Escenario

CORTE Y QUEDA CLASSICS. La obra maestra de Francis Ford Coppola llegó a nuestro país el 20 de marzo de 1980 en los cines Manacar, Latino y Futurama del otrora Distrito Federal

‘Apocalipsis ahora’: La ópera de la guerra a 45 años de su estreno en México

Aniversario de Apocalipsis ahora en México Es una de las grandes películas de guerra en la historia. (ESPECIAL)

Con cariño para Javier Quintanar

El 20 de marzo de 1980 se estrenó Apocalipsis ahora (Apocalypse now!, 1979), de Francis Ford Coppola, en los cines Manacar, Latino y Futurama del otrora Distrito Federal. La película permaneció en cartelera durante cinco semanas en su corrida inicial, para después iniciar su recorrido comercial por el resto del país.

La cinta llegaba respaldada por la confianza y la mitología que se habían construido alrededor de Coppola, gracias a sus extraordinarios trabajos anteriores, como El padrino (1972), La conversación (1974) - protagonizada por el recientemente fallecido Gene Hackman - y El padrino II (1974). Por ello, el cinéfilo mexicano de principios de los años ochenta sabía que esta nueva propuesta no lo decepcionaría.

CHARLIE DON’T SURF!!

Tras una filmación que originalmente estaba planeada para durar seis semanas, pero que terminó extendiéndose a 18 meses más dos años en la sala de edición, Walter Murch presentó un primer corte de poco más de cinco horas. Esto hizo que Coppola se sentara junto al connotado editor para reducirlo a un segundo corte de tres horas, el cual se presentó en el Festival de Cine de Cannes de 1979.

A pesar de la gran recepción que tuvo, los ejecutivos del estudio le sugirieron realizar un tercer corte por cuestiones de exhibición comercial, quedando finalmente en 147 minutos (dos horas con veintisiete minutos) para su estreno original en Estados Unidos el 15 de agosto de 1979.

Esto, al final, resultó beneficioso para Coppola, debido a que había desembolsado siete millones de dólares de su propio bolsillo para financiar la película; lo que le permitió recuperar la inversión y obtener ganancias.

Durante muchos años, esta fue la versión que se proyectó en las pantallas de todo el mundo y que luego llegó a los diferentes formatos caseros. Sin embargo, en 2001, Coppola presentó al mundo Apocalypse Now: Redux, estrenada nuevamente en el Festival de Cine de Cannes de ese año.

Esta versión recuperó gran parte del material que originalmente se había descartado en la sala de edición durante los años setenta, añadiendo 49 minutos adicionales, lo que resultó en una película de 196 minutos (tres horas y 16 minutos).

Las primeras ediciones de lujo en DVD incluían tanto la versión original como el nuevo corte Redux, convirtiéndose en artículo de colección entre los cinéfilos hasta el día de hoy. No obstante, el director no estaba completamente satisfecho.

Aniversario de Apocalipsis ahora en México Fotograma con Martin Sheen. (ESPECIAL)

Con motivo del 40 aniversario de su estreno en Estados Unidos el pasado 2019, se lanzó una versión limitada en cines (y en algunas cinetecas alrededor del mundo) llamada Apocalypse Now: Final Cut.

Esta versión recortó 21 minutos de la edición Redux, dejándola con una duración de 175 minutos (dos horas con 55 minutos). Según Coppola, en la introducción de la edición especial en formato casero, este es el corte que siempre quiso mostrar desde el principio. Esta versión fue restaurada en 4K por el mismo director, a partir de los negativos originales, lo que resultó en una imagen y sonido impecables hasta este momento.

Finalmente, de manera extraoficial, corre el rumor de que desde hace años circula en las redes una versión sin cortes de casi cinco horas de duración. En este corte no se ha realizado ningún tipo de tratamiento de edición, ni correcciones de audio o color. Aunque incluye mucho metraje que podría considerarse superfluo, esta versión permite comprender mejor varias escenas de continuidad que en otras ediciones resultan abruptas.

Además, se aprecian referencias visuales de personajes clave que no aparecen en otros cortes, lo que contribuye a una mayor comprensión de la trama y la psicología de los personajes involucrados.

Por estas razones, esta versión se ha convertido en una especie de “Santo Grial” para los cinéfilos, quienes están ansiosos (y espero que tú, que lees esto, también lo estés) por sumergirse en los 289 minutos que duró originalmente la travesía del Capitán Willard en busca del renegado Coronel Kurtz.

YOU DON´T TALK TO THE COLONEL. YOU LISTEN TO HIM!

Y, como he dicho siempre, esta película representa la ópera de la guerra en tres brutales actos. No solo por su narrativa solemne, grandilocuente y dramática, con momentos que oscilan entre lo íntimo y lo siniestro en la construcción de los personajes que Coppola nos presenta, sino también por el contexto sociopolítico que Vietnam simbolizó: un ejemplo de la sinrazón, el cinismo, la futilidad y la frivolidad de esta guerra, o de cualquier guerra.

Por otro lado, y he aquí lo brillante de Coppola: su capacidad para mostrar lo más profundo del ser humano a través de dos aspectos radicales: la violencia inhumana y la empatía hacia el pensamiento.

Esto se logra después de una travesía dantesca que nos remite al eterno viaje del héroe, descrito de manera precisa por Joseph Campbell (lo que no resulta nada descabellado dado que Coppola fue alumno de Campbell junto a sus compas George Lucas y Steven Spielberg).

Pero no solo eso; Coppola también se inspiró profundamente en El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad trasladando el contexto de Vietnam a lo que representó el Congo en la obra de Conrad, capturando así el infierno colonialista de la novela corta. Esta adaptación fue posible gracias al meticuloso trabajo de John Milius en el guión y a las narraciones de Willard en off escritas por Michael Herr.

Aniversario de Apocalipsis ahora en México Imagen icónica de Marlon Brando. (ESPECIAL)

Desde el principio de la película, sin título ni créditos introductorios sino simplemente con la voz de Jim Morrison cantando el tema “The end” a manera de descripción de lo que veremos en las siguientes horas, conocemos la misión del Capitán Willard: encontrar y matar al “desertor” Coronel Kurtz, quien ha organizado su propio ejército y su propia filosofía de combate para formar una sociedad utópica en medio de la selva.

Es entonces que el espectador se transforma de un testigo con conciencia propia a alguien que experimenta una aterradora empatía hacia la figura totémica del Coronel Kurtz, representada en la psique de Willard mediante sus diálogos en off.

Por lo que se embarca en un viaje dantesco por el río Nung que atraviesa la zona más salvaje entre Vietnam y Camboya, en un trayecto fluvial metafórico por el Estigia en una lancha del ejército que representa a un moderno Caronte, reflejado en las diferentes personalidades de la tripulación que lo acompaña en la misión.

Juntos atraviesan la desolación, el miedo, la desesperanza, la tristeza y la incertidumbre de todos los seres que aparecen en su camino. Un camino en el que Willard termina admirando y reconociendo a Kurtz como una de las mentes más lúcidas y brillantes de la guerra y, por lo mismo, debe aniquilarlo.

THE HORROR… THE HORROR

Una montaña rusa de conceptos enterrados emerge desde lo más profundo de nuestra psique para, sin detenernos a analizar la situación, llevarnos a tomar partido entre lo que representan las personalidades de Willard y Kurtz, hasta el encuentro final.

Es en este punto que el guión nos abandona, obligándonos a tomar una decisión sobre lo que es bueno o malo, sin matices ni cuestionamientos. Una coreografía precisa de muerte y caos en la que Coppola nos arrincona contra la pared, dejando dos espadas frente a nosotros para elegir cómo morir: de un golpe al corazón o al cerebro.

Y así como empieza, con la voz de Jim Morrison guiándonos en un viaje hacia lo más profundo de nuestra mente, la película se diluye hacia el final de la misión de Willard, en un sacrificio físico y moral del hombre utilizado, derrotado y decepcionado. El horror más puro de la guerra.

Aquí yace la poética bestialidad de Apocalipsis de Coppola: una película que nos lleva de un lado a otro de la mente de sus personajes, jugando, a su vez, con la nuestra para que, al final, nos presente dos únicas salidas que convergen en un mismo e inevitable punto.

Aniversario de Apocalipsis ahora en México Francis Ford Coppola en el set de rodaje. ((c) SNAP Photo Library/(c) SNAP Photo Library)

Por eso es que al terminar de verla nos quedamos con una mezcla de sensaciones contradictorias, entre las cuales no se encuentra ni un ápice de felicidad. En su lugar, prevalece una introspección incómoda sobre la naturaleza humana, los horrores de la guerra y los frágiles límites de la cordura.

I LOVE THE SMELL OF NAPALM IN THE MORNING

En resumen, Apocalipsis ahora de Francis Ford Coppola es una ópera delirante repleta de metáforas que revelan una amplia gama de podredumbre y perversión en la psique humana. En este contexto, aferrarse a lo más básico del comportamiento racional parece ser la única forma de sobrevivir a lo que vimos en pantalla.

Sin embargo, todo cambia cuando te enfrentas a los argumentos contundentes, brillantes y, paradójicamente, racionales de quien se opone al statu quo sacudiendo profundamente tus conceptos sobre el bien y el mal para abandonarte en un estado de inquietud y reflexión.

Y si, además, este personaje que desestabiliza tus principios es interpretado por un majestuoso y omnipotente Brando, que nos es presentado entre sombras, con una voz nasal y profunda que emerge de esa húmeda obscuridad selvática, ¿cómo siquiera intentar resistirse al “Poeta guerrero”?

¡Gracias Francis Ford Coppola! Y feliz 45 aniversario del estreno en México.