La noche del 15 de noviembre en el Corona Capital 2024 será recordada por siempre como una velada mágica, llena de nostalgia, energía y una profunda conexión entre Green Day y sus fieles seguidores.
Después de siete largos años, la legendaria banda regresó a la Ciudad de México, y aunque los fans habían soñado con un concierto en solitario, tenerlos de nuevo en un festival fue una sorpresa electrizante.
La expectativa era palpable desde horas antes de que Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt, Tré Cool y los músicos de apoyo Jason White, Jason Freese y Kevin Preston subieran al escenario.
La multitud contenía el aliento y, al fin, las primeras notas de “The american dream is killing me” rompieron el silencio, desatando una oleada de euforia. Apenas iniciada la presentación, la banda dejó en claro que no habían perdido ni una pizca de la rebeldía y el carisma que los caracterizan.
El segundo tema, “Basket case”, levantó aún más los ánimos. El clásico himno del punk rock resonaba mientras los asistentes cantaban a todo pulmón. Con una mezcla de canciones nuevas y clásicos que marcaron generaciones, Green Day logró un setlist que llevaba a la audiencia por un viaje a través de décadas de historia musical.
Uno de los momentos más impactantes ocurrió con “She”, cuando Billie Joe detuvo abruptamente la canción al ver que en el área general se desataba una pelea y una chica estaba siendo aplastada.
Con gesto firme, pidió a seguridad que la ayudaran, y una vez resguardada, la joven fue subida al escenario y abrazada por Billie, quien le susurró palabras de calma. Este acto de empatía arrancó un aplauso monumental del público.
La interacción de la banda con sus fans se sintió genuina y espontánea en toda la noche. En “Know your enemy”, Billie invitó a una fan llamada Linda a cantar junto a él. Linda, visiblemente emocionada, tomó el micrófono y, entre risas y una energía desbordante, se robó el show por unos momentos.
Billie disfrutó del momento con una sonrisa cómplice, demostrando que para ellos, la noche también se trataba de celebrar la comunidad y la pasión compartida por la música.
El setlist fue meticulosamente diseñado para encender emociones: de los riffs agresivos de “Welcome to paradise” y “Brain Stew”, con su intro de “Iron Man”, a la potente crítica de “American idiot”, donde Billie Joe no dejó de expresar su desacuerdo con la política, recordando su rechazo al legado de Donald Trump.
“Saben, el mundo está en caos, por eso esta noche es única. Hoy se trata de nosotros, de ustedes, de mi familia, de la amistad que nos rodea. No sabemos qué pasará mañana y si dejaremos de existir, por eso disfrutemos este momento”, proclamó Billie, y la multitud explotó en una ovación cargada de emoción.
La noche continuó con joyas como “Boulevard of broken dreams”, que resonó como un himno entre luces y celulares en alto, y “Wake me up when september ends”, desatando una catarsis colectiva. Sin embargo, el momento más conmovedor de la noche fue “Jesus Of Suburbia”.
La interpretación alcanzó un nivel casi místico; las pantallas mostraban de cerca el rostro de Billie Joe, donde la emoción era palpable. La sorpresa llegó cuando levantó un Dr. Simi vestido como él y lo hizo tocar una guitarra imaginaria, provocando risas y un estallido de ternura en el público. Muchos asistentes, con los ojos llenos de lágrimas, se dejaron llevar por la intensidad del momento.
La recta final del concierto estuvo marcada por “Good riddance (time of your life)”. La despedida fue todo lo que los fans podían pedir: un abrazo fraternal entre Billie, Mike y Tré, que selló la noche con un sentimiento de agradecimiento y hermandad. La pirotecnia iluminó el cielo y las notas de la guitarra llenaron el aire con una mezcla de alegría y nostalgia.
El regreso de Green Day a México no solo fue un evento, sino un recordatorio de la resiliencia y la pasión de una banda que, tras décadas en la industria, sigue conectando corazones.
El dirigible con la frase “Bad year” y las pequeñas bombas inflables que caían con el nombre “Dookie” fueron detalles que subrayaron su irreverente espíritu punk, pero también la capacidad de provocar sonrisas y crear recuerdos imborrables.
En una noche en la que la amistad, la música y la emoción se entrelazaron, Green Day demostró por qué sigue siendo una de las bandas más queridas y respetadas del mundo. El Corona Capital 2024 quedó marcado como la noche en que los reyes del punk rock volvieron a hacer historia en la Ciudad de México.