
Crónica Escenario charló con Sean Wang, director y guionista del ‘coming of age’ llamado Didi, además de Joan Chen e Izaac Wang, quienes dan vida a madre e hijo en esta emotiva película presentada en los laboratorios de producción de Sundance este año que nos habla sobre los retos de cómo crecer siendo asiático americano a través de un sentido catártico y autobiográfico que promete conquistar los cines mundialmente muy pronto y que también está nominada en los Spirit Awards que se entregan este fin de semana a lo mejor del cine independiente.
El filme se desarrolla en 2008. Durante el último mes de verano antes de que empiece el instituto, un chico estadounidense de origen taiwanés aprende lo que su familia no puede enseñarle: a patinar, a ligar y a querer a su madre.
CAPTURAR EL VIAJE ADOLESCENTE
Sean Wang habló sobre lo que lo motivó a capturar este viaje adolescente sobre un joven asiático y su relación con su madre. “Siempre me han atraído las historias y cintas sobre la juventud. Creo que hay momentos en nuestras vidas que son tanto formativos como turbulentos”, dijo.
“Además, siempre me han atraído las historias como Ratcatcher, Los 400 golpes o Cuenta conmigo. Cuando crecí como cineasta por mi propia cuenta y pensaba sobre esas historias, me di cuenta que no había alguna que presentara a un chico que luciera como yo”, añadió.
Para hacer este filme tuvo que escarbar en su pasado: “Mirando a mi juventud, especialmente entrando a los 20, sentía que había situaciones específicas que viví que podrían llevarnos en una montaña rusa de emociones pero que debían verse desde nuestra perspectiva”, explicó.
“Así que empecé a escribir en el 2017 y los años subsecuentes salieron Lady Bird, Mid 90s, Luz de luna, toda esta camada de cintas contemporáneas clásicas del coming of age y me percaté de que había un público para estos relatos. Así que me pareció que esta era una oportunidad buena para tratar de hacer algo fresco y nuevo”, añadió el realizador y guionista.
PERSONAJES LLENOS DE MATICES
Joan Chen habló de su personaje, una madre que tiene que soportar el abuso de su suegra y la indiferencia de sus hijos adolescentes. Al respecto, mencionó: “No me había encontrado con un papel tan bueno como éste desde hace tiempo. Cuando Sean me dio a leer el guión quedé asombrada no sólo por ser este ‘coming of age’ sino por ser una carta de amor a su propia madre”, dijo.
“Aunque solamente es un rol de soporte, muestra muchas facetas y es muy complejo pero sobre todo diferente a lo que hice en Locamente millonarios o El Club de la Buena Estrella. Ella es una matriarca amable, llena de amor, con un gran sentido del humor. No podía dejar pasar la oportunidad de hacerlo”, sumó.
Por su parte, Izaac Wang es el protagonista del relato, un papel que realmente no estaba buscando hacer. “Comencé a actuar desde los 8 años y he participado en algunos papeles secundarios que no han sido tan grandes como éste en Didi, que es mi primer protagónico”, dijo.
Asimismo, el joven histrión reflexionó sobre las enseñanzas que le dejó el papel, como el poner en perspectiva su propia relación con su madre. “Definitivamente hizo que cambiara mi relación con ella. Antes, nos comportábamos de forma tan necia y no nos llevábamos bien por muchos ratos. Pero ahora, hemos encontrado una conexión que el filme nos ayudó a encontrar”, comentó.
Sean profundizó sobre la necesidad que tenía de crear un relato de esta índole más allá de lo catártico que pudiera resultar. “Siempre quise hacer una cinta inspirada en mi niñez, desde 2014, pero no tenía la confianza de diversificar mis historias en ese entonces ya que quería que mi trabajo fuera visto. Pensaba que si castigaba a gente que se pareciera a mí no la iba a ver nadie porque la cultura asiática no se reflejaba tanto en pantalla”, expresó.
“Fue hasta que hice el corto en 2017, 3000 miles, una crónica narrada por los correos de voz de mi madre en chino que me abrió las puertas. Fue algo personal y pequeño que me inspiró a seguir adelante y tener esa confianza de poner en escena mi propia vida y experiencias. Me tomó cinco años escribir el guión hasta que comenzamos a grabar en 2022 y ahora, tenemos su estreno”, añadió.
EL CINE PARA JUGAR CON LOS FORMATOS
Asimismo, el realizador habló sobre la importancia de haber dirigido en formato documental antes de esta ficción basada en su propia vida. “Nai Nai & Wài Pó y mi otro proyecto que tiene mucha más relación con éste, me ayudaron a percatarme de que hay cosas que no están en el guión que van creando tu narrativa”, dijo.
“Con Didi, traté de combinar elementos de ambos mundos y así tratar de crear la espontaneidad del cine documental. Otro factor fue el poder mezclar diferentes formatos de video para darle una acción cinemática que pudiera darle sentido a todo y que, a su vez, se sintiera aterrizada a la realidad”, añadió.
Izaac también habló sobre trabajar al lado de Sean en este proyecto. “Una de las cosas más divertidas de hacer esta historia con él es que sentí que hacía una cinta con un gran amigo. Realmente tuvimos esa conexión donde nos sentíamos todos haciendo un filme viejo entre compañeros. Eso no me había pasado nunca, tener un director que fuera tan cercano a mí”, declaró.
“Tal vez sea porque no había tenido un protagónico antes pero realmente tuvo un acercamiento con todos en el set sin ser completamente serio o solemne. Creo que esa forma de dirigir hizo que todo fuera mucho más sencillo pues sentimos que no estábamos trabajando, sino divirtiéndonos. Y eso siempre es importante mantenerlo presente en nuestro trabajo como actores”, añadió.
Ese mismo sentir comparte el realizador. “La esperanza de hacer este filme y diseñarlo me hizo aprender, como director, al menos con Izaac, que tenía que ser un líder y eso me obsesionaba pero también buscaba respetar sus propios procesos. En ese laboratorio, donde empezó a concretarse todo esto, me percaté de que si no me divertía haciendo esta historia, no sería buena”, destacó.
“Y algo que era muy importante para mí y mis productores era que los jóvenes la pasaran bien con el resto. A final de cuentas, les pedimos que renunciaran a un mes de uno de sus veranos formativos más importantes de su juventud para traerlos a este alocado circo. Más allá de que fuera bueno o malo el resultado, buscamos que se lograra una experiencia positiva en general para ellos, y para todos en sí”, complementó.
UN CHOQUE DE GENERACIONES
Si bien Joan Chen hace de la cariñosa madre del protagonista, también representa el rol de una hija política, algo que la actriz resaltó que es muy común en las familias chinas. “Es normal que vivan hasta tres generaciones juntas. Siempre es una situación difícil. Mi propia suegra es un amor, así que la dificultad que enfrenta mi personaje era algo nuevo para mí”, mencionó.
“Pero aquí, vivo con ella quien cree que soy culpable de que mi esposo esté ausente y de que no estoy haciendo mi trabajo de forma correcta. Existe cierta tristeza y amargura detrás de ello que entendía bien. Aún así, ella encarna esa representación acertada de la tradicional madre china y sabe que a pesar de esos problemas, en un momento se muestra sensible, gentil y preocupada por su suegra. Eso es parte del porqué amé hacer este papel”, sumó.
Aunque en el resultado final la cinta cumple con una emotividad y gracia interesantes, Sean admitió que tener a la experimentada Cheng en el set fue interesante. “Hay algo grandioso que tiene ella en relación con su personaje. Y si le sumas que es una estrella que con su mera presencia logra atraerte a la pantalla, demostró ser de una gran valía”, expresó.
“Hubo momentos en el cuarto de edición donde ella era capaz de mostrar todo sin decir un solo diálogo, solo con la mirada. Trabajar con ella fue algo que fluyó de manera natural y colaborativa. Ella jamás me hizo sentir como director primerizo, sino que hubo mucho amor y calidez de su parte. Me sentí afortunado porque sin duda, ella ayudó a construir ese ambiente que soñaba tener mientras filmaba”, añadió.
CON LA ESENCIA DEL DIRECTOR
Otro aspecto interesante resulta el uso de la abuela de Wang, Wai Po, quien interpreta a la suegra. Al respecto de su papel después de retratarla en su documental previo, el director declaró:
“Ella se tomó su papel muy en serio y de alguna forma, el corto previo le funcionó como una especie de audición. Creo que tiene la habilidad de empatizar con ella y su mirada dice muchas cosas. Es encantadora y a pesar de saber el riesgo de que pudo funcionar o no, tuvimos plena confianza en ella y dio lo mejor de sí”, explicó.
“Y la primera vez que ella y Joan compartieron escena estaba muy nervioso por cómo saldrían las cosas, pero ella se mostró completamente natural. Ella se mostró muy generosa con mi abuela y supo acoplarse a lo que ella ofrecía en su papel. Creo que lograron que su relación fuera eléctrica y muy viva”, siguió.
Concluyendo la charla, Sean Wanf confesó qué tanto Didi captura la esencia de su verdadero yo. “Creo que Chris, el protagonista, es una versión más ansiosa, consciente y autodestructiva de mí. Si bien me veo reflejado en varios aspectos del papel, me aproximé a él como un personaje de ficción. Cuando comenzamos a filmar, se me olvidó que el público pudiera asociarlo conmigo porque creo que tuve que compartimentalizar esas partes de mi cerebro”, enfatizó.
“Y cuando hablé con Izaac sobre eso y los sentimientos y actos de su rol, lo hacía para proporcionar cierta experiencia al mismo, pero no era un indicativo, sino más bien como un juego en el que encontramos entre ambos darle vida a este joven. Nunca hubo intención de que me plasmara a mí en la pantalla, sino que buscaba un estilo similar a Beginners o Lady Bird”, concluyó.