Escenario

LUTO. Aclamado por obras como ‘Blue Velvet’ y ‘Mulholland Drive’, el cineasta estadounidense falleció a los 78 años

Muere David Lynch, explorador de los sueños y las sombras

David Lynch en el Festival de Cine de Cannes El cineasta falleció a los 78 años (Sebastien Nogier /EFE)

El influyente cineasta estadounidense David Lynch, conocido por su capacidad de mezclar lo bizarro y experimental con el éxito comercial, falleció a los 78 años. “El mundo tiene un gran vacío ahora que ya no está con nosotros”, escribió su familia en un comunicado, recordando una de sus frases: “Mantén el ojo en el donut y no en el agujero”.

Lynch anunció el pasado agosto que sufría de enfisema pulmonar, un trastorno crónico por el que se obstruyen los pulmones y se dificulta la respiración. La enfermedad le impedía salir de casa y, por lo tanto, dirigir películas en persona.

Un estilo único en el cine

Nacido en Missoula, Montana, en 1946, Lynch inició su carrera como estudiante de arte, creando cortometrajes experimentales que sentaron las bases de su estilo único. Su primera película, Eraserhead (1977), una fábula surrealista en blanco y negro, fue rechazada por numerosos festivales, pero encontró su lugar en el circuito de medianoche, convirtiéndose en un clásico de culto.

El impacto de Eraserhead le abrió las puertas de Hollywood con The Elephant Man (1980), una conmovedora biografía sobre Joseph Merrick que obtuvo ocho nominaciones al Oscar. Tras este éxito, Lynch dirigió Dune (1984), una adaptación del clásico de ciencia ficción que resultó ser un fracaso crítico y comercial. Sin embargo, recuperó su prestigio con Blue Velvet (1986), un thriller oscuro y perturbador que lo llevó a recibir su segunda nominación al Oscar como mejor director.

En 1990, Lynch sorprendió al mundo con Twin Peaks, una serie de televisión que mezclaba comedia, drama policial y surrealismo. La producción, considerada un hito de la televisión estadounidense, marcó el inicio de la “televisión de alto nivel”. El éxito de Twin Peaks generó una segunda temporada, una precuela cinematográfica (Fire Walk With Me, 1992) y una tercera entrega en 2017, que retomó la historia más de 25 años después.

Éxitos y fracasos en la gran pantalla

Tras el éxito de Twin Peaks, Lynch ganó la Palma de Oro en Cannes con Wild at Heart (1990), una violenta y onírica película de carretera protagonizada por Nicolas Cage y Laura Dern. En los años siguientes, exploró su vena más experimental con películas como Lost Highway (1997), un thriller surrealista que fracasó en taquilla, y Inland Empire (2006), un experimento de tres horas filmado en video digital.

Sin embargo, Lynch también demostró su versatilidad con proyectos más convencionales, como The Straight Story (1999), un emotivo relato sobre un anciano que viaja en un cortacésped.

Mulholland Drive (2001), inicialmente concebida como una serie de televisión, se convirtió en un éxito rotundo tras ser adaptada a largometraje gracias a StudioCanal. La película, considerada una de las mejores del siglo XXI, le valió su tercera nominación al Oscar como mejor director.

Más allá del cine

Lynch no se limitó al séptimo arte. Fue un ferviente practicante de la meditación trascendental, fundando la David Lynch Foundation en 2005 para promover la educación basada en la conciencia y la paz mundial. También exploró otras disciplinas artísticas, incluyendo la pintura, la música y la dirección de un club nocturno en París.

A lo largo de su vida, Lynch colaboró con artistas como Julee Cruise, Lykke Li y Karen O, además de realizar un peculiar reporte climático en YouTube. En una entrevista de 2018, declaró: “Me gusta trabajar. No me gusta salir”.

En 2024, reveló que su hábito de fumar de por vida le había dejado con enfisema, una enfermedad debilitante.

Un legado que trasciende

Lynch fue reconocido con múltiples premios, entre ellos un Oscar honorífico en 2019 por su trayectoria. Aunque en sus últimos años se mantuvo alejado de los largometrajes, participó como actor en proyectos como The Fabelmans de Steven Spielberg, donde interpretó al legendario director John Ford.

El cineasta estuvo casado en cuatro ocasiones y tuvo una relación significativa con Isabella Rossellini, actriz de su icónica película Blue Velvet.

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