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Crónica Escenario charló con el nominado al Premio de la Academia como Mejor Actor, Colman Domingo, quien da vida a un ex reo que formó parte del programa artístico retratado de manera interesante en Las vidas de Sing Sing, de Greg Kwedar, un relato poderoso sobre el poder transformador del arte que escapa del drama carcelario para mostrar una luz de esperanza y cambio para los involucrados.
Domingo, que también fue nominado el año pasado por su papel como el activista Rustin, habló de cómo llegó al proyecto. “Fue una invitación de un gran creador, Clint Bentley, para venir a la mesa y dar lo que pudiera”, dijo.
“Eso incluyó una empresa de producción, el modo en que produje y la forma en que quería ayudar a hacer un filme. Y la tomé porque pensé que había algo necesario sobre eso y la forma en que quería cuidarlo. Los temas del filme, los hombres que formaban parte del mismo y la forma en que lo íbamos a contar”, añadió.
LA QUÍMICA DEL EQUIPO FUE FUNDAMENTAL
Para el histrión, la química creada entre el grupo era fundamental para dar vida a las bellas caras de este programa. “Creo que esa química creada entre todos sucedió desde las sesiones de zoom antes de grabar”, mencionó Domingo, quien da vida a Divine G, uno de los fundadores de este programa.
“Nos presentaban unas escenas, las leíamos y después teníamos conversaciones profundas sobre lo que importaba para cada uno de nosotros y lo que queríamos retratar. Estábamos conscientes de que crearíamos un híbrido que no se había hecho antes con los que han experimentado esta rehabilitación a través del programa de arte y el efecto que ha tenido”, señaló.
LA INSPIRACIÓN AL CONOCER A DIVINE G
Conocer a John “Divine G” Whitfield, fue un paso interesante para Colman, que conectó inmediatamente con él. “Nos vimos vía zoom y después en una cena antes de volver a grabar. La conexión fue de hombre a hombre y de artista a artista. Sabía que teníamos mucho en común, para ser honesto, solo por la forma en que nos vemos en el mundo”.
“Incluso cuando sucedió, sabía cómo estaba acogiendo a otros mientras estaba en el interior de Sing Sing, y pensé que era algo en que probablemente invirtió mucho tiempo. También la idea de que él era un actor que trabajaba con sus habilidades en el programa de artes, algo que yo haría. Es un hombre extraordinario y me encantó tener la oportunidad de interpretarlo y darle un poco de su alma al filme”, explicó el histrión.
La preparación para esta cinta implicó un proceso diferente para el oriundo de Filadelfia. “No fue tan riguroso como en otros que he hecho. Hacer de Divine requería cierta chispa que permitía crear otro tipo de magia, sumado a cierta vulnerabilidad y el estar abierto a todo desde un lugar con menos ego y partir de algo más auténtico que no fuera duplicado de alguna parte”, explicó.
“Creo que Greg fue un gran guía llevándonos a esos puntos y dándolos la libertad de darlo todo para crear esto en donde todos aprendemos de los otros, compartiendo, experimentando y teniendo un sentido de apertura”, añadió.
LA IMPORTANCIA DEL SILENCIO EN EL FILME
Uno de los aspectos más destacados de la cinta recae en la importancia del silencio que maneja Divine G. “Hablé con Greg sobre eso y una idea japonesa sobre un espacio vacío donde todo y nada pasa simultáneamente. Me pareció muy relevante para este filme”, mencionó.
“Es curioso porque no tuve muchos instantes así en Rustin o El color púrpura, pero me parecía que para comprender la psique de Divine G, debió de haber muchos espacios de reflexión pues es muy pragmático y utiliza su escritura para aferrarse a su lado humano en la prisión pues lo único que tiene de sobra ahí dentro es tiempo. Era un factor muy importante para mí”, manifestó Domingo.
EL PAPEL DEL ARTE EN LA SOCIEDAD
Pero la más fuerte reflexión recae en la importancia del arte en esta sociedad y en las vidas de las personas como una fuerza transformadora. “Sabemos que el arte es esencial para todos y creo que la idea de que a veces lo olvidamos es también probablemente el mayor problema que tenemos que enfrentar”, dijo.
“A veces, la sociedad o el gobierno se olvidan de que necesitamos arte en nuestras escuelas y en nuestra cultura, porque a través de ello examinamos nuestra humanidad y quiénes somos. Tenemos que aclarar eso de una manera más amplia, para saber que es necesario para nuestra sobrevivencia como seres humanos”, aseveró.
“Pero no puedo hablar de todo esto sin mirar a Clarence, a John y a Dino, a quienes les aplaudo mucho. Me parte el corazón saber cómo la gente los hace a un lado pero, estando dentro de la prisión, ellos se ayudan y se aferran los unos a los otros gracias al arte, que es como un regalo que llegó a sus vidas para ayudarlos a transformarse ellos y a las comunidades a su alrededor”, continuó Domingo.
“El arte los prepara para que se reinstauren en el mundo y sean parte de él nuevamente. Aprender de él, dejar atrás los viejos traumas y tener profundos aprendizajes fue revelador”, declaró.
RECONOCIMIENTO AL EQUIPO
Finalmente, Colman reconoce y aplaude la gran labor de sus colegas, quienes forman parte de la cinta y son ex miembros de este programa.
“Cuando los conocí, quise hacerlo donde estaban, no me interesaba su vida en la cárcel ni hacer un estudio antropológico de los conceptos que la gente podría tener de ellos. Simplemente quise conocer quiénes eran, hablar de nuestros sueños, la música que nos gusta, nuestros vecindarios y así conectamos de corazón a corazón”, afirmó.
“Todo eso tuvo un efecto rotundo en mí y quise que la atención se enfocara directamente en ellos, dada la oportunidad. Son mis hermanos, mis primos, gente de mi comunidad y tenemos que cuidar de ellos. Ese es mi sentir al respecto de la trascendencia de este filme, del arte y todo lo que hacemos con ello”, reflexionó el actor.