Escenario

ENTREVISTA. El palestino Basel Arda y el israelí Yuval Abraham son los directores del documental que explora los crímenes de la la ocupación israelí en una comunidad palestina, filme que mira a los Oscar como oportunidad de un cambio en Palestina

Directores de ‘No other land’: “Si tiene que haber cambio será por un esfuerzo colectivo”

‘No other land’ de Basel Arda y Yuval Abraham Fotograma del filme. (Especial)

Cinco años de registro de las agresiones y ocupación israelí a una comunidad palestina en Cisjordania ocupada son la base de un documental multipremiado que mira a los Oscar con el deseo de que la proyección internacional pueda servir para empujar un cambio en Palestina.

El palestino Basel Arda y el israelí Yuval Abraham son los directores de No other land, una historia que registra los crímenes impunes del ejército israelí sobre las aldeas palestinas de Masafer Yatta, localizadas al sur de Hebrón, que ven cómo excavadoras acaban con colegios y casas, cómo colonos cortan tuberías de agua, y cómo soldados amenazan y disparan a los que tratan de defender su tierra.

Esa comunidad empezó a documentar las agresiones israelíes hace más de veinte años, cuando Arda todavía era un niño. Con él detrás de la cámara, el registro se vuelve más constante y con una vocación más clara de denuncia en tiempo real.

Esos días tenía mucha fe en el trabajo que estábamos haciendo, en documentar y publicar, y que una vez se viralizara las cosas cambiarían. Que la gente haría algo, que los gobiernos no se quedarían en silencio”, comentó Arda a EFE en una videollamada.

El paso del tiempo y la inacción mundial han hecho que la esperanza y el entusiasmo del palestino hayan caído en picado, convencido ahora de que “Occidente no quiere que se acabe el genocidio en Gaza ni la ocupación en Cisjordania”.

Las redes están llenas de vídeos de soldados (israelíes) grabándose cometiendo crímenes. Nadie está haciendo nada, nadie paga el precio por estos crímenes, no hay consecuencias”, sentencia.

Seré honesto: es muy difícil encontrar esperanza. Estamos viviendo momentos y días muy oscuros”, resume el palestino, convencido de que “hay muchas cosas que se podrían hacer para parar esto y forzar un alto el fuego y acabar con la ocupación”.

La falta de respuesta internacional y la desesperanza no han hecho que frenen en su tarea de documentar y denunciar la situación. “Es muy duro simplemente decidir parar”, dijo Arda, consciente de la importancia de seguir al lado de su comunidad y de que quizá es lo único que gente como él, “sin poder” real, puede aportar para intentar cambiar las cosas.

Si tiene que haber cambio no será por una película, no será por una persona. Será por un esfuerzo colectivo”, admite Abraham. “Es por eso que seguimos luchando: por la creencia de que un día veremos el cambio. Y espero vivir para verlo”, añade.

Sin embargo, ambos son conscientes de que lo que realmente es necesario es un cambio en la política exterior de Occidente. “Por desgracia, la gente que tiene el poder no está dispuesta a usarlo para parar lo que está pasando”, denunció Arda.

“Si no hay un cambio significativo en la política exterior de Europa y los Estados Unidos no habrá un cambio desde dentro (de Israel)”, remató Abraham.

“No hay interés en encontrar una solución”, continuó el palestino, porque en su opinión “hay cosas que podrían hacer, como reconocer el Estado palestino”, algo que hizo España y otros países europeos recientemente; un mínimo paso que podría ser útil si tuviera seguimiento.

Abraham propone otras medidas, como sancionar los asentamientos, algo que presione “realmente”: “Si (los israelíes) no pagamos un precio por esta continuación de la ocupación, la probabilidad de cambio es menor”.

No other land, recientemente premiado como mejor documental en los Premios del Cine Europeo y triunfador en la 74ª edición de la Berlinale, es un filme que no esconde su activismo ante una realidad “tan injusta y tan asimétrica”.

La razón principal para hacer esta película fue arrojar luz sobre esta comunidad, y pienso que el reconocimiento que está recibiendo la película es una manera de dar a la comunidad el escenario que realmente merece”, apuntó Abraham.

El filme aparece en todas las quinielas de las nominaciones de los Oscar y es firme candidata a la estatuilla, algo que permitiría a los directores conseguir otro de sus objetivos: que su mensaje llegue a la máxima audiencia posible y que pueda ejercer presión internacional.

“Espero que por ver No other land haya algún tipo de empujón, algún tipo de energía en el mundo que eventualmente lleve al cambio y a la presión internacional”, expresó el israelí.

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