Escenario

ENTREVISTA. Verónica Bravo, Daniel Tovar y Gustavo Egelhaaf nos hablan de su trabajo en el más reciente filme de Noé Santillán-López

‘Mesa de regalos’: “Nos quejamos de que en el cine mexicano haya muchas comedias pero no aceptamos que nos gustan”

‘Mesa de regalos’ de Noé Santillán-López Fotograma del filme. (Cortesía)

Una buena boda, por más estafa que sea, siempre debe de tener sus buenos acompañantes y en Mesa de regalos, dirigida por Noé Santillán-López, se cumple esa regla gracias a Verónica Bravo, Daniel Tovar y Gustavo Egelhaaf, con quienes charlamos en Crónica Escenario sobre los retos de hacer una buena comedia mexicana en el subgénero de las bodas.

En el filme Nicolás y Antonia son dos amigos de toda la vida que ven cómo todos disfrutan de estabilidad emocional y laboral, mientras ellos son un desastre. Después de asistir a más de una decena de bodas ajenas y buscando el empujoncito económico que necesitan para cumplir sus sueños, deciden poner en marcha una idea descarada pero brillante: ¡casarse!

Pero no lo harán de verdad. Sus planes son anunciar su supuesto amor escondido, organizar una gran boda, recolectar el dinero de los regalos y que Antonia deje plantado a Nicolás en el altar. Asumen que, después del escándalo, nadie será capaz de pedir que le devuelvan el regalo, y así se dividirán el botín para financiar sus sueños.

Gustavo, que no es ajeno a este tipo de cintas gracias a Hasta que la boda nos separe, habló primero sobre su rol en este filme, pasando de planear una boda a querer arruinarla. “Mi asunto es crearlas o destruirlas. De eso va mi vida, al parecer. Y mi vida personal también”, bromeó el actor.

La verdad es que fue muy divertido, tanto crear una boda y querer casarme como ahora tratar de destruir una. Me encanta la idea. Desde que leí el personaje de Diego me empecé a reír solamente leyendo el texto; sabía que nos la íbamos a pasar cabrón. Encima está la musicalización de mi papel. Cuando escuché este organito que le ponen cada que sonríe maquiavélicamente fue divertidísimo”, siguió.

Me sorprendí a mí mismo riéndome de cosas personales y mira que soy muy autocrítico, pero hubo momentos en donde me fue inevitable escuchar la musiquita y aprecié la cara de este imbécil”, expresó el comediante.

“Además, trabajar con Cassandra y José Eduardo y el director Noé, me hacen pensar que hay proyectos donde las estrellas se alinean y todo funciona chingón y fluye bonito. Creo que este es uno de esos casos”, sumó.

Egelhaaf no está solo, pues está bien acompañado de Verónica Bravo, con quien hace pareja y muestran la contraparte de lo que viven los protagonistas como pareja. “Allá ves el enamoramiento, la pasión. Y sigo sin poderme explicar por qué Regina está en ese matrimonio”, comentó.

“Creo que se enamoró en un primer momento de su cara, su cuerpo y todo su físico pero le faltó lo demás. Como que vio potencial y se comprometió con el error”, ironizó la actriz. “Pero trabajar con Gustavo es una gozadera. Y sí, aguantarse las risas en el set era difícil. Estoy muy agradecida y me siento muy privilegiada de ser parte de este proyecto”, afirmó.

‘Mesa de regalos’ de Noé Santillán-López Fotograma del filme. (Especial)

En toda boda siempre existe el pilar amistoso y en Mesa de regalos recae en Daniel Tovar, que es el más fiel amigo de Derbez y que tampoco es ajeno a las bodas cinematográficas.

Fue muy sencillo porque José Eduardo es muy chido. Entonces, tenía que haber una química de mejores amigos y él es muy chido detrás y delante de cámaras. Creo que lo hace espectacular, pero además atrás es un gran compañero. Es muy cagado, es buena onda, es apapachador, mi Derbez favorito”, dijo entre risas.

“Fue muy padre todo y creo que todo el equipo armó una química muy padre con el casting. José Eduardo y Cassandra tenían una vibra increíble”, resaltó.

Todo se engranó y fluyó chido, y se ve en la película. Es muy emocionante ver que funcionó bien tomar decisiones muy arriesgadas. Y creo que la gente se va a divertir mucho con esta comedia que además tiene una premisa muy original de esta estafa que se están armando Nico y Antonia, que son detestables y que en papel justo podrías decir que son odiosos. Pero al final los terminas amando y terminas echándoles porras para que terminen juntos”, añadió el protagonista de Mirreyes contra Godinez.

No hay duda de que el subgénero de bodas en el cine tiene una gran popularidad en la taquilla. Como ejemplo, tenemos La boda de Valentina (2018) o Cásese quien pueda (2014). “Siento que los latinoamericanos y mexicanos somos muy de festejos. Entonces el asunto nos une bien cabrón una boda que puede ser la más nice o una en mi barrio y todas terminan con ‘El sonidito’”, expresó.

Todas tienen este espíritu en donde no importa si tienes mucho o menos varo, nos une la música, el desmadre, la peda, porque nos mama. Creo que esos festejos son un punto de unión muy cabrón y por eso tenemos tanta fascinación por ver si la quinceañera, que si la boda, porque la fiesta es algo que nos enlaza muy cabrón como mexicanos”, declaró Egelhaaf sobre lo atractivo de estas comedias.

También como valor de producción creo que es muy atractivo tener algo así. Siempre es la escena en la que se cierra. Aparte, siempre toma como cinco días de llamados nocturnos súper pesados, pero realmente eso le agrega mucha onda a un producto audiovisual. Creo que nos gusta tener esa escenita del pastel y todo lo que involucra una fiesta así”, comentó a su vez Bravo.

Me parece que al mexicano le gusta mucho la boda. Quiero culpabilizar a Lucero y a Mijares por transmitir su boda en vivo y poner los estándares del público hasta allá. Y es por eso que se creó este subgénero de la boda mexicana”, añadió Tovar.

Algo que destaca de Mesa de regalos es también que, a pesar de seguir ciertas fórmulas, no deja de sentirse divertida y refrescante. Sin embargo, hay público que se queja constantemente de proyectos como éste.

Ante esto, Gustavo reflexionó: “Sucede una queja medio extraña con la banda, la neta. Pasa que siempre se dice ‘güey, otra vez una comedia’, pero realmente como público nos maman estas cintas, nos mama reírnos de nosotros y decir ‘ay, mi tío, mi mamá’. Realmente, nos gusta un chingo y siento que hay como toda una banda que finge que no es cierto y aplica la de ‘solo veo cine de arte de una paloma que estaba dos horas en un alambre’”.

Honestamente nos gusta un chingo contar este tipo de historias, vernos reflejados en pantalla. Como prueba es que es el género más popular en México. Y en algún momento, como actor, me juzgué y me dije que ya no quería hacer tantas comedias románticas, quiero que me tomen en serio y hacer otros papeles”, expresó.

“Y sí lo quiero, honestamente. Busco cambiar a otros géneros y explorar mis herramientas desde otros lugares. Pero eso no le quita ni tantito de valor a la chamba y al esfuerzo que es hacer comedia. Es padrísimo, es súper noble y me mama ver que la banda se puede cagar de la risa en el cine y decir ‘yo fui parte de eso’. Porque es súper loable y chingón”, continuó Egelhaaf.

Estoy totalmente de acuerdo y creo que es verdad. Está bien que el público sea crítico con los que estamos de este lado y lo que estamos haciendo. Y creo que todos lo somos en alguna medida porque somos público también. Y sí, hay que levantar los estándares, hay que hacerlo cada vez mejor”, comentó Verónica.

“Creo que lo estamos haciendo. No todo lo que hacemos es chido, definitivamente, pero sí hay muchas más ganas y voluntad de tomar riesgos, de buscar gente que venga de otros lados, de complejizar las historias, crear elencos más heterogéneos”, manifestó.

“Se están haciendo un montón de esfuerzos y creo que Mesa de regalos es un gran ejemplo de ello. La cinta toma muchos riesgos que pagan muy bien. Se arma una química muy chida, se apuesta por un buen guión y las actualidades de quienes estamos ahí. Siento que está muy bien ser críticos y también está muy bien ir aplaudiendo los pasos que vamos dando como industria, que creo que los estamos dando”, complementó la talentosa actriz.

Este es el género que más me gusta y creo que al mexicano también, junto con el terror y son muy parecidos. A mí lo que más me gusta de la comedia es que tienes que ser ingenioso para sorprender al público porque, justo, si puedes irte al lugar común, pero entonces la fórmula ya la hemos visto muchas veces. Pero cuando logras esa sorpresa es muy chido”, siguió.

Mesa de regalos es muy padre en ese sentido porque es una historia original que toma riesgos, no solo dentro de la estructura de su historia, sino en otros aspectos donde Noé se arriesgó para entregar un filme muy chido”, concluyó Tovar.

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