Escenario

COBERTURA. La nueva obra de Fernanda Valadez y Astrid Rondero compite en el Festival Internacional de Cine de Morelia donde se presentó este fin de semana

‘Sujo’, una película sobre crecer en el México más violento

Elenco de Sujo Imagen de la conferencia de prensa. (Iván Villanueva/EFE)

Después de su exitoso paso por Sundance y de ser elegida como la esperanza para México en los Premios de la Academia del 2025, Sujo tuvo su estreno nacional en el 22 Festival Internacional de Cine de Morelia.

Fernanda Valadez y Astrid Rondero, directoras del proyecto junto a su cast y al productor Nicolás Celis, entraron en detalle en la conferencia de prensa sobre esta emotiva historia acerca de romper el paradigma de la violencia hacia un lugar más esperanzador.

La idea original vino de cuando estábamos haciendo investigación de campo para Sin Señas Particulares. Fuimos a hacer casting a muchos chicos de comunidades cercanas al lugar donde filmamos, ahí a las afueras de Guanajuato. Y nos conmovió mucho las historias que ya escuchábamos de chicos que optaban por la migración en su mayoría, pero también el desplazamiento forzado de alguna manera hacia otras ciudades de México”, mencionó Astrid.

Había otras historias también, de los primeros coqueteos de entrada a trabajos en distintas capacidades en el crimen organizado y en ese momento estábamos en otro relato. Pero le comenté a Fer que me inspiró mucho lo que nos contaron. Esa sensación de crecer en un país como el que vivimos, que son muchos países, para nosotros”, puede ser otra cosa. Pero para un chico que está creciendo en esas condiciones, pues sí, efectivamente pareciera que está en llamas. Por eso fue que decidimos contar Sujo”.

“Fue un camino largo para llegar a ello, pero de ahí viene esa idea. Y por supuesto para nosotros también es importante hablar de este tema de la oferta en este país, de tantas víctimas de violencia. Y bueno, la numeralia es muy inquietante, no hay un número fijo por supuesto, pero hay asociaciones que indican que puede llegar hasta 1.6 millones de huérfanos producto de la violencia en este país”, añadió Valadez.

Nicolás Celis explicó por qué decidió apoyar este relato. “Admiro mucho el trabajo de Astrid y de Fer, desde hace mucho tiempo, y quería trabajar hace tiempo y creo que Sujo fue el momento correcto para hacer este viaje. Creo que esta película tiene una fuerza impresionante y emocionante. Siento que es una película que nos va a dejar mucha huella y es para mí un escalón aún más grande que han escalado. Esperamos mantener viva esta fuerza y efervescencia que tiene hoy en día el proyecto pues es impresionante”.

Sujo permite reflexionar sobre la posibilidad de romper con ese arco de violencia que rodea al protagonista. Sobre eso, Fernanda opinó: “El cine para mí es un medio de conversación maravilloso donde podemos plantear justo estas preguntas. Y el cine no cambia la realidad, no puede dar esta respuesta de manera general. Pero para nosotras, por supuesto que es posible. La película deja al personaje en un punto abierto, donde para cada espectador el final puede ser distinto, y eso va a depender también de nuestros propios prejuicios. Si un niño en esta situación nace con esto como destino ¿puede tener una vida diferente?”.

La respuesta por supuesto que tiene que darla la sociedad y tendría que ser que si fuera posible para un chico que nace en una comunidad rural no está destinado a la violencia porque de otra manera estaríamos diciendo como mexicanos que estamos destinados a ella en un momento donde hay una crisis humanitaria, pero también de perspectivas para toda una generación que ya nació en este contexto”, expresó.

“Creo que, como personas que nos dedicamos al cine, como personas, ustedes que se dedican al periodismo, a lo mejor nuestro prejuicio es lo que nos hace o nos pone ese límite, porque también México está lleno de historias de personas que rompen lo que parece un destino”, añadió.

Juan Jesús Varela ahondó en cómo fue darle vida a Sujo y dotarlo de este halo de esperanza positiva a pesar de todo lo que vive. “Para mi, principalmente el poder darme cuenta que el personaje toda su vida conllevaba de todo eso, lo mejor que me quedó hacer fue conocerlo un poco más, profundizar en él y darme cuenta de que no importa de dónde vengas, ni a dónde vas. Esa sonrisa es, para mí, lo que representaba todo”.

La educación como base para ofrecer una nueva perspectiva de vida resuena en la cinta, tema que para Valadez y Rondero, era imposible de ignorar. “Creo que para Astrid y para mí en esta película en particular era importante hablar de la educación, por supuesto, que parece ser una aspiración pasada de moda, pero que nosotros estamos convencidas de que no es nada más tener un título ni la posibilidad de un mejor ingreso, sino de convertirte en quien realmente eres. Es tan importante porque es el personaje a través de quien Sujo se va formando espiritualmente”, aseveró Fernanda.

Valadez también habló sobre lo que buscaban transmitir con su protagonista. “Queríamos entender qué podía llevar o qué era lo que guiaba a un joven a cometer actos de brutalidad. Y con Sujo, lo que queríamos era hacer el camino total, porque nos llega también años después, al darnos cuenta que eran reflexiones necesarias y que podíamos compartir y que fuera parte de una conversación presente. El personaje siempre estará en la vulnerabilidad pero creo que esa es parte de la gente y las heridas que todos los mexicanos, particularmente los cercanos a la violencia, tienen. Pero el hecho de continuarla o no es donde radica la diferencia”.

A pesar del duro tema que maneja el filme, las cineastas creen es necesario seguir creando estos relatos que provoquen una conversación. “Los temas que nos duelen son algo que no tenemos que dejar. También hay que entender que el público también está cansado y no contra un género, sino contra la realidad misma y ahí siento que, desde el lado creativo y de escoger temas para películas, hay que saber cómo mantener la conversación sobre la mesa, cómo lograr conectar con un público que le importa pero que también le duele”, expresó.

Lo que hace muy particular y muy especial a Sujo es que está llena de verdad, de humanidad y de personas con muchos claros puntos, porque la vida y la violencia también tienen momentos esperanzadores, hay ventanas de oportunidad para el cambio para moverse de ahí. Hay que hacer cine que te mueva a ti y a la audiencia más que del tema mismo”, declaró Rondero.

Valadez aprovechó para apuntar el porqué de la elección de Tierra Caliente para el desarrollo de su historia. “Lo increíble es cómo en México la violencia no amaina, sino parece más bien nada más migrar a otra ubicación. Tuvimos mucha lectura sobre el trabajo de Javier Valdés, en un libro que creo que es seminal, importantísimo, acerca justo de los huérfanos del narco. Fue un proceso muy largo de investigación y nos parecía que esa era la zona que mejor explicaba un poco lo que queríamos contar. Una especie de zonas de silencio, donde mucha parte de la población que se queda vive casi con una ausencia del Estado”, dijo.

La narrativa en Sujo es episódica, como la lectura de un largo libro que nos lleva del campo a la ciudad. Sobre eso, Fernanda expuso: “Para Astrid y para mí uno de los retos que más nos emocionaban de esta película era poderla contar en episodios. Eso nos daba la oportunidad de que cada parte tuviera un estilo propio visual y narrativamente, como si fuera un clima que va cambiando y que tiene que ver con el momento emocional y de crecimiento en el que está el personaje”, comentó.

“Y en ese punto de la infancia queríamos que la vida de su hijo estuviera permeada por la relación con Nemesia, su tía, y que el contacto con el mundo tuviera esa perspectiva infantil donde están los niños que están abiertos al misterio, a lo complejo del universo de una manera muy positiva, de contacto con la naturaleza. Entonces, esto que es un poco místico tiene que ver con ese momento de crecimiento del personaje”, sumó.

El filme que representará al país en la presenta carrera por el Oscar, habla también sobre la crianza y la maternidad desde un punto de vista especial. “Es interesante cómo la maternidad, con respecto a su hijo, está repartida entre tres mujeres. Y en el caso de la profesora, de Susan, que es mi papel en la película, pues me dedico a ello en la vida real”, reflexionó Sandra Lorenzano.

“Siento que se juntan las orfandades en el caso de ella. Su hijo es un huérfano y, de alguna manera, también ha perdido a un ser fundamental en su vida, que es el hermano. Ambos vienen de dos violencias y son dos seres desamparados que de alguna manera empiezan a protegerse uno al otro”, agregó.

“Pareciera más evidente que Susan guía a Sujo y sin embargo, sucede al revés en esta nueva forma de relacionarse con un joven. Creo que en ese sentido, la mirada femenina está en eso, en esa capacidad de protección y de querer de una manera acogedora, cálida, sin ser una cosa encimosa o empalagosa. Estamos ante una forma diferente de femineidad y maternidad. Y al final, las mujeres somos las que cuidamos y protegemos siempre mientras ellos se van”, finalizó la actriz.