El director estadounidense Robert Eggers afirma que con su personal versión de Nosferatu, que llega a los cines el próximo día 25, resucita una “obsesión” que le ha perseguido desde siempre.
Lo hace con nombres de la talla de un espléndido Willem Dafoe (Pobres criaturas), del sueco Bill Skarsgard (El Cuervo), que personifica al terrorífico vampiro de la historia, o la norteamericana-francesa Lily-Rose Depp (Wolf). Con ese reparto exhuma al monstruo y narra un cuento gótico de muerte y destrucción desde una perspectiva femenina.
La cinta de Eggers, conocido también por The Lighthouse (2019), reedita con una nueva mirada el filme mudo de terror alemán del mismo nombre que dirigió F.W.Munrau, que ya espantó a las audiencias en 1922. Con este remake, el cineasta norteamericano sacó del ataúd una figura que evoca oscuridad y atosiga en sueños al personaje de Depp.
En una entrevista en Londres con EFE, Eggers admitió que siempre le fascinaron “Drácula y los vampiros y cosas así” y que la idea de contar esta fantasía sobrenatural se convirtió “en una especie de obsesión” desde su infancia.
Al escoger a sus protagonistas, el director dice que sabía que esos intérpretes “aportarían algo al personaje”.
Preguntado por las presiones que acarrea el hecho de que no se trate de un argumento inédito, sino de una adaptación, Eggers apunta que “la mayor presión recayó sobre todo en Bill Skarsgard (que interpreta al vampiro)” aunque observa que para hacer cualquier versión “tienes que tener un montón de respeto aunque no puedes dejar que la presión pese sobre ti porque si no, no podrás llevarlo adelante”.
El eterno cuento de horror desgrana la fascinación enfermiza del vampiro de Eggers por una mujer, Ellen Hutter, a quien interpreta la hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis.
Lily-Rose Depp se confiesa, en declaraciones a EFE, “una gran fan, desde siempre, del trabajo de Rob (Eggers)” y afirma que trabajar con él siempre figuró en su “lista de prioridades”.
“Cuando me enteré de que estaba haciendo esta película, pensé ‘qué director tan perfecto para contar esta historia’”, apuntó Depp, que considera que a ella se le asignó un “papel de ensueño por muchísimos motivos”, entre ellos, que es “tan bellamente complejo y tan diferente” a lo que ha hecho hasta la fecha.
Para la actriz, su personaje le exigió una preparación específica por los “elementos físicos” que implica y recuerda que “entrar en ese mundo no se pareció a nada que hubiera hecho antes, aprender a moverme en ese tipo de baile ante la cámara en un entorno súper nuevo” para ella.
“Sin duda fue físicamente agotador y después de los rodajes intentaba dormir bien, pero creo que si en tu trabajo te guían personas que sienten tanta pasión y dedicación por un proyecto, esto te da combustible para querer sacar lo mejor de ti mismo”, explicó.
Como factor novedoso en esta versión, Depp destacó “la perspectiva de Ellen”, que “no es lo que hemos visto antes, tenemos la historia contada a través de sus ojos y vemos las complejidades de este personaje femenino, lo que hizo que esta película se viera muy, muy nueva”.
Su marido en la historia, Nicholas Hoult (El Menú), da vida a Thomas Hutter, un personaje que “empieza siendo un tipo bastante ingenuo, con el corazón en el lugar adecuado, a quien le importa profundamente Ellen, pero que no está equipado para lidiar con lo que ella está experimentando y no es capaz de ayudarla o entenderlo”, resumió a EFE el actor sobre su incursión en la película.
Otro de los papeles más centrales de la cinta recae en el veterano Willem Dafoe, que pone piel y rostro al Profesor Albin Eberhart Von Franz, del que comentó “que llega como una persona de fuera a la que no aceptan”.
“Es un hombre de conocimientos. Es un hombre interesado en cosas que no interesan a otras personas. Y llega a un punto en el que tiene una cierta complicidad con la heroína que interpreta Lily Rose Depp. Y esas escenas son conmovedoras porque tratan del sacrificio”, apuntó el actor a EFE.
Defoe cree que Eggers “tiene un verdadero talento para crear estos mundos donde te sientes libre” y aseguró que al dar rienda suelta a su personaje él, personalmente, se sintió “libre como un pájaro”.
“Fue muy divertido interpretar al profesor y el decorado era tan bonito, con esos gatos y esos experimentos (...) Hay muchísima riqueza. Y tiene esa maldita pipa”, recordó.