
La mejor manera de cerrar el Festival Vive Latino es moviendo el esqueleto. Al menos lo que quedaba de él, después de dos largas jornadas de fiesta musical que se vivió para celebrar la edición 25 del evento musical más importante de Latinoamérica.
Por redes sociales ha circulado por años esa presentación inolvidable de la banda Las Víctimas del Dr. Cerebro en uno de los escenarios que estaba en una de las curvas del antiguo Foro Sol. con esa referencia se sabía qué es lo que se podía esperar de la banda mexicana.

Su presentación no defraudó. Más aún fue un hecho increíble. Fue derroche de energía que ya el público parecía que ya no tendría. Fue un gesto de hermandad con abrazos y apapachos entre la audiencia como pocas bandas han logrado. Fue una cátedra de manejo del escenario con locura. Fue un deleite de virtuosismo musical que puso en todo lo alto la bandera del rock.
El show dio inicio con temas que han quedado ya en el libro de historia del rock nacional como “Miedo”, “Vampiro”, “La tamalera” y “Nahual”, cuyas letras junto con las de todo su cancionero están llenas de carisma y euforia que se siente un deseo enfermizo de libertad.

El público asistente sabía porque había resistido horas para llegar al momento de las Víctimas. Apilados lo más adelante posible en cada oportunidad hubo lluvia de basura, hubo saltos de un lado a otro orquestados por Abulón, el vocalista de la banda, y hubo saltos de último esfuerzo que se sintieron como una vuelta a los años más enérgicos.
Así llegaron “Ella se muere”, “Sobrenatural”, “Brujerías” y “Hago lo que quiero” que fueron coreados y gozados por la gente. Y claro, también por la banda que en el escenario se movía de un lado a otro con sus estrafalarias vestimentas, con Abulón trepándose a las torres del escenario en alguna oportunidad y con miembros del su equipo en su peculiar performance con disfraces diabólicos o marcianos y bailarinas exóticas que siempre nos llevan a un sueño bizarro del cual no querer salir.

La rebeldía de su música se extendió más allá de los horarios, pues su número musical culminaba cinco minutos antes de las dos de la mañana pero para ese entonces apenas sonaba la siguiente tanda de temas como “Ya tus amigos”, “Bello y deforme”, “Amor enfermo” y “Cuando estás cerca”.
Pero no fue hasta que llegó el clímax de su show que el público que resistió al final sacó sus últimas fuerzas de adrenalina ante el momento pues se repitió el acto de la marea de la multitud de atrás hacia adelante y viceversa por todo el tema de “El esqueleto”, uno de los más emblemáticos del rock mexicano. Entre cantos, gritos, abrazos de fans entre desconocidos y la música de Las Víctimas se cerró una noche con un momento épico.