
Miguel Bosé con una amplia sonrisa le dijo a su audiencia en el Auditorio Nacional: “Nunca antes me había pasado esto, no quiero que mañana se quejen de que no traje una producción chingona”, terminando de disipar los temores que había dejado unos minutos antes el sonido de la alerta sísmica que había interrumpido momentáneamente el show, el cual había iniciado en punto de las 20:40 horas con el tema de “Mirarte”, con un cantante vestido todo de blanco al igual que sus músicos y coristas.
El primer concierto del Importante Tour en la Ciudad de México fue una gran máquina de éxitos donde el cantante llevó al público de la noche del 14 de marzo del 2025 a un viaje que llegaría hasta sus inicios en 1977, repasando los grandes momentos de su discografía, mostrando que su magia se conserva intacta y que la comunión encuentra con la gente está intacta.
El segundo tema de la noche fue “Duende” que provocó que varios se pararan a bailar e imitar la coreografía de aquellos estaban en el escenario, la canción cedería su espacio a el que quizá sea uno de los más grandes temas de los últimos discos de Bosé, el autobiográfico El hijo del capitán trueno que en su metáfora de viajes por el mar nos recordaría su lucha contra su padre, el torero Miguel Dominguín que vería a su hijo “nunca fue digno del padre, que salió poeta y no una fiera”.
Y para rematar de que estábamos viviendo una noche especial, la “Nena” recuperaría sus perdidas tetas, víctimas de lo políticamente correcto, enloqueciendo a todos.

“Aire soy” dejaría espacio a “Bambú”, uno de los momentos con mayor energía de la noche, lo que nos llevaría a recordar que “Este mundo va” el cuál, al llegar casi a su final, fue interrumpido por el sonido de la alerta sísmica, un sonido que se impondría a la misma música causando primero el desconcierto de los espectadores que no comprendían si era parte del espectáculo primero y luego su temor al comprobar era un capricho de la naturaleza que no pensaba perderse este evento.
Hay que remarcar que no hubo excesos de pánico en los asistentes y la gran mayoría siguió las indicaciones se dan previo a cada concierto en el recinto, las cuales indican se permanezca en el sitio y se espere a indicaciones, siendo los menos los que buscaron una salida del lugar.
Tras quince minutos la representación continuaría con un Bosé muy “Sereno”, seguido por “Solo sí” y tras charlar con su público bromeando con lo ocurrido entregar una gran versión de “Hacer por hacer”.
La velada prosiguió “Como un lobo” paso a paso, llevándonos a un tema que escribió Bosé durante la guerra de Yugoslavia y que nos recordaría que la esperanza por un mundo mejor siempre es necesaria, “Nada particular” y su eterno coro de una isla en medio del mar llamada libertad evocaría a la reflexión.

Para interpretar “Olvídame tú” el cantante usaría un impresionante atuendo rojo, un traje coronado con una larga capa que cubriría la mayor parte de las escalinatas tenía el escenario, imponiendo en su majestuosidad.
Lo que serviría de preámbulo para recorrer las calles de “Sevilla” y recordar a esa lejana “Amiga” del primer disco y remarcarle que “Creo en ti”. Lo que permitiría después la llegada de esa carta de un “Partisano” y cerrar esa parte de la velada con “Puede que”.
El encore permitiría la presentación de los músicos y coristas con su nombre en pantalla mientras desfilaban, siendo el último en retomar el escenario Bosé quien con “Morena mía” nos antojaría un suculento café, añorando al ser amado en su ausencia con “Si tú no vuelves” y la llegada del “Amante bandido”, tema de 1984 y que en su momento se convertiría en todo un éxito amparado en su video donde el cantante jugaba a ser un españolizado Indiana Jones.
“Te amaré” sonaría como una eterna promesa al público asistente quien se entregaría con todo su fervor al ritmo de la letra, la cual llevaría a Bosé a sentarse junto a sus músicos para interpretar una ya no tan energética versión de “Don Diablo” que parecía marcar el final de la velada pero que sorpresivamente daría pie a una versión sumamente emotiva de “Por ti”, la cual sería interpretada en un escenario desnudo por el artista, sin acompañantes.
Miguel Bosé regresará al Auditorio Nacional en el mes de abril para ofrecer otro par de conciertos de una gira que no defrauda y nos deja claro que hay aún mucho que entregar por parte del intérprete.
