Escenario

COBERTURA. El icónico cantautor español cerró en México su gira Septiembre con un show lleno de emociones

Mikel Eretxun revive las glorias de su carrera musical en La Maraka

Mikel Erentxun en Salón La Maraka Ofreció lo mejor de su repertorio. (ESPECIAL X)

La noche del viernes 22 de noviembre, el cantautor Mikel Eretxun cerró un ciclo al presentarse por tercera ocasión en La Maraka con la gira Septiembre, lugar que visitó al inicio de la gira, en el que regresó a mitad de ella y que ahora, en su cierre, se volvió su casa en México. Con un concierto de poco más de hora y media de duración, se entregó con temas representativos de su carrera en solitario y algunos temas de Duncan Dhu.

La noche arrancaría con la presentación de La Broma Infinita, grupo de rock indie mexicano cuyas influencias de los Hombres G se notan en sus letras y ritmos, agrupación que atrapó la atención de los pocos espectadores que se encontraban en el recinto cuando iniciaron, quienes no pudieron evitar el levantar la cabeza con el primer tema y esa letra que dice “no entiendo el reggaetón ni la música de Reactor”. Estuvieron en escena casi media hora.

Mikel Erentxun saldría pasadas las 22 horas, en un local a reventar, al ritmo de “La nuit américaine” suite de Georges Delerue, que le permitió a los músicos tomar sus lugares para arrancar con una versión de “Cicatrices” a la que le faltó algo de brillo, a la cual siguió “Círculos” tema casi oculto del disco l último vuelo del hombre bala y que se recuperó en esta gira. El tercer tema fue el primer regreso a la nostalgia de Duncan Dhu con “A tientas”, la que inició una comunicación con la audiencia que ya no se relajaría.

“California” cedería espacio a una versión sumamente emotiva de “Mañana” que pondría el ambiente propicio para que “Tu nombre en los labios” sonara, ya no como un lamento sino como un canto de esperanza para aquellos que buscan olvidar el nombre de la persona les ha roto el corazón.

El “Tren a Marte” llegaría con una larga versión donde el country jugaría un rato con la melodía, todo para llegar a entregar unas “Cartas de amor”, que arrancarían con el habitual homenaje en la pose a Johnny Cash, la que a pesar de ser una de las más esperadas de la noche, se sintió algo fría y distante.

“Esos ojos negros” de Duncan Dhu sonaría en una versión apegada a la que escuchamos en “Amigos de guardia”, desgranándose una sesión de temas más emotivos en sus letras como “A pleno sol”, “Tu y yo” y “Solo amor”, que prepararon el terreno para una versión diferente a la del disco de “Suelta las riendas de mi corazón”, la cual llevaría a todos a recordar el dolor del abrazo de un erizo y ponerles a pensar “Quién se acuerda de ti” ahora que sólo queda esa canción. Esta primera parte del concierto concluiría con “Jugando con el tiempo” y “A un minuto de ti” que sonaría muy apegada a la versión de estudio.

El encore llegaría con Mikel sólo en el escenario presentando el momento más emotivo de la noche, donde a guitarra acústica tocaría primero el cover de “Agua” de Jarabe de Palo, en homenaje a su amigo Pau Dones, fallecido hace cuatro años, canción a la que seguiría “Veneno”, tema que compuso con el también ya desaparecido Rafael Berrio.

Tras ese breve momento, la banda saldría al escenario para interpretar “Esta luz nunca se apagara”, cover de “There is a light that never goes out” de The Smiths y que ha acompañado desde el inicio de su etapa de solista a Erentxun.

El concierto cerraría con “En algún lugar”, emblemático tema de Duncan Dhu y que a pesar de que la ha interpretado en varias ocasiones en México, en esta ocasión brilló con una luz especial, sintiéndose honesta de nuevo, no un compromiso con la audiencia sino como una promesa de que Mikel pondrá lo mejor de sí en el 2025 cuando se embarque en una gira para celebrar los 40 años de Duncan Dhu, aunque sin Diego Vasallo que ha decidido no acompañar en esta ocasión y sin la presencia, de nuevo, de Juan Ramón Viles.

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