El actor español Pedro Alonso, conocido por su papel protagónico en la Casa de Papel, presentó en México su documental En la nave del encanto, una producción “muy personal” en el que se embarca en un viaje trascendental por el país y busca normalizar el uso de las medicinas tradicionales.
En una entrevista concedida a EFE este miércoles, el actor explicó los motivos que le llevaron a crear este documental por sí mismo, su acercamiento hacia el mundo del chamanismo y la medicina tradicional, y reflexiona sobre la sociedad actual en materia de salud mental o bienestar colectivo.
Un trabajo para “neutralizar prejuicios”
“Yo en un determinado momento de mi vida tuve una crisis fuerte con treinta y pocos años después de haber empezado muy solventemente la profesión como actor, luego todo aquello descarriló y entendí que había algo en mi configuración que no iba bien y busqué nuevas referencias”, explicó el actor por su acercamiento casi necesario al mundo de la medicina tradicional y la meditación.
Como el propio actor reconoce, su objetivo con este documental es abrir nuevas vías a una sociedad que vive en una crisis de ansiedad constante para que encuentre nuevas formas de solucionar sus problemas de salud mental y de bienestar mediante la exploración personal y la conexión con métodos ancestrales cuyo funcionamiento está demostrado.
“Lo que me interesa es habilitar esa conversación, por eso la película está escrita en primera persona de una forma muy subjetiva, intentando ser muy honesto con mis luces y con mis sombras, y me expongo muchísimo en el documental”, comenta Alonso (Vigo, 1971), quien es consciente del peligro que tiene que un hombre blanco europeo llegue a Latinoamérica a divulgar sobre chamanismo y vías meditativas.
Hace ya diez años que el ahora documentalista sintió esa conexión con México, el proyecto es también una “carta de amor” al país, cuando durante una estancia de trabajo se le abrió la puerta de forma inesperada al mundo de la medicina tradicional, algo que mejoró su vida en muchos aspectos y quiere compartir con el público.
“Está rodeado (el tema) por una batería de prejuicios y lo que estoy intentando es neutralizar esos prejuicios y poner las herramientas encima de la mesa para hablar en términos de salud mental, casi de Salud Pública”, enfatizó.
Vías contrastadas científicamente
Para Alonso era importante dejar claro que estas experiencias personales que ha tenido con la medicina tradicional van más allá de una mejora espiritual y mística, y es que la ciencia está empezando a ratificarlas.
“Hay como 20 estudios académicos en 20 universidades punteras occidentales sobre los principios activos de las medicinas ancestrales. Esto está pasando después de la ola esa de los años 60′ y 70′ cuando todo eso se canceló, los americanos (estadounidenses) dijeron todas las drogas son lo mismo”, comentó Alonso, que apunta como ahora nuevos estudios están rehabilitando estas vías tapadas por una absurda igualación de conceptos.
No obstante, el actor es claro con que “hay que tener cuidado e información” antes de entrar en este mundo y hacerlo con las personas correctas y los entornos adecuados, entendiendo también lo que pueda generar en personas ajenas por completo a este conocimiento que están imbuidos en “miedos aprendidos” sobre la temática.
“En mi experiencia personal yo he tenido oportunidad de ver que la mayoría de los miedos ante las ceremonias son miedos aprendidos: Te vas a volver loco, vas a tener un mal viaje, te vas a quedar colgado y no vas a poder volver (...) la mayoría de esos miedos son miedos aprendidos”, reiteró.
Un documental, rodado en gran parte del territorio mexicano en espectaculares paisajes y con la colaboración de la comunidad local, que desde la base de una experiencia personal busca una divulgación y acercamiento positivo hacia un mundo menos dirigido, más libre y auténtico en el que quizá esté la respuesta clave a la frustración generalizada que hoy predomina en nuestra sociedad.