Escenario

El polémico filme del director francés Jacques Audiard finalmente llega a México, y, al igual que un huracán tocando tierra, se presenta como un desastre inevitable.

Emilia Pérez: el “hije” odiado de La La Land y El Señor de los Cielos

Emilia Perez banner

El tercer mundo no gira alrededor del fútbol

Emilia Pérez intenta ser una fusión de musical, drama judicial y crítica social, pero fracasa espectacularmente. La película parte de una premisa en la que un narcotraficante, “Manitas del Monte” (Sofía Gascón), decide transicionar género, convirtiéndose en Emilia Pérez. Hasta aquí, la idea podría sonar interesante, pero la ejecución demuestra un desconocimiento total del contexto mexicano y un prejuicio insultante hacia lo que el director parece entender como “el tercer mundo”.

Uno de los errores más evidentes es asumir que toda sociedad latinoamericana está obsesionada con el fútbol. Aunque el deporte es importante culturalmente, el filme lo usa como cliché para construir un falso marco cultural que nada aporta a la trama. Esa desconexión con la realidad mexicana se refleja también en un intento fallido de retratar su sistema judicial. Aquí, los juicios parecen calcados de La ley y el orden, ignorando completamente la verdadera dinámica y complejidad del sistema legal en México. La escena donde Zoe Saldaña enfrenta la corte resulta un absurdo que ofende al sentido común.

Pretensiones desmedidas y carencias técnicas

Emilia Pérez 1

El director parece convencido de que Latinoamérica necesita ser “salvada” por el primer mundo. Este enfoque paternalista impregna toda la película, sugiriendo que los personajes no podrían prosperar sin la intervención de valores y ayudas extranjeras. Este discurso no solo resulta condescendiente, sino también simplista, ignorando la complejidad de las realidades sociales que pretende retratar.

También puedes leer: ‘Emilia Pérez’ triunfa con 13 nominaciones a los premios Oscar

Visualmente, Emilia Pérez parece atrapada en los años 2000, con un estilo que recuerda más a telenovelas de bajo presupuesto que a un musical cinematográfico de calidad. Los efectos protésicos para la caracterización de “Manitas del Monte” son particularmente horribles, llegando a ser más distractores que efectivos.

En cuanto al aspecto musical, las canciones carecen de métrica, una deficiencia básica que impacta negativamente la experiencia auditiva. La dirección vocal también brilla por su ausencia: las interpretaciones son desafinadas, y ni siquiera el uso de IA para ajustar la voz de Gascón logra un resultado convincente. A esto se añade la falsa suposición de que simplemente “cantar” diálogos los convierte en canciones, lo que produce momentos musicalmente inertes.

Incoherencias narrativas y actuaciones planas

Manitas del monte

La trama también tambalea con inconsistencias severas: Manitas del Monte lleva más de dos años en su transición hormonal y, a pesar de ello, mantiene una barba pronunciada. Además, la película encierra un mensaje cuestionable: como hombre, Manitas es el epítome del mal; como mujer, Emilia se transforma milagrosamente en una salvadora moral.

En el apartado actoral, Sofía Gascón no transmite absolutamente nada, dificultando cualquier conexión emocional con el público. Por otro lado, la única interpretación rescatable es la de Zoe Saldaña, quien, en comparación con el resto, parece ofrecer un atisbo de autenticidad, la cual podría ser la razón por la que está siendo premiada y como lo diría el refrán, “en tierra de ciegos el tuerto es rey”.

Te puede interesar: ¿Podría ‘Emilia Pérez’ hacer historia? La reñida quiniela de los Oscar

Por último, resulta alarmante que la única actriz mexicana, Adriana Paz, quien sufrió un secuestro en la vida real, no logre inyectar mayor empatía en un relato que aborda temas tan delicados. Esto subraya el superficial tratamiento del guion hacia problemas sociales complejos.

Veredicto final

Emilia Pérez fracasa en cada nivel: narrativo, técnico y cultural. Sus pretensiones de ofrecer una historia transgresora se derrumban bajo el peso de clichés, un desconocimiento alarmante del contexto mexicano y decisiones creativas cuestionables. Lo que podría haber sido un aporte relevante al cine se convierte, en cambio, en una caricatura mediocre y ofensiva.

Lo más relevante en México