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Una tarde tranquila y a gusto fue la que recibió ayer al cantante dominicano Juan Luis Guerra que con más de 40 años de trayectoria trajo una fiesta muy latinoamericana a el Palacio de los Deportes donde reunió a una variopinta comunidad internacional, donde además de miles de mexicanos bien se hicieron notar venezolanos, colombianos, entre otros.
Luego de la participación de la cantautora dominicana Snenie, quien trajo su particular mezcla de folk, indie pop y soul al Domo de Cobre donde fungió como artista invitada y encaminó a los escuchas a lo que sería una noche de mucho baile, para este momento la venue ya estaba a una capacidad considerable.
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Alrededor de las 21 hrs y con un elegante retraso de quince minutos por fin se apagaron las luces y un gráfico que asemejaba un túnel hacia el cielo comenzó la noche, seguida de un gran estruendo sonoro de “Rosalía” y una figura reconocible aparecía ante los ávidos ojos de los miles de espectadores que respondieron con gritos y palabra de aliento para el nacido en Ciudad Trujillo, Santo Domingo.
Entre mar y palmeras, es como se llama este show que presentó Juan Luis Guerra, y no podrías ser mas certero este nombre pues la música del dominicano siempre rememora esos lugares con la mezcla de mambo, merengue, bachata y salsa, además que más de 40 años de trayectoria lo avalan.
“Buenas noches México, espero que disfruten mucho esta noche entre mar y palmeras”, dijo el cantautor que desde un inicio se mostraba sorprendido de la entrega de su público, quien llenó la venue que se mantuvo todo el concierto de pie bailando cada ritmo que se interpretaba.
El concierto y el eterno baile siguió con “La travesía”, que de alguna manera cobró mucho sentido porque la pieza menciona un sinnúmero de lugares del mundo y fue un reflejo de este concierto donde brilló México y los mexicanos desde luego pero también toda América Latina.
“La llave de mi corazón”, “Vale la pena”, “Como yo”,“Para ti” y “El Niágara en bicicleta”, continuaron, esta última una de las favoritas de la audiencia y quizás la canción más cantada por todo el recinto y una de las que lo catapultó a todo el mundo.
Hay que recalcar la importancia que tiene Juan Luis Guerra en la industria musical que a lo largo de su carrera ha vendido más de 30 millones de discos y ganado numerosos premios, incluidos 27 Grammy Latinos, dos premios Grammy y once Premios Latin Billboard, además de ser la fuente de inspiración de muchos otros artistas y no solo de géneros tropicales.
Algunos de los mayores éxitos del cantautor dominicano fueron relegados a un medley como “Burbujas de amor”, “Frío frío” o “La hormiguita”, que en su momento sonaron por todos lados, pero esto se entiende porque si de por si fue un concierto de casi dos horas, si le dieran peso a todas las piezas se extiende al triple la velada, aunque combinaron muy bien con otros exitosa como “Muchachita linda” o “Bachata en Fukuoka”.
En un respiro que se tomó el cantautor le cedió brevemente el micrófono a sus coristas que continuaron el concierto con la interpretación de “Tú” y “Como abeja al panal”, además de un medio tiempo usual donde presentaron a los músicos que componen a la 4.40, un momento raro que desató las sospechas de que quizás le cayó de peso la altura al protagonista de esta historia, pero sumamente musical donde todos los integrantes de la banda mostraron su dominio en su instrumento, simplemente maravillosos.
Luego de este breviario musical, Juan Luis Guerra regresó para interpretar de forma inmediata “Visa para un sueño”, “Mambo 23”, “El costo de la vida” , “Ojalá que llueva café” otro de los temas que lo catapultó a nivel internacional que trajera a México Café Tacvba en el 96, tema seguido de “Noviecita”, “El farolito” y “Las avispas”, que terminaron la parte oficial del concierto.
Pero ya se la saben, el insaciable público siempre quiere más y tras despedirse sentidamente el cantautor dominicano regresó ataviado con su clásica chamarra de mezclilla y el logotipo de su quinto álbum Bachata Rosa, emocionado interpretó finalmente “A pedir su mano”, y desde luego “Bachata rosa” y “La bilirrubina”, terminando una gran noche con broche de oro.