Si vamos a hablar de experiencia en la décimo cuarta edición del festival Corona Capital, uno de los proyectos obvios son New Order, que pese a no ser la primera vez que se presenta en dicho festival, donde en cada ocasión aglomeró a un número considerable de público en cada ocasión, por algún motivo los organizadores creyeron conveniente darle un escenario más pequeño, lo cual provocó (obviamente) que la experiencia no fuera del todo placentera para un buen porcentaje de asistentes.
Si bien, sabemos que tras una amplia trayectoria se vuelve complicado satisfacer los gustos de los más adeptos, un ‘setlist festivalero’ pocas veces logra hacer justicia al vasto listado de temas icónicos de un proyecto como New Order, sobre todo cuando continúa dándole espacio a otra leyenda como Joy Division.
Ambos proyectos se convirtieron en siameses no exactos pero sí perfectos, que logran seguir compartiendo al público sin distinción, por lo que cada presentación no es más que la oportunidad para que los siameses hagan elogio de momentos importantes para toda la escena musical que representan, un pequeño pasaje al pasado de algunos y la evidencia histórica de los más jóvenes, del origen de un ‘nuevo orden’ incomparable a lo que hoy se escucha.