La nueva miniserie de Alejandra Márquez Abella, creada para Amazon Prime, La liberación, es un trabajo que ella espera se convierta en el “Plaza Sésamo del feminismo, (el mensaje) tampoco te lo tomes tan literal, es un juego, es una farsa”, dijo la cineasta en la presentación de la producción en la Cineteca Nacional.
“Estamos hablando de las cosas que han pasado y tratando de darle sentido desde el juego de la comedia”. Esto anticipando las reacciones que provocará en un sector de la audiencia un trabajo que sirve como medio para poner en debate una mirada femenina de algunos hechos ocurren en el mundo.
La serie cuenta con las actuaciones de Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Johanna Murillo, como un grupo de mujeres que busca cerrar frente a las acusaciones de abuso al que es sometido un director de cine, lo que despertará en ellas sensaciones y cuestionamientos sobre sus acciones. Ellas, además participan como productoras, involucrándose de forma orgánica conforme a sus habilidades y disposiciones.
Alejandra Márquez al puntualizar sobre el trabajo de sus protagonistas comenta que “ellas estuvieron súper involucradas en la construcción de sus personajes. Era un poco crear una especie de dispositivo que nos ayudara a sanar nuestras heridas y un poco cada personaje de ellas se concentra en las cosas que a ellas les costaba trabajo, que les resonaba con sus vidas personales”, comentó.
“Cassandra tenía muchos problemas con las actrices llenas de followers y con la sexualización de los cuerpos y de alguna manera decidimos que ese personaje tenía que irse hacia allá. Ilse tiene siempre una cosa muy doble, que está representada en estas hermanas gemela”, continió.
“Por un lado, es una cínica izquierdosa y por otro lado pues la viste Chanel y Johanna es una guapaza, una señorita de sociedad, a la que yo siempre le dije tenemos que hacerte un Monster, tenemos que hacerte un Charlize Theron, quitarte la guapura y que seas todo lo contrario a lo que eres en realidad”, añadió.
Sobre la participación de Amazon Prime en el proyecto, la creadora afirma que “es muy difícil que un proyecto así viva y sobreviva en una plataforma. Y siento que en Prime encontré una casa donde se me dio libertad autoral total, en donde pocas limitantes hubieron y así como a veces salgo a criticar a las plataformas, hoy quiero aprovechar para decir que estas apuestas y que estos riesgos no los toma cualquiera y que eso agradezco a mis compadres”, dijo.
Sobre la forma en que las involucró en la producción, Alejandra afirma que “yo fui muy energética en con ellas, les dije esto tiene que empezar a pasar aquí, ustedes tienen un valor público y mediático que tienen que empezar a redituarles, tanto económicamente como tienes que ser un poco más dueña de tu trabajo, no nada más eres la actriz que ponen en la pantalla y entonces sí tuvieron una retribución por ser productoras ejecutivas, que para mí es ya tu cara, tu carrera lo amerita”, expresó.
“Estuvieron muy involucradas en jugar con qué personajes, dónde se querían meter, qué callejones querían explorar, Ilse no quería meterse tanto en temas de producción, Johanna un poco más, Cass, se metía mucho con los guiones, con los diálogos, entonces cada una tuvo como su aporte distinto”, añadió.
Alejandra también comentó que a ella algo que le motiva es el “encontrar las maneras de producir, filmar, escribir, dirigir desde un verdadero female gaze, desde la mirada femenina, que es básicamente ampliar la mirada e incluir la experiencia de las mujeres en la experiencia humana, que es lo que vemos en las películas. Y yo siento que La Liberación sí se siente como una conversación entre amigas”, enfatizó.
Sobre el discurso político la realizadora dice que “creo que estamos en una etapa donde el péndulo, aunque odio ese concepto, está yéndose a la derecha y al conservadurismo, y siento que el discurso feminista, como todos los buenos discursos, al ser cooptado por el capitalismo y por el sistema, se vuelve inofensivo, y siento que hay que seguir pateando el avispero para que se vuelva a activar la potencia”, expresó.
Para ella es importante remarcar que “las mujeres, al ser personas, podemos usar ese poder bien, mal, corruptiblemente, violentamente, en pos de la justicia, somos personas. Entonces podemos ser villanas, podemos ser todo, y esa es como la posición desde la que yo quiero realizar mi activismo. Yo no quiero ser pura, santa, buena, una planta de sombra. Yo quiero ser un sujeto que la caga”, señaló.
La presencia de Diego Boneta se dio sobre todo por la relación mantiene el actor con Amazon, “y yo decía, ¿quién mejor para interpretar a este villano que Luis Miguel? Como que los actores también cargan con eso, traen a sus otros personajes encima y cuando interpretas a Luis Miguel, nunca va a dejar de ser Luis Miguel. A mí Diego me decía, el día que estaba en Jesucristo, haciendo ligas para que se le botara el músculo. ‘Está increíble dejar de ser Luis Miguel para empezar a ser Sexy Jesús”, comentó.
Al comparar la serie con Plaza Sésamo la realizadora afirma que “esa era mi intención cómica, como comediante que me auto percibo, explicar el feminismo, un poco el tono de la bruja de la serie, te está aleccionando de una forma como muy elemental, que no está rompiendo, no está dando ninguna verdad súper innovadora, pero creo que está ejemplificando a partir de esta gran analogía que es el medievo”.
Reafirmando que “hay que movilizar la conversación con respecto al feminismo, yo como cineasta escritora directora puedo añadirle a esa conversación elementos que pateen el avispero, que incomoden, que aceleren”, concluyó.
La Liberación estará disponible en Amazon Prime a partir del 17 de enero.