Escenario

ENTREVISTA. La cineasta mexicana estrenó hace unos días su miniserie para la plataforma Prime Video, protagonizada por Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti, Johanna Murillo y Diego Boneta

Márquez Abella crea un debate sobre cómo se entiende el feminismo en México con ‘La liberación’

Alejandra Márquez Abella La cineasta en la presentación de la serie en CDMX. (Moisés Pablo Nava/CUARTOSCURO)

La liberación es el título de la miniserie más reciente de Alejandra Márquez Abella hecha para el streaming, una serie protagonizada por Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti, Johanna Murillo y Diego Boneta, la cual busca crear un debate sobre la forma en que el feminismo se percibe en México.

La serie narra la historia de tres mujeres que se unen para persuadir a una joven actriz para que retire una acusación de acoso sexual contra un renombrado director de cine. Impregnada de un humor negro, esta controvertida misión fortalecerá sus lazos y sanará las heridas dejadas por el patriarcado.

Ante el estreno de ella, en Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con su creadora.

¿Una serie que libera o una serie que busca crear conciencia?

Ambas, todas las anteriores. Tienes que llegar al episodio 7 el mismo día que empiezas a verla, pero sí, yo creo que libera y crea una especie de conciencia. Yo no quiero decirle a la gente qué hacer ni qué pensar. Yo creo que pensar es un acto liberador, así que quizás tus dos opciones son una.

Nos puedes platicar un poco de esta secuencia en el primer episodio del club. Vemos muchas caras conocidas. ¿Cómo fue juntarlas para tenerlas ahí?

Esa escena fue muy difícil. Teníamos 120 mujeres en la escena y además nuestras grandes protagonistas. Yo creo que el proyecto nace de estas ganas de seguir trabajando juntas de Casandra, de Ilse, de Johanna y mías y ellas, ya por sí mismas, tienen un poder de convocatoria bastante poderoso.

Yo tengo que decir que creo que también a partir de mi chamba y de las películas que he hecho, la gente me contesta el teléfono, digámoslo así, y un poco en esa cosa sinérgica pues resultó en este cast, este ensamble maravilloso que tiene gente pues tan pop y tan popular como Diego Boneta, tan indie y underground como Teresita Sánchez, como que hay de todo.

Yo siempre decía que todas y todos cabemos en La liberación, no hay nadie que no quepa en ella. Esto es para todas y para todos.

‘La liberación’ de Alejandra Márquez Abella Fotograma de la serie. (Cortesía)

Vemos a una Alejandra muy libre en la serie. Completamente febril por momentos. ¿Cómo fue para ti después de haber pasado por la anterior película, que era mucho más seria, regresar a este tono que va más allá de la farsa que ya habías experimentado con Las niñas bien para llevarlo mucho más lejos todavía?

Pues yo creo que tengo un problema grave, que es que me aburro muy fácil. Siempre digo, bueno, ¿y ahora qué quisiera hacer? Yo venía de hacer A million miles away que es una película muy inspiradora, PG, para toda la familia, como muy tranqui, muy poco diabólica.

También estaba la idea de hacer televisión por primera vez, como creadora de un show. Como que también es una cosa muy liberadora, cine de alguna forma me resulta un espacio más sagrado, lo voy a decir con esa palabra, y la tele me dio como chance de poder jugar más y de ser más yo. La liberación es la cosa más personal que he hecho nunca.

Me gustaría saber cómo fue el surgimiento de la canción, porque es una canción que pareciera resonar dentro de todos los hitos de los cánticos feministas que tenemos, pero a la vez tiene su propia intensidad y tiene su propio ritmo.

Es el “Dies irae” de Mozart, que obviamente habla del día de la ira de Dios y de una especie de juicio final, y del futuro y de la condena, que creo que mejor que una hoguera aniquiladora y disciplinadora para escucharlo, para unir estos dos mundos.

Yo quería unir este mundo que es un espacio muy mental, muy fantasioso, muy poco material, muy poco realista, que es el medievo, que está lleno de anacronismos, y el mundo de esta especie de secta, que ya verás cómo evoluciona, cómo avanza y cómo se explica, porque hay una razón para todo.

Pareciera que todo siempre está en la cultura griega y en las raíces griegas. Tenemos a Medea, tenemos a Lisístrata y La liberación también viene por ellas. ¿Cómo es regresar a la literatura clásica para reversionarla, traerla a la época y hacerla que resuene actualmente?

Yo siento que estamos rodeadas de arquetipos superpoderosos, de símbolos que siguen vigentes. Yo recientemente estuve en un taller de tragedia griega y justamente releíamos Medea y decíamos, esto parece como un texto escrito hace 10 años.

Todas las cosas que Medea dice, son hiperfeministas, claro, ha sido un personaje muy mal entendido y creo que hay algo ahí, como dice el ciego al principio del episodio uno, como que necesitamos más instrumentos para entender el mundo y para mí quizás en esos espacios o en esos materiales hay muchas respuestas que no podemos pasar o dejar ir.

Vemos sobre todo en las presentaciones del pasado estos rompimientos de la cuarta pared, esta complicidad con la cámara, ¿cómo fue llevar a estas actrices a decirles por favor voltea?

Muy fácil. La gente está muy ávida por jugar, yo creo que todos estamos muy hartos del naturalismo que nos ha acompañado en los últimos años. Para mí ha sido una búsqueda personal en mis proyectos y en mi arte.

Yo creo que no hay una sola película mía en donde no haya un rompimiento de la cuarta pared, siempre ha habido como una mirada a cámara que trata de recordarle al espectador que lo que está viendo es una ficción.

Me parece muy importante recordarle al espectador que está viendo una ficción y que está viendo algo intencionado. Desde una autoría, desde un autor, desde un actor, desde una plataforma, desde un discurso. Y eso, creo que es más poderosa a veces la ficción que se construye a partir de esa realidad que de la ilusión de realidad.

Lo más relevante en México