
Las fans de Girl in Red abarrotaron el Pepsi Center desde muy temprano el pasado sábado, listas para una noche en la que podrían sentirse como ellas mismas, libres de prejuicios. La expectativa era enorme, y el ambiente se llenaba de emoción con cada minuto que pasaba.
Bratty fue la encargada de abrir el concierto, calentando motores con su indie fresco y melancólico. Sin embargo, la impaciencia comenzó a crecer cuando el reloj marcó las 21 horas, el momento pactado para el inicio del show, y aún no había noticias de que Girl in Red saliera. No fue sino hasta las 21:50 cuando las luces se encendieron y la euforia explotó finalmente.
Mientras la multitud esperaba, temas de Sabrina Carpenter y Chappell Roan sonaban de fondo. “Hot to go!” desató la energía de todas, con muchos fans bailando la coreografía viral en un intento por distraerse de la tardanza. Pero en cuanto se escucharon los primeros acordes de “Doing it again baby”, la espera quedó en el olvido y el Pepsi Center se convirtió en una explosión de gritos y emociones, desde la melancolía hasta el amor.
Sin dar tregua, continuó con “Bad idea”, y en cada canción el público respondía con gritos ensordecedores. Desde el inicio, era evidente que una gran parte de la audiencia estaba conformada por mujeres queer, especialmente lesbianas, quienes han convertido a Girl in Red en un ícono de su comunidad. La energía que se sentía en el recinto era la de un espacio seguro y de celebración.

Marie Ulven Ringheim, mejor conocida como Girl in Red, nació en Noruega y se ha convertido en una de las artistas más representativas de la comunidad LGBTQ+. Desde que irrumpió en la escena con su himno “We fell in love in october”, su música ha sido un refugio para miles de jóvenes que encuentran en sus letras la representación que muchas veces les falta en otros espacios. En su música, el amor entre mujeres no es una metáfora, es una historia contada con orgullo y sin miedo.
Visiblemente emocionada, mencionó que este era su primer show del año y que los mexicanos estaban “fucking crazy”. Más tarde, tomó la guitarra y tocó “Girls”, una de las más coreadas de la noche, con cientos de voces gritando cada verso con pasión.
Uno de los momentos más anecdóticos llegó cuando habló de su experiencia con la alerta sísmica en México. Confesó que se había asustado muchísimo, pero que lo que más le sorprendió fue la calma con la que los mexicanos lo tomaban, como si fuera un día cualquiera.
La velada siguió con “Body and mind”, pero en medio de la euforia, la artista detuvo una canción al notar que una fan necesitaba ayuda. En un gesto de empatía, se aseguró de que estuviera bien y bromeó con el público sobre la importancia de mantenerse a salvo, diciendo que “el fuego estaba controlado”.

Luego, al piano, interpretó “I’m back”, una canción en la que suele cambiar la letra según el país en el que se presenta. En México, improvisó con un guiño a la cerveza, lo que desató risas y ovaciones. Además, recibió un peluche del Dr. Simi vestido de rojo con corbata, un clásico de los conciertos en el país.
En un gesto significativo, sacó una bandera de la comunidad LGBT+ durante “Ugly side”, provocando una ovación ensordecedora. La conexión con el público era innegable, y cuando llegó el turno de “We fell in love in october”, el Pepsi Center se llenó de una atmósfera mágica.
Parejas, amigos y desconocidos se abrazaban y cantaban con el corazón en la mano, envueltos en un aura de amor y nostalgia. Era un himno para la comunidad que la ha acompañado desde el inicio de su carrera.
El ritmo se intensificó nuevamente con “Phantom pain”, desatando una oleada de saltos y gritos que sacudieron el recinto. La energía era palpable, pero Girl in Red supo cómo manejar los altibajos emocionales del concierto: bajó el ritmo con “Too much”, una interpretación más introspectiva en la que tomó una bandera de México, provocando una ovación de orgullo.

La noche avanzaba entre emociones contrastantes, y cuando llegó “Rue”, muchas fans no pudieron contener las lágrimas. La canción, que habla sobre la lucha interna y la vulnerabilidad, resonó profundamente en la audiencia.
Entre gritos del público, alguien le dijo que “ya era mexicana”, lo que al principio la confundió. Cuando entendió el comentario, rió y comentó que el español le parecía un idioma sexy, lo que desató aún más gritos de emoción.
Finalmente, el concierto cerró con “I wanna be your girlfriend”, dejando a los asistentes en un estado de euforia melancólica. Girl in Red agradeció al público con una sonrisa sincera y prometió regresar.
El Pepsi Center quedó impregnado de su esencia, de la intensidad de su música y de un público que, entre lágrimas y gritos, vivió una noche que quedará en su memoria para siempre. Para muchas, este no fue solo un concierto, sino un espacio de libertad, amor y comunidad.
