La magia de “Lu y Solito” vuelve al Foro Lucerna para cerrar el 2024. En entrevista con Crónica, Mariana Pérez, productora y actriz de la obra, reflexiona sobre cómo el teatro infantil puede ser una herramienta poderosa de inclusión, reflexión y conexión para infancias y adultos.
“Lu y Solito”, nominada en los Premios Metro 2023 como Mejor Obra para Jóvenes Audiencias, es una de las apuestas más destacadas de Mapachitos Teatro. A través de títeres, máscaras y música en vivo, la obra narra la historia de una liebre y un zorrito que desafían las normas de su entorno para construir una amistad única. Mariana Pérez, quien participa como actriz y productora, compartió en entrevista los retos, aprendizajes y mensajes que envuelven este proyecto.
La voz infantil
Para Mariana, “Lu y Solito” no solo es una obra infantil; es un espacio donde las infancias encuentran su propia voz. “Cuando leí la historia de Benjamín Calleros, conecté profundamente con su mensaje. Es importante que los niños puedan expresar lo que necesitan y quieren, aunque el entorno les diga lo contrario. En la obra, Lu y Solito desafían las reglas que les impiden ser amigos, y eso es algo con lo que todos, grandes y pequeños, podemos identificarnos”, señala.
El juego es el medio a través del cual los personajes encuentran esa conexión tan humana. “Lu, que ama jugar fútbol, y Solito, un zorrito aislado por su entorno, muestran cómo el juego rompe barreras. Los niños que ven la obra se identifican con esos momentos porque, al final, ellos también hacen amigos jugando. Es una experiencia directa, sencilla y auténtica que nosotros intentamos replicar en el escenario”, explica Mariana.
Espacios pensados desde las infancias
Una de las reflexiones más profundas que ha dejado este proyecto es acerca de la falta de espacios diseñados para las infancias. “El mundo está hecho para los adultos, y eso es evidente desde las sillas en el teatro hasta las puertas en cualquier lugar. Todo es demasiado grande, inaccesible o está fuera de su alcance”.
El diseño escénico de “Lu y Solito” busca precisamente invertir esa lógica. “Los títeres que representan a los niños están en niveles bajos, mientras que los personajes adolescentes y adultos ocupan niveles medios y altos. Esto nos permitió explorar cómo los niños perciben el mundo desde su propia mirada. Muchas veces, las infancias deben adaptarse a un entorno que no fue creado pensando en ellas, y nosotros quisimos honrar esa perspectiva en la obra”, explica Mariana.
La actriz también reflexiona sobre lo difícil que resulta encontrar espacios culturales donde las necesidades de las infancias sean la prioridad. “En mi papel en el que interpreto a una loba en nivel medio, me di cuenta de lo pesado que es moverse en un espacio que no está pensado para tu tamaño. Es un recordatorio de que necesitamos más lugares donde las infancias no solo sean bienvenidas, sino que puedan sentirse completamente cómodas, comprendidas y representadas.”
Una experiencia multisensorial
La puesta en escena de “Lu y Solito” es mucho más que teatro tradicional. “El uso de música en vivo, narrada por una tortuga, crea una atmósfera envolvente que guía las emociones y el ritmo de la historia” explica. “El narrador, creó todo este universo sonoro. La música no solo acompaña, sino que se convierte en un personaje más que ayuda a los niños a conectar con la historia desde sus sentidos”, describe Mariana.
El equipo también ha trabajado para que los personajes sean accesibles y amigables para los pequeños espectadores. “Hemos aprendido a ajustar nuestras interpretaciones según las reacciones del público. Si los niños sienten miedo con algún personaje, suavizamos nuestra intensidad para que todos puedan disfrutar la experiencia sin sentirse incómodos. Este tipo de adaptaciones en vivo son parte de lo que hace especial al teatro infantil”, agrega.
El impacto en los adultos
Aunque la obra está dirigida a las infancias, el impacto en los adultos que las acompañan ha sido profundo. Mariana destaca cómo los padres y abuelos se identifican con los personajes adultos, como papá zorro y mamá liebre, quienes inicialmente subestiman a sus hijos. “Muchos adultos nos han dicho que se ven reflejados en esas actitudes. Eso los lleva a reflexionar sobre cómo subestiman las capacidades de los niños o imponen límites sin escuchar sus necesidades reales. Hemos visto lágrimas y risas en igual medida entre los adultos, lo cual es muy significativo para nosotros”, relata.
La actriz enfatiza que el teatro infantil tiene un valor inmenso tanto en la formación de públicos como en la creación de vínculos intergeneracionales. “Lamentablemente, el teatro infantil está relegado en muchas convocatorias o proyectos. Es un género vital porque permite que los niños tengan un primer contacto con las artes y con temas sociales importantes. No se trata solo de entretenimiento; es educación, reflexión y apertura hacia el mundo”, asegura.
Un mensaje para todos los públicos
En este regreso al Foro Lucerna, Mariana invita al público a disfrutar y reflexionar con “Lu y Solito”. “Déjense sorprender por los personajes. Hay algo en cada uno de ellos con lo que podrán identificarse y conectar. Esta obra no solo es para niños; también es una oportunidad para que los adultos recuerden lo importante que es mirar el mundo desde los ojos de las infancias”, concluye.
La temporada de “Lu y Solito” comenzará el 30 de noviembre con funciones los fines de semana. Una experiencia teatral que promete encantar a grandes y pequeños por igual.