Durante la rueda de prensa relacionada con el filme Emilia Pérez, el director Jacques Audiard expresó su postura respecto a su decisión de incluir el tema de los desaparecidos en la narrativa de la película, un asunto profundamente delicado en el contexto mexicano. Audiard reconoció la relevancia de este problema social y mostró consciencia sobre cómo podría ser recibido por las audiencias locales.
El director admitió que su intención al abordar esta temática era generar una reflexión en los espectadores. “Es un drama que me escandaliza profundamente,” señaló durante su intervención.
Añadió que trató el tema con lo que considera como máxima delicadeza y empatía, entendiendo que la representación cinematográfica de un problema tan doloroso podría no ser suficiente para abarcar su complejidad. Por ello, ofreció disculpas públicas si el tratamiento dado pudiera interpretarse como superficial. “Si el filme da la impresión de que traté este tema de manera superficial, me disculpo”, expresó.
Audiard aclaró que el cine, como herramienta artística, tiene limitaciones a la hora de abordar temas sociales y no puede ofrecer soluciones directas. Sin embargo, considera que este medio puede abrir diálogos necesarios. “Espero que este proyecto pueda generar preguntas que provoquen discusiones. Eso sería un logro en sí mismo,” agregó.
Según el director, la intención principal era retratar situaciones reales que impactan a muchas familias, evitando caer en la explotación del dolor como recurso narrativo.
El tema de los desaparecidos en México es una crisis reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Con más de 110 mil personas desaparecidas reportadas oficialmente, y una cantidad significativa de casos relacionados con violencia de género, migración y crimen organizado, es un tema que implica una enorme responsabilidad ética cuando se representa en medios como el cine. La sensibilidad y el contexto que requiere este tratamiento son factores cruciales para evitar trivializar o malinterpretar la experiencia de quienes enfrentan estas situaciones.
Aunque Audiard manifestó su intención de ser respetuoso, esta decisión generó opiniones divididas entre la audiencia y la crítica. Algunos asistentes señalaron que incluir esta problemática en la trama puede ayudar a visibilizar una realidad dolorosa, mientras que otros opinan que podría percibirse como una simplificación de un tema cuya comprensión exige un análisis más profundo.
En un contexto artístico, no es inusual que temas de alto impacto social sean incorporados en obras de ficción; sin embargo, siempre hay un margen para cuestionar si la representación fue adecuada, respetuosa y lo suficientemente informada.
Las disculpas de Audiard podrían ser interpretadas como un reconocimiento de esta tensión inherente al proceso creativo. Al final, Emilia Pérez no solo se posiciona como una película para el entretenimiento, sino como una obra que inevitablemente conlleva implicaciones éticas que merecen ser consideradas, tanto por el público como por quienes hacen cine.