En la primera noche del Corona Capital, Toto llevó al escenario Vans una actuación que quedó grabada en la memoria de miles de asistentes. Justo antes del cierre con Green Day, la legendaria banda se presentó con una mezcla perfecta de nostalgia, maestría musical y una conexión genuina con el público.
El set comenzó con una energía que electrizó el ambiente. Tras unos compases iniciales, los acordes de “Hold the line” hicieron estallar de euforia al público. Fue la segunda canción del repertorio, y desde ese momento, la noche prometía ser inolvidable.
Los asistentes coreaban al unísono, y la banda, liderada por la inconfundible voz de Joseph Williams y el virtuosismo del guitarrista Steve Lukather, respondía con una potencia que parecía salir de los altavoces para atrapar a todos los presentes.
“99”, una de sus piezas icónicas, resonó como si los asistentes estuvieran escuchando el álbum con audífonos de alta fidelidad. Cada nota, cada golpe en la batería y cada acorde del teclado se oía impecable, mostrando la máxima atención al detalle que Toto imprime en sus shows. El baterista, que lucía una playera de la selección mexicana, no solo hizo gala de su talento sino que también se ganó la simpatía de los asistentes con este guiño al país anfitrión.
La banda, conocida por su carisma, fue presentando a sus integrantes poco a poco, interactuando con el público y creando un ambiente cálido y cercano. A las 10:25 p.m., Williams miró a la multitud y exclamó: “We can tell you are singing”, reconociendo el entusiasmo de los fans que, aunque por momentos preferían escuchar y moverse al ritmo de las canciones, nunca dejaron de estar presentes.
Entre anécdotas y bromas, Toto tocó una canción inspirada en una ex novia, con la frase recurrente “Rain or shine” que, aunque no fuera conocida por todos, mantenía a los fans más fieles en un vaivén de emociones. En ese momento, el característico sonido del piano de Toto, inconfundible e imponente, resonó como una firma musical que confirmaba el dominio absoluto de la banda sobre el escenario.
Los minutos pasaban y el carisma de los músicos era evidente. La banda jugó con las expectativas del público al realizar una finta con “I keep forgettin”, desatando risas y gestos de sorpresa entre la audiencia. Esa complicidad con los asistentes, ese toque humano y cercano, fue lo que hizo de la presentación una experiencia tan especial.
A las 10:55 p.m., Toto presentó formalmente a toda la banda, incluyendo al nuevo baterista que se ganó una ovación cálida. Sin embargo, uno de los momentos más memorables de la noche fue cuando, con una chispa de humor, los músicos interpretaron un fragmento de “Hakuna Matata” para presentar al vocalista.
Fue un guiño divertido que arrancó risas y aplausos, mostrando que, a pesar de los años y de la seriedad de su repertorio clásico, Toto sigue teniendo una personalidad juguetona y alegre.
El cierre de la presentación fue apoteósico. Con “Africa” como última canción, la banda se despidió dejando al público en un estado de éxtasis. La interpretación de este clásico fue sublime, con cada detalle ejecutado a la perfección y con la audiencia cantando a todo pulmón. Fue un momento que encapsuló la esencia de Toto: músicos virtuosos que saben cómo crear momentos que perduran.
Cuando la última nota se desvaneció en el aire y los músicos hicieron una reverencia, el Corona Capital supo que había presenciado algo mágico. Toto demostró que su música no solo es historia; es una fuerza viva que aún conmueve y conecta.