
Un ambiente de hermandad y camaradería es lo que se ha construido entre el elenco de la puesta en escena Spamalot, montaje musical que reúne a Adal Ramones, Adrián Uribe, Omar Chaparro, Susana Zabaleta, Ricardo Fastlicht, Faisy y los Mascabrothers (Germán y Freddy Ortega).
Con una lista de nombres destacados en el entretenimiento nacional, el montaje basado en la cinta de Monty Python, Los caballeros de la mesa cuadrada ha demostrado que hay lugar para todos sin dejar espacio a la lucha de egos.
“Todos estamos en un lugar que conquistamos, que nos costó, que no fue gratis, que nadie nos lo regaló, nos ganamos un lugar en los medios”, comparte el actor y conductor Adal Ramones en entrevista.
“(El elenco) hemos llegado a un lugar de madurez, de respeto por el trabajo y por los compañeros que solamente ha habido diversión. Nos carcajeamos, nos echamos carrilla, nos reímos; ha sido una bendición estar al mismo tiempo con compañeros que respetas, admiras, que quieres y puedes llamar amigo. Eso es increíble”, añade.
La puesta en escena, adaptada por los Mascabrothers, llegó este 14 de febrero al Centro Cultural Teatro 1 para tener una temporada de doce semanas, explica Ramones, la producción más grande que se ha hecho de Spamalot.
“Cada obra es un reto enorme de ensayo, de memoria, y cuando son musicales aprenderte los pasos, las canciones, los diálogos. Y cuando es una gran producción tienes que tener mucho cuidado porque entran y salen cosas: castillos, la cueva, la barca… y en esta producción bajan telones, casas, zonas de luz, se abren huecos en el piso donde sale gente, suben objetos…”, detalla el actor.
Emocionado por el estreno de esta comedia musical, el que fuera conductor de Otro rollo confiesa que se encuentra en un momento de su vida en el que no ha tenido mucho tiempo para descansar, y el reto ahora es tener la energía para aguantar un montaje como este.
“Te llegas a equivocar y te vas para abajo. Todo es una sincronización cuando es una gran producción entonces imagínate todo el día de pie, todos los días ensayando, llega un momento en que sientes el bajón”, dijo.
“El cansancio no es por los ensayos (de Spamalot), es porque tenemos años y años de no parar, y aparte tengo hijos grandes, chicos, no nada más estoy en esta obra. Tuve cuatro días de descanso: estuve de gira con Otra vez papá, hicimos esa gran comedia y de ahí saltamos luego luego a empezar los ensayos de Cuento de navidad y terminamos y tuve cuatro días de descanso y arranqué Spamalot”.
De miras al estreno, Adal agradece tener la vitalidad para llevar este ritmo tanto en su vida profesional como personal.