
El director de El gran showman, Michael Gracey, deja de lado el circo y la maroma para sumergirse en la vida de un ícono de la música británica: Robbie Williams.
Fiel a su estilo y con un sentido musical de por medio, Better man: La historia de Robbie Williams llega a cines y Crónica Escenario charló con el australiano sobre las responsabilidades y retos de crear esta biopic emotiva y fuerte sobre la fama, la salud mental y el crecimiento duro de una estrella.
“Todo comenzó cuando le pedí un favor a Robbie mientras filmaba El gran showman y convencía a Hugh Jackman de que la música de la cinta era buena. Él tomó como referente a Robbie en el proceso de creación de P.T. Barnum por la capacidad de capturar la atención del público como Williams”, expresó.
“Afortunadamente después de ese proceso lo busqué con ayuda de mi abogado y un domingo fui a su casa y le plantee que buscaba hacer un musical completamente original y que me encantaría tocar mis canciones”, manifestó de inicio Gracey.
UN PROCESO LLENO DE COMPLEJIDADES
El realizador profundizó en todo lo que inició este gran proyecto que se ha convertido en uno de los musicales más queridos de los últimos tiempos:
“Entonces entré a su estudio de grabación, le platiqué la cinta y al final le dije que lo único más bizarro que sucedía además de aparecer un domingo por la mañana en su hogar era lo que le iba a pedir: que me diera su opinión sobre la música de esa historia porque Hugh Jackman necesitaba saberlo. Rob aceptó, grabé un video con sus impresiones, lo cual convenció a Hugh de hacer la película con las composiciones originales”, continuó el director.
“Comenzamos a charlar más frecuentemente sobre nuestras vidas y pensé que mientras más nos abríamos, más necesitábamos grabar esos testimonios de su vida, los abusos de las drogas y demás. Solamente como ejercicio de memoria por aproximadamente año y medio”, continuó.
“Luego los edité de forma que se escucharan seguidos y Simon Gleeson y Oliver Cole tomaron eso como base para el primer borrador. Desde ese momento supe que quería crear algo único y crear una diferencia en las biopics para que se sintiera especial y honesto”, apuntó Michael.
LA EXPLICACIÓN DEL MONO Y JONNO DAVIES
Pero ¿por qué hacer de Robbie un mono? Gracey explicó: “En las cintas, Rob mencionaba mucho el hecho de que lo llamaban para cantar como el mono amaestrado. Así que pensé que así se percibía a sí mismo. Fue así que me pareció una aproximación muy fascinante en lugar de tener que mostrar a Robbie como todos lo conocemos. Solamente respetamos su voz y sus letras, pero lo demás es a partir de cómo se percibe él hacia el público”, dijo.
“Claro que eso nos trajo tanto restricciones como libertades a la vez”, aclaró el australiano. “Aquí tuvimos a un actor que sabía que jamás veríamos su rostro en cámara, que es Jonno y que hace un cameo en la última escena mientras ‘My way’ suena. Pero esas son las ventajas que te da tener una actuación digital, que no es lo mismo que el motion capture”, explicó.
La dura labor recayó en el joven Jonno Davies, fan de Robbie y un actor comprometido que decidió tomar las riendas del mono. “De verdad ofrece una clase magistral en actuación. Es fenomenal. Él y Robbie pasaron tiempo juntos para trabajar en el montaje de ‘My way’”, comentó.
“Ambos lo hicieron con Steve Pemberton a su lado. Pero debo decir que realmente el trabajo fue completamente de Jonno que vio videos, se prepare para cada movimiento y gesto, sobre todo porque Robbie ya no puede moverse como en ese entonces”, señaló el australiano.
“Para Jonno fue todo muy liberador. Tenía esperanzas de que así fuera para él y el crédito de hacer a este actor con rostro de mono tan realista es mérito de los artistas de Weta. Ellos le rindieron un gran honor al trabajo hecho por él y su interpretación con todo y la sutileza en que empalmaron los efectos con su interpretación”, complementó.
UNA IDEA QUE ABRIÓ POSIBILIDADES CREATIVAS
Hacer de Robbie Williams un mono ofreció al cineasta un par de aspectos interesantes. “Como humanos, veran un animal pasar por esos momentos creo nos perturba más y crea una mejor empatía gracias a la inocencia que asociamos con los animales. Mientras que, si un humano sufre, somos un poco insensibles”, dijo.
“Si pateas a una persona, a nadie le importa, pero si pateas a un perro inmediatamente quieres matar al tipo. Y aquí creo que gracias a que Robbie es un mono podemos conectar con él en sus momentos más oscuros. Algo perturbador existe en ver a un simio inhalar líneas de cocaína”, siguió.
“En contraparte, nunca buscamos glorificar lo que hacía. Creo que, en las escenas con drogas, podríamos optar por mostrar lo glamoroso, pero no había nada en la forma en que Robbie hizo eso para tratar con sus problemas de salud mental que fuera de esa manera. Rob fue muy valiente al permitirnos presentarlo así en el filme, de una forma tan incómoda. Pero, en definitiva, había muchas cosas que, como mono, nos daba libertad de hacer”, enfatizó a su vez Gracey.
Otra parte clave de Better man fue la oportuna elección de canciones, mismas que apoyan la narrativa de las peripecias vividas por el británico.
“Siempre pensé que tendría que cantar cada vez que las palabras no bastaran para expresar lo que sentía. En sus momentos de desesperación o euforia pura, así como de alegría, entra una canción porque es así cómo expresa sus sentimientos. Es como un soliloquio en Shakespeare. Pero fue una decisión puramente narrativa”, comentó Michael.
LA DURA VIDA DE ROBBIE WILLIAMS
Sin embargo, la dura vida del joven Robbie es algo que, también, interesaba abordar al cineasta detrás de Better man.
“Hay gente que, desde muy jóvenes, se lanzan a la luz del estrellato y después tienen a todo el mundo juzgándolos y hablando de ellos. Desafortunadamente, buscan una aceptación de ellos mismos a través de otros y eso hace que confíen o dependan de otros y así caigan en una espiral peligrosa. Por eso, muchos de ellos no logran trascender más allá de ese momento”, expresó.
“Lo que es realmente de miedo es que eso es lo que representa actualmente a cada chavo en redes sociales, porque ellos creen esperando que un día tengan amor, otros que lo darían todo por un like, esperando que no tengan comentarios negativos y basando su propia autoestima y valor en ello. Me parece que eso es un problema enorme en este momento de lo que fue para las boy bands en los 90, porque ahora ese fenómeno es global”, reflexionó duramente Gracey.
“Como resultado, me parece importante mostrar un personaje exitoso a través de la lucha de su propio auto desprecio, sus demonios y su desesperado deseo de ser amado. Rob lo explica de forma muy simple: si tu no me amas, yo tampoco lo haré. Me parecía una forma terrible de ser, pero por ello después de esa montaña rusa de emociones que es la cinta, la gente se toma un momento para reflexionar y procesarla” señaló a su vez el australiano.
“Better man es un proyecto que habla ciertamente de la severidad de lo que es lidiar con la salud mental y permite que la audiencia encuentre un camino para hablarlo más allá de la familia. Espero que esta historia sea suficiente para encender una chispa en la conversación. Y si podemos ayudar a una sola persona a ello, sería maravilloso”, concluyó en sus cavilaciones el cineasta.