido al hambre arrasadora de quien se convertiría en una de las divas del pop más grandes de la historia, crearon un grupo de Facebook llamado “Stefani Germanotta, nunca serás famosa”.

Claramente, el bullying que enfrentaba no era sutil. De acuerdo con Lauren Bohn, quien estudiaba primer año en la Universidad de Nueva York, casi al mismo tiempo que Lady Gaga:

“La página contenía fotos de una guapa estudiante de 18 años de la Universidad de Nueva York, con aires de Norah Jones, que cantaba y tocaba el piano en bares locales”.

“El grupo estaba plagado de comentarios, afilados como agujas de puercoespín”, utilizando la pretendida libertad de expresión como escudo protector para, impunemente, ofender.Llamaban a la aspirante a música “prostituta” y preguntaban: “¿Quién se cree que es?”. También recuerdo a un tipo que publicó un volante anunciando uno de sus próximos conciertos en un bar de pueblo. Claramente, había pisoteado el volante; la silueta de su alma embarrada luchaba por eclipsar su nombre”.

Tenemos que hablar de Lady Gaga Grupo de facebook en contra de Gaga durante sus años de universidad

A los 19, abandonó la universidad y comenzó a trabajar como mesera en Little Italy, mientras componía canciones para otros artistas y vivía en un departamento diminuto, sobreviviendo a base de pizzas frías y sueños rabiosos.

Desde luego, el acoso escolar nunca le impidió alcanzar sus metas, sino esta sería otra historia. Gaga trabajó duro por el éxito que tiene, siempre preparada para aprovechar las oportunidades cuando estas se presentaran.

Pero hay quienes nacen con estrella y ella la tenía. Desde los 11 años, Gaga tomó clases de canto con Don Lawrence, el mismo profesor de canto que había enseñado a Christina Aguilera, y continuó trabajando con él incluso después del despegue de su carrera. También tomó clases de piano y actuación, habilidades que finalmente le valieron un Óscar.

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Tenemos que hablar de Lady Gaga Lady Gaga a punto de graduarse con la clase de 2004 (abajo a la izquierda)

El nacimiento de Lady Gaga: cuando la rareza se volvió revolución

¿El punto de inflexión? Crear un alter ego que la protegería de un mundo que no sabía qué hacer con su intensidad y su deseo férreo de convertirse en quien siempre había soñado. Inspirada por David Bowie, Freddie Mercury y Madonna, fue como su mente conceptualizó, creó y vio nacer a Lady Gaga: un ser mutante, teatral, provocador, camaleónico y sobre todo sin miedo a ser “demasiado”.

Esta “pantalla” o “capa” artística, llevó de la mano a Stefani por el camino del éxito, impulsándola a sí misma al atrevimiento y a soltar el peso del “que dirán” que la había encadenado en diversas etapas de su vida.

Tocar puertas cerradas a la irreverencia fue su día a día. La sensación de fracaso constante y el peso de que quienes podían ayudarla no entendieran su arte, le gestaba monstruos que tiempo después la cobijarían.

Tenemos que hablar de Lady Gaga Stefani Joanne Angelina Germanotta , "Lady Gaga", en la adolescencia

La verdadera explosión llegó en 2008 con The Fame, su álbum debut. “Just Dance”, “Poker Face” y “Paparazzi” no solo dominaron las listas a nivel mundial, sino que reescribieron las reglas del pop.

Gaga convirtió la superficialidad y la obsesión mediática en arte consciente. Su imagen establecida como una mezcla entre el futurismo, el cabaret y la ciencia ficción, la convirtió en un fenómeno cultural. Era la outsider que convirtió la rareza en tendencia.

Pero mientras el mundo la aplaudía, por dentro, Stefani seguía luchando. Lo que pocos sabían era que detrás del maquillaje y los tacones de 30 centímetros, Gaga luchaba contra la ansiedad, dolor físico crónico y traumas no resueltos.

Además de todo eso, su carrera comenzó teniendo una nueva lucha de dominio popular, la cual, iba más allá de un salón de clases: los cuestionamientos sobre su sexualidad, su supuesto hermafrodismo y pactos o mensajes satánicos en su música.

Tenemos que hablar de... Tenemos que hablar de: Lady Gaga

El precio de la fama: dolor, enfermedad y transformación

En 2016, el mundo vio por primera vez las grietas en el brillante espejo de Gaga. En su documental Gaga: Five Foot Two, se sinceró sobre su diagnóstico de fibromialgia, una enfermedad invisible que le provoca dolores insoportables, fatiga extrema y crisis de movilidad.“Cada actuación es una batalla”, confesó. “Algunas veces salgo al escenario apenas pudiendo caminar, pero sigo adelante porque ese escenario es mi vida”.

Además, Gaga ha hablado abiertamente sobre haber sido víctima de abuso sexual a los 19 años, un trauma que cargó durante años en silencio. La canción “Til It Happens to You”, que escribió para el documental The Hunting Ground, le dio voz a miles de sobrevivientes. No solo compartió su dolor: lo transformó en arte, en activismo, en catarsis colectiva.

Muchos artistas cantan sobre el amor o el desamor. Gaga canta sobre el sobrevivir, el renacer, el ser imperfectamente humano en un mundo que exige perfección.

Beyond the meat dress: la artista plenal que desafió todos los moldes

Sí, todos recordamos el vestido de carne que usó en los MTV Awards 2010. Pero Gaga siempre fue mucho más que sus performances extravagantes. Cada show, cada alfombra roja, cada video es una declaración artística. Gaga vive en performance constante, como una Warhol del siglo XXI, empujando los límites de la identidad, la sexualidad, el género y la fama.

Con Born This Way en 2011, Gaga ofreció uno de los manifiestos pop más radicales sobre inclusión, diversidad y amor propio. El álbum se convirtió en un himno global para las comunidades LGBTQ+ y para todos aquellos que alguna vez sintieron que no pertenecían. No fue casualidad que en 2012 fundara la Born This Way Foundation, dedicada a promover el bienestar mental y combatir el bullying entre jóvenes.

Su activismo no es marketing: es visceral. Para Gaga, cada paso en el escenario y cada entrevista son actos de resistencia y empoderamiento.

Momentos clave que definen a Lady Gaga como leyenda:

  • 2009: Su presentación en los MTV VMAs, sangrando en escena, fue una crítica brutal a la fama como espectáculo morboso.
  • 2015: Su interpretación de "Till It Happens to You" en los Oscar, acompañada de sobrevivientes de abuso, dejó al mundo en lágrimas.
  • 2018: Su actuación en A Star is Born junto a Bradley Cooper la consolidó como actriz, llevándose un Oscar a Mejor Canción Original por "Shallow“.
  • 2020: Con Chromatica, Gaga creó un planeta sonoro donde la tristeza, la esperanza y el techno pop convivieron en un mismo espacio.

Lady Gaga hoy: resiliencia, arte y sanación

A sus casi 40 años, Lady Gaga no se detiene. Después de conquistar la música y el cine, está explorando nuevos caminos en la actuación, la moda y el activismo social. Su participación en House of Gucci en 2021, la llevó a ser nuevamente nominada a los premios más importantes del cine, demostrando que no hay territorio artístico que no pueda conquistar.

¿Su motor? La necesidad de conectar, sanar y crear. En entrevistas recientes, Gaga ha hablado de su amor por la “vida simple”, de cómo la terapia, la meditación y su familia la han ayudado a encontrar equilibrio en un mundo que nunca se detiene.

Lady Gaga es hoy una sobreviviente, una líder cultural y, sobre todo, una artista que sigue apostando a la autenticidad en tiempos de máscaras digitales. Su lección más poderosa: ser vulnerable no es debilidad, es un acto de valentía radical.

Reflexión final: ¿por qué Lady Gaga importa más que nunca?

En un mundo saturado de imágenes perfectas, filtros y éxitos desechables, la historia de Gaga es un recordatorio brutalmente necesario de que el arte auténtico nace del caos, del dolor y del amor propio. Gaga no solo hizo hits: cambió la conversación cultural sobre la identidad, la salud mental y el poder de la diferencia. Y mientras siga subiendo al escenario, ya sea con lágrimas, con risas, con cicatrices visibles o invisibles, seguirá recordándonos que ser imperfecto es, quizá, el acto más revolucionario de todos.

El SEO de una diva del pop:

  • Tiene sinestesia: ve colores cuando escucha música, lo que influye en sus videos y escenarios.
  • Es hiperempática: asegura que puede “sentir el dolor ajeno” con mucha intensidad.
  • Ama la gastronomía italiana casera: su restaurante favorito en Nueva York es Joanne Trattoria, propiedad de su familia.
  • Adolescente prodigio: a los 13 años, escribió su primera canción, mientras que a los 14, durante la secundaria, participaba en todos los festivales de música organizados por el instituto consiguiendo los papeles protagónicos.
  • La primera firma: Firmó por primera vez con una importante discográfica cuando tenía tan solo 19 años. Lamentablemente, tras unos meses, fue rechazada bajo la excusa de que “no era la persona adecuada para ellos”.
  • Rob Fusari: el novio de la artista en 2008, fue quien la presentó a Interscope Records como compositora. A partir de ese momento su carrera despegó.
  • Akon: Gaga escribió canciones para Fergie, las Pussycat Dolls y Britney Spears, cuando el cantante Akon escuchó una de las voces de referencia de Gaga grabadas para ellas y la contrató.
  • Antes de cada show: se persigna y agradece a sus “monstruos” internos.
  • Su primer disco fue financiado por: la venta de su auto familiar.
Lady Gaga Lady Gaga y Rob Fusari

Stefani es una lección de vida y parte de la resiliencia misma. Un ejemplo nato de la disciplina, la constancia y la lucha, todos arrastrados como sentencia de la búsqueda de sus sueños.

De forma personal recuerdo haber conocido el trabajo de Gaga desde el lanzamiento de “Poker Face” una tarde en mi cuarto de adolescente. Me sentí impresionada por lo que veía y me generaba emociones positivas, pero que no entendía; sin embargo, tomó especial relevancia en mi vida gracias a una franca amiga que me ha acompañado desde la universidad hasta el día de hoy.

Jess es una mujer delicada. Pero no de esas de frágil cristal, es delicada como bomba alemana. Ella es de esas que opacan al fuego artificial mismo. Apasionada, dedicada, aferrada y leal hasta el núcleo. Brilla, ríe, viaja y vuela con energía propia. Gracias a ella, he profundizado en esto del “monsterverso” y he logrado entender mucho de su filosofía de vida con ello.

Gracias a ella, he logrado ver a artistas como la “Mother Monster” ser el factor transgresor que revela, impulsa y genera. La moneda de cambio del buen ánimo y, a la vez, la compañía y el aliento que necesitan los momentos bajos.

Que nunca nos falte una “Lady Gaga” en nuestras vidas, pero que Stefani Germanotta nunca le falte a mi Jess.