Uno de los cortometrajes que ganó su mención honorífica en el Festival Macabro XXIII fue el más reciente proyecto de Pablo Olmos Arrayales, Nocturna, un estilístico cortometraje alejado de la sencillez y el blanco y negro de su ópera prima en una sola toma, Rendez Vous. Crónica Escenario pudo charlar con el director acerca de esta historia de vampiros, la sed de sangre y el metro.
Para Pablo, la motivación de hacer Nocturna fue bastante clara. “Tenía ganas de seguir haciendo algo audiovisual, pero en particular, una de las productoras, Eugenia Orozco, tenía muchas ganas de rodar en el metro de la Ciudad de México. Y la idea original era hacer algo de zombies en hora pico en el metro real, pero era muy complejo a nivel logístico de producción”, dijo.
“Después me contó una leyenda urbana sobre unas brujas en Iztapalapa, unas mujeres que secuestraban gente y la sacrificaban en la Cueva del Diablo. Entonces, nos atraía mucho esa historia, pero no sabíamos si tenía derechos de autor ni su origen”, continuó.
“Además, hay muchas historias paranormales en el metro. Entonces dijimos, ¿por qué no nos sumarnos a las leyendas urbanas? En la estación Coyoacán, creamos una vampira y un relato donde desaparecen hombres en esta estación”, siguió.
“Entonces la creamos así, desde la parte estilística, y eso era dar un salto hacia cosas como poder controlar más el rodaje y tener un poco más de medios que con la cinta. Jugamos con una historia prácticamente muda, regresar a lo que era el cine clásico, pero traerlo a un aspecto más contemporáneo. A grandes rasgos, así nació Nocturna”, añadió.
Olmos Arrayales recurre a una vieja conocida, Helena Puig, protagonista en su ópera prima, Rendez Vous, que se está convirtiendo en su femme fatale por excelencia: “Cuando le presenté el guión a ella, me dijo que siempre le han gustado los vampiros y nunca le habían propuesto hacer uno. Estaba muy emocionada por ello y aceptamos. Además, tuvimos bastante tiempo de preparación”.
“Cada director es diferente y a mí me gusta mucho preparar y hacer pruebas. Entonces, hicimos pruebas de vestuario, diseñado por Madame Ponk, con luz, además de pruebas de cámara sola, sin actores, o ya con la puesta en escena con ellos en un estudio prácticamente como teatro para ver los movimientos y que nuestros dibujos del storyboard correspondieran y después con el director de foto sacar nuevos planos. Fue muy bonito el tipo de trabajo, fue todo entre amigos tanto delante de cámara como detrás”, detalló.
El cineasta independiente ahondó más sobre la paleta de colores que podemos ver en Nocturna y que oscila entre el mundo real y las fantasías que los protagonistas tienen. “Tuve muy claro siempre llevar a verdes, rojos y azules. Se habló con vestuario al respecto y el único que entra diferente es el vestido de Elena, que es más blanco, pero que al tintarlo podría jugar simbólicamente cualquiera de los dos mundos, el más real en el verde o el totalmente oscuro o el mundo vampírico en el rojo. A eso estábamos jugando”, especificó.
“Al final, creo que todo lo que está en pantalla debe tener un porqué o algo. Y tú deberías, como director, de tener un control para que todo lo que aparezca tenga un sentido. Controlar el barrio de Coyoacán en Rendez Vous era imposible, pero aquí, en un solo vagón, podíamos jugar con las referencias lumínicas”, sumó.
“Quería regresar a ese color casi de cómic de los 90 con colores intensos. Estoy un poco cansado de esta fotografía muy subexpuesta y con mucho contraluz donde de repente no ves nada y todo está en colores muy cálidos. Por eso usé los colores narrativamente e incluso la ausencia de ellos en sus fantasías, trabajando siempre al lado de Frank Morgado, mi director de fotografía”, complementó.
Y es que, para Pablo, son innegables las influencias que dieron pie a este colmilludo relato urbano. “Soy de la generación MTV, donde había ese tipo de edición y de colores. Hay ejemplos muy claros como Natural Born Killers o Corre Lola Corre, donde vas cortando y tienes que saber qué posibilidades hay de cosas en su mente que te sacan de la realidad, pero que narrativamente sigues contándolo a la gente. Y así, en el momento en que ese blanco y negro llegue a la gente, al lado de la canción, era por una satisfacción, un momento de clímax de ella en el sentido de estrictamente alimentario”.
Estoy buscando más que marcar un sello, que en mis historias se sienta que hay un riesgo visual o diferente a las narrativas que normalmente se presentan
— Pablo Olmos Arrayales
Incluso, su historia vampírica y ese momento de frenesí irremediablemente remiten a El Ansia, de Tony Scott. “Él también es de mis influencias más fuertes y lo estuvimos estudiando fotográficamente. Se me hace un director muy menospreciado pero hizo muchas grandes cosas a nivel narrativo, edición, fotográfico. Y precisamente el inicio de esa cinta se da con esta música post punk en el bar, algo que siempre tengo muy presente”.
Otro aspecto clave en este mini relato es la música, tanto la breve partitura como el post punk de Red Ulalume. “Estaba escuchando música y empezó a sonar esta banda mexicana. Y cuando salió su rola, ‘Spiders’, me flipó. Los empecé a buscar por YouTube, me gustaron un montón, me eché todas las canciones que tenían por ahí y de repente salió la oportunidad de hacer el corto y ya tenía esta secuencia bailable en la mente”, explicó.
“Los contactamos por Instagram, echamos un zoom, les contamos todo lo que queríamos hacer, cómo lo queríamos hacer, qué canción les podía beneficiar a ellos y la que queríamos nosotros. Y Huir me gustaba mucho la letra para describir este escapismo que está buscando la vampira”, siguió.
“Después, cuando no grabamos nada de sonido y dimos paso al diseño sonoro, conocí gracias a un amigo mío a Andrés Franco Medina Mora. Le llevó el corto, le gustó mucho y mencionó que podía soltar algunos tracks en ciertos lados. Y empezó a jugar, elevando muchas partes de tensión que no había”, agregó.
“Trabajamos también una parte vocal para reflejar todo lo animal de un ser milenario como puede llegar a ser un vampiro. Tener estas dos bandas sonoras era jugar con la modernidad de una música post punk y después traerte algo operístico, casi etéreo, al resto del mundo. Esas dos cosas me chiflaron la cabeza”, señaló.
Pero un nuevo reto interesante era el rodar en el metro de la CDMX. “Primero tanteamos cómo sería rodar ahí con la gente que éramos, qué estaciones nos podían prestar, qué vagón y en dónde. Pero otro de los productores, Braulio Fragoso, trabaja mucho con Quarry Studios en publicidad y ellos tienen en el metro Coyoacán un set de filmación con un solo vagón”, dijo.
“Tienes la parte de la estación donde esperar el vagón, unos cromas para que puedas insertar la publicidad. Teníamos todo lo ideal para hacer la grabación en tres días. Pudimos entonces jugar con un espacio que nos fuera seguro”, manifestó Olmos Arrayales.
Con este proyecto, el joven director mexicano se suma a otras voces que están recuperando y reinventando a los monstruos legendarios en el cine. “Ellos siempre están ahí y además, el cine de género siempre es cíclico. Hay momentos en que está de moda cierto monstruo y después aparece otro. Personalmente creo que viene un revival fuerte de vampiros. Coincidí con varios directores en que necesitamos que vuelvan a ser salvajes, animales y asesinos, como los de Kathryn Bigelow en Near Dark”.
“Estamos viendo cómo los traemos a nuestros contextos, algo en lo que tiene que ver mucho lo social y la violencia en la que estamos sumergidos, al menos en Latinoamérica. Esos bichos entran como mantequilla si los llevas a temas como una mujer a la que están acosando y de repente resulta que tiene este poder de chuparles la sangre y comérselos. Tenemos una forma de transformarlos. E indiscutiblemente, cada generación de directores le va debiendo al anterior. Entonces creo que estamos trayendo eso ahora con las herramientas de narrativa que hemos ido desarrollando nosotros”, aseveró.
Asimismo, Olmos Arrayales aplaudió el momento que está viviendo el terror actualmente. “Creo que hay un muy buen estado del género ahorita en Latinoamérica. Me sorprendió mucho el buen nivel de los dos programas de cortometrajes que tenía Macabro. Esta generación tiene muchas ganas de hacer películas de monstruos y ahí las estamos exhibiendo y produciendo. Pienso que justo estamos explotando todo aquello con lo que nos alimentamos visualmente en nuestras infancias”.
Pablo concluyó contándonos un poco de lo que se viene en un futuro cercano para él. “Vamos a hacer otro cortometraje, ahora no tanto fantástico sino más bien suspenso con thriller, que también me gusta mucho. Igual, afortunadamente tendremos las bondades de tener más días de rodaje y así jugar con una estética visual más similar a Nocturna”, expresó.
“Estoy buscando más que marcar un sello, que en mis historias se sienta que hay un riesgo visual o diferente a las narrativas que normalmente se presentan. Además, tenemos la idea para hacer otro largometraje pero eso es más lento y llevará más tiempo”, cerró.