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El cineasta y guionista cuatro veces nominado al Oscar, Jason Reitman, está de vuelta con una comedia frenética que nos lleva a revivir la primera noche de un show en vivo que cambiaría la historia de la televisión estadounidense con Saturday Night, cinta que estrenó nacionalmente en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia, que ahora puede verse en la plataforma de Apple TV y que figura en la temporada de premios de Hollywood, como en los Critics Choice Awards que se entregan este viernes donde está nominada a Mejor Reparto y Mejor Comedia.
Crónica Escenario platicó con el realizador sobre este proyecto que, para él, fue un sueño convertido en realidad.
“Creo que a menudo nos preguntamos si pudiéramos volver en el tiempo y vivir en cualquier lugar, ¿a dónde iríamos? Y la gente diría cosas como: quiero visitar la Antigua Roma o quiero estar en París en el siglo XIX, pero en mi caso era estar en Saturday Night Live en los años 70”, dijo.
“Pudimos hacerlo con el gran trabajo de la diseñadora de producción, los vestuarios y del cast que ensamblamos juntos. Gracias a ello pude visitar este set de Saturday Night Live antes de su primer programa y eso fue grandioso”, expresó emocionado el director.
Pero revivir este momento histórico le presentó retos a Reitman que antes no había enfrentado.
“Este fue fácilmente el trabajo de dirección más complejo de los que he hecho. Y empezó con meses de coreografía, porque es como crear un ballet de caos con 160 bailarines en el que todos están constantemente rebotando entre sí mismos como moléculas en la atmósfera”, comentó.
“Y para hacer eso bien, tuvimos que reconstruir el entorno de 30 Rock, crear cada vestuario, construir los sets y coreografiar los movimientos. Y el resultado fue este ambiente lleno de vida”, señaló.
EL SECRETO: LA FIDELIDAD AL MOMENTO
Y es que, para Jason, era de vital importancia transmitir la atmósfera que se vivía en esos minutos de caos. “Creo que a menudo pensamos en la ciencia ficción cuando en el cine hablamos de la construcción de un mundo, como si pensáramos en Avatar”, dijo.
“Pero este es un universo que queríamos traer a la vida con mucha fidelidad al grado de que el público pudiera entrar en el momento real y sentir el sonido de la televisión en vivo, experimentar lo que es cuando tienes una hora para ir, ver y sentir todos estos escenarios que cobran vida alrededor de ti, preguntándote constantemente si lo van a lograr o no”, añadió.
Saturday Night es capaz de contagiar esa locura de la hora y media previa a este estreno que podría marcar o hundir las carreras de Lorne Michales y compañía, algo que el experimentado cineasta consiguió gracias a un buen montaje.
“Editamos el filme muy rápidamente, aproximadamente en seis semanas porque hicimos mucho trabajo de preparación desde el principio. Hemos estado trabajando en ello, despejando espacios y viendo todos los movimientos para que, al momento en que llegamos al set, gritara acción y dijera adiós a la ficción para simplemente ver todo cobrar vida en frente de mí”, manifestó.
UN GUIÓN EN MANCUERNA CON GIL KENAN
Haciendo nuevamente mancuerna con Gil Kenan, con quien coescribió Cazafantasmas: El Legado, Jason admite que también fue un desafío poder armar el guión de este filme. “Es el más complejo en el que he trabajado. Tenemos muchos personajes y tratamos de darles su lugar en todos los momentos”, comentó.
“Y cada escenario tiene su propósito. Así que hay que tener una razón para traerlos a escena, no sólo para lucir el set o para ser divertido. Tenía que servir para su desarrollo y su arco además de tener que existir en una geografía determinada”, afirmó.
Todo gira alrededor del eje, un protagonista que mantiene la mira en todo lo que sucede y que da entrada al universo de talento que había esa noche de sábado del 11 de octubre de 1975.
“Seguimos a nuestro protagonista, Lorne Michaels, productor del show, desde el comienzo hasta el final durante 90 minutos mientras avanza por todos estos diferentes escenarios y cada vez seguir mostrando a todos estos personajes y manteniendo sus historias vivas”, dijo Reitman.
“Es increíble saber cuánto pasó en esa primera semana. Albert Brooks tenía un cortometraje que iba a ser parte del episodio y no hablamos de eso. Incluso Dan Aykroyd me comentó que si no salía al aire el show, pensaba que tenía aún una barredora de nieve en Toronto y un trabajo esperándolo”, continuó.
“Cosas como esas quedaron fuera pero cuando construyes un relato en cine sobre algo que comienza a las 10 y termina a las 11 y media de un ritmo sin parar, tienes que ser muy cuidadoso con los detalles que vas a mostrar”, añadió.
UN ENSAMBLE DE LUJO
Parte clave de Saturday Night recae en el excelente ensamble que armaron para dar vida a aquella alineación estelar. “En cada acto buscábamos a alguien que pudiera capturar la esencia de los protagonistas. Si estás jugando a ser Chevy Chase, tenía que capturar ese ego que necesita que lo hacía ser todo menos humilde”, expresó.
“Si estás Gilda Radner, tenía que buscar una manera de capturar la búsqueda de identidad de la comediante. Siempre se trataba de identificar esa una cosa que realmente hizo que ese personaje fuera quien era y luego poder traerla a estos mini arcos que se unieron”, manifestó el multinominado al Oscar.
“Los más complicados fueron John Belushi y Dan Aykroyd. Creo que estas dos identidades son tan específicas en la mente de la gente, el modo en que se ven, en que hablan y se sientan. Son comediantes muy físicos y John Belushi es una versión difícil porque lo tenemos encerrado en una parte de nuestra memoria porque lo perdimos tan pronto. Pero Matt Wood salió de la nada y cumplió con lo que buscábamos, fue una respuesta a nuestras oraciones”, continuó revelando Reitman.
“Dan Aykroyd es diferente, está encerrado en nuestra memoria porque lo tuvimos todo el camino. Desde el momento en que Dylan O’Brien entró para su audición, sentía que salvó nuestras vidas. Estábamos buscando a Dan Aykroyd y no lo pudimos encontrar”, sumó.
“Y yo, habiendo dirigido al verdadero Dan en mi último filme y trabajado con él, no podía no ser más consciente de lo que él hacía, hablaba como se comportaba y toda su naturaleza en conjunto. Y Dylan lo capturó, su esencia entera, en particular su estilo de hablar muy único”, agregó.
CELEBRAR 50 AÑOS DE LEGADO
No cabe duda que, en pleno aniversario 50 de sus emisiones al aire, para Reitman esta cinta celebra el gran legado que ha dejado el show.
“Saturday Night Live es la única comedia de sketches en la historia de Estados Unidos en la que no empieza ni termina con un solo cast. Cada década cambia su tono, su estilo y da nacimiento a nuevas personas. Solamente en la década de los 70 tuvimos a Bill Murray, Chevy Chase, John Belushi, Gilda Radner, Steve Martin. En los 80 a Eddie Murphy y en los 90 a Will Ferrel y Adam Sandler”, dijo.
“Más recientemente nombres como Kristen Wiig, Tina Fey y Pete Davidson le han dado su lugar. Y no puedo pensar en otro show que haya dado nacimiento a tantos talentos cómicos de clase mundial que han eclipsado el show porque puedes ir a países en el mundo donde no saben lo que es Saturday Night Live pero definitivamente saben quién es Sandler. Sencillamente no existe otro show como este”, reconoció.
Finalmente, Jason reflexionó sobre la conexión que su sueño hecho realidad crea con la audiencia a través de la magia y la pasión de concebir algo. “Mi público favorito para este filme es el que nunca ha visto Saturday Night Live. Porque sí, es una experiencia para aquellos que quieren comunicarse con un programa de televisión que conocen muy bien, pero más importante que nada, para mí, este filme representa la pasión detrás de crear cosas”.
“Quiero capturar ese momento de creación y eso es algo que todos lo entienden. Si has estado en una obra escolar o en un show de talento, o simplemente poniendo un juego en tu casa con tus abuelos, sabes lo que es sentir el deseo, el instinto para crear. Y esa es la pureza de lo que sucede en Saturday Night Live cada semana. Un domingo no tienen nada y el sábado tienen un show completo. No hay nada más puro que eso”, concluyó.