Escenario

COBERTURA. El filme brasileño compitió en la Berlinale por el premio al mejor documental

Lucia Murat pone foco en adolescentes “sobrevivientes” de violencia con ‘Hora do recreio’

La cineasta Lucia Murat en la Berlinale (Elena Garuz/EFE)

La brasileña Lucia Murat compitió en la Berlinale al premio al mejor documental con su filme Hora do recreio, en el que aborda desde una perspectiva tanto documental como de ficción problemas como la violencia, el racismo y el feminicidio a partir de las vivencias de un grupo de alumnos adolescentes, en ojos de la realizadora, “sobrevivientes”.

Los adolescentes de la primera escuela que aparece en el filme, por ejemplo, hablan de sus problemas de una manera “muy impactante”, señala la directora en entrevista con EFE, y agrega que “son, de alguna manera, sobrevivientes, porque las madres de estas personas consiguieron escapar de la violencia”, y por lo tanto son tan fuertes, porque tiene un ejemplo que seguir, agrega.

Murat cuenta que al no recibir permiso de las autoridades estatales para filmar en la primera escuela, decidió alquilar otro recinto escolar y llevar allí a los alumnos.

“Lo que me sorprendió fue la capacidad que ellos tuvieron de hablar, el coraje” incluso no estando en su escuela, aunque estaban acompañados de su profesor.

El profesor, no obstante, no aparece en el documental y su papel lo asume una actriz, que sabía que los alumnos iban a hablar de sus historias personales relacionadas con temas como la violencia, el racismo y el feminicidio, aunque nadie esperaba “que fuera una cosa tan impactante”, afirma la cineasta.

Lo que contaron los alumnos hizo que la propia actriz se implicara y hablara sobre sus propias experiencias, de manera que su realidad también está en el documental, destacó.

Desde el inicio, Murat tenía la idea de incluir también una dramatización de la novela Clara dos Anjos, de Lima Barreto, un clásico de la literatura brasileña de los años veinte del siglo pasado y escrita por un autor negro, algo muy raro en esa época, explica.

“Es una historia muy contemporánea, porque es la historia de un abuso de una adolescente negra por un blanco más rico”, señala.

A la hora de interpretar la obra, los adolescentes, procedentes de diferentes grupos de teatro de las comunidades (favelas) de Vidigal, Cantagalo y Cidade de Deus, establecen paralelismos con sus propias experiencias y los problemas que encuentran en la sociedad actual.

Además, el filme incluye otra pequeña dramatización o performance de los alumnos sobre lo que sienten cuando se enfrentan a una operación policial.

La cineasta explica que la idea de esta recreación surgió cuando a raíz de una operación policial no pudieron filmar en una escuela que se encuentra en una zona donde estos operativos son frecuentes y siempre hay balas perdidas.

El punto de partida de este proyecto fue una encuesta entre los profesores que trabajan en la enseñanza pública.

El filme, nominado también al premio de Amnistía Internacional de la Berlinale, se proyectó dentro de la sección Generation, dedicada al cine infantil y juvenil.

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