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La pasada sesión de la diputación permanente de la ALDF, José Antonio Zepeda Segura, integrante del grupo parlamentario del PAN, presentó un punto de acuerdo para crear una comisión especial que dictamine las propuestas que se encuentran varadas en la Comisión de Seguridad Pública que preside, nada más y nada menos, su señora madre, la diputada María del Carmen Segura Rangel.
Pareciera que el diputado Zepeda peca de ingratitud al quitarle la responsabilidad a su progenitora de cumplir cabalmente con su trabajo; sin embargo, esto sólo obedece a una estrategia mediática creada por la matriarca de esa familia con el fin de posicionar al orgullo de su nepotismo, porque lejos de sus vacías propuestas no ha existido nada que revolucione el marco legal de la ciudad. Es más, su desempeño sólo ha tenido como objetivo bloquear los dictámenes que ésta legislatura ha aprobado en beneficio de la sociedad. Como ejemplo recordemos su negativa de suscribirse a la interrupción del embarazo, a la castración química en contra de violadores o a las sociedades en convivencia.
El fondo del agandalle radica en posicionarlo como el gurú de la reforma penitenciaria para que se diga que algo hizo en la presente legislatura. Por ello, sin importarles la significativa erogación que genera la manutención de las comisiones legales de la ALDF, pretenden ahora crear una nueva comisión por cada iniciativa que se presenta, en pro de la imagen y reconocimiento, como las mafias italianas, de un miembro de la familia.
Es por ello que a pesar de que este diputado crea que aprobando sus ocurrencias eclesiásticas, entre ellas la creación de la figura de un juez penitenciario que tarde o temprano se va a corromper, el Sistema Penitenciario no tendrá ningún cambio si no se contempla en su reforma la clasificación y reclasificación eficiente de los presos; es decir, iguales con iguales; trabajo, educación y capacitación obligatoria; terminar con el hacinamiento de presos; vigilancia permanente a través de un centro de monitoreo operado desde la PGJDF y que los custodios tengan ascensos laborales y pertenezcan a la Secretaría de Seguridad Pública.
Sólo así, con una reforma sustancial y no con ideas o caprichos de momento como lo pretende el legislador panista, vamos a cambiar nuestro sistema penitenciario.
* Diputado local GP-PRI
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