Padrino del punk. Rebelde por antonomasia. Leyenda. Iggy Pop comprende esas descripciones y más. El oriundo de Muskegon, Michigan de 77 años de edad demostró porqué sigue siendo una de las figuras más representativas de la historia del rock en el escenario Vans del Corona Capital 2024. Y qué mejor carta de presentación que un video en blanco y negro mostrándolo en sus épocas de joven al lado de los Stooges, donde la anarquía se sentía con cada guitarrazo y grito de sus canciones.
Con la canción de fondo de Joe and the Shitboys, “Mr. Nobody”, Iggy Pop cargaba ya de esa energía tan suya a todo el público que esperaba ver a otra de las leyendas vivas de esta edición. Si bien la edad es visible en su cuerpo, es su perfecta melena rubia y la gran energía que el compositor, cantante, actor y locutor tiene la que contagió desde la primera mordida de una noche salvaje.
Con “TV Eye”, el ex líder de los Stooges dejó caer toda la vibra punk rock a su clásico estilo, quitándose su chaleco negro y quedando solamente con sus pantalones de cuero negro pegados. Con una imparable fuerza en escena, la segunda canción de su setlist hacía honor a lo que se sentía ya en esa ventosa noche en la ciudad, puro y duro Raw Power en su máxima expresión.
En medio de un público con ganas de desatar su propia energía, Iggy Pop provocó de todo. Desde bailes, heabganging, palmas al aire y un poco de slam en la parte de hasta adelante, aquellos a quienes el primer escupitajo típico de esta leyenda punk en sus presentaciones les cayó como agua bendita para poder hacer desmadre y sentir esa energía inigualable. Todo esto a ritmo de “Gimme Danger”, otro de los clásicos con los Stooges que mantuvo en alto la locura en el escenario Vans.
El viaje continuaba al convertirnos todos en los pasajeros de nuestro guía con “The Passenger”, donde el baile y los brincos no faltaron mientras el coro retumbaba en toda la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez. Pero el camino tuvo una caída a la lujuria cuando “Lust for Life” sonó, recordando las carreras de Renton y compañía en Trainspotting mientras Iggy Pop se movía como sólo él puede hacerlo en pleno escenario, provocando reacciones de todos sus súbditos reunidos para la terapia de anarquía inesperada que se recibía con cada acorde.
“A veces siento que voy a pinches morir y por eso me aviento un ‘Deathtrip’, baby”, decía un imparable Iggy mientras ese sencillo, combinado con “Loose” seguían enloqueciendo a un público que lanzó un par de condones inflados al aire junto a unos toques de marihuana porque con el amo del punk todo se vale. Pero fue con el llamado de unos ladridos de perro que el estadounidense convocó a enloquecer a toda su jauría para “I Wanna be your Dog”.
Iggy Pop seguía comiéndose el escenario a mordidas y se daba un tiempo tirándose al suelo mientras la locura entre los fans seguía de forma imparable, mientras que “Search and Destroy” sonaba fuerte entre los asistentes que no dejaban de sentir la energía e ironizaban con que deseaban tener la misma energía que él a esa edad. “Carajo, muchas gracias por esto. ¿Están todos bien? Vamos a bajar un poco el ritmo”, anunciaba Iggy mientras “Down on the Street” continuaba la incansable fiesta del chiflado mayor del punk.
Sentado sobre un amplificador en el único momento de pausa de su energética tocada, el legendario artista que marcó las carreras y pasión de muchas bandas como Nirvana, Joy Division y más, se sentó en un amplificador. “Prendan las luces que quiero a todos los que están aquí”, decía mientras bebía agua. “Esta rola es de las viejas, de los cabrones de los Stooges cuando empezábamos a tocar allá en 1970”, y así, “1970” fue la siguiente en sonar mientras él clamaba sentirse muy bien.
“Creo que es tiempo de irme. No, no es cierto”, bromeaba Iggy con sus devotos para seguir con “Some Weird Sin”, mientras los coros clamando su nombre y el baile, el slam y los olores a marihuana seguían roncando en una tocada que era una verdadera locura. “Hace mucho tiempo, cuando era una persona sucia y pobre, escribí una canción acerca del amor”, ironizaba el cantante para recibir “I’m Sick of You”.
Pero toda alocada velada tiene su final y aun con la fuerza de sus músicos de compañía que gozaron con él de principio a fin, Iggy dijo adiós al más puro estilo suyo: desatando un último frenesí con “Frenzy”. Finalmente el legendario artista cerró con “Modern Day Ripoff” una nueva visita que recordó porqué estas figuras nunca mueren y siguen contagiando a generaciones, ya sea con sus ladridos y mordidas punk como con su locura.
Definitivamente Iggy Pop es y será siempre la energía andando, un corazón que sigue latiendo como incansable y rebelde alma punk.