
En una conversación con Inti Cordera, director ejecutivo de DocsMX, nos compartió la programación de Primavera Documental 2025 del 1 al 31 de marzo, un esfuerzo por dar espacio al documental mexicano, que ha tenido un crecimiento exponencial en la última década, gracias a la complicidad de creadores, productores y directores que han desarrollado una narrativa con voz propia y altos estándares de producción para contar historias muy cercanas a las personas y sus comunidades.
Platícanos de esta Primavera Documental. Creo que lo hemos platicado ya muchas veces, esta cuestión del crecimiento, no nada más en número, sino en contenido, en hechura, por llamarlo así, en realización, del documental en México. Creo que tú mejor que nadie lo sabe, ha ido creciendo y ha tenido espacios cada vez más grandes, más importantes y en mayor número.
Esta edición tiene mucho que ver también con esos lugares donde ha iniciado, por un lado, un momento de maduración del documentalismo mexicano, con las temáticas que son afines a la tarea y labor permanente de los documentalistas, de voltear su mirada a la realidad nacional.
Por otro, también el demostrar y dejar presente y muy patente la calidad de una voz propia, de una narrativa que quiero pensar es la que distingue al documentalismo mexicano y lo representa en las pantallas nacionales e internacionales.
Es decir, creo que a lo largo de dos décadas en las cuales hemos estado presentes acompañando a esta comunidad, cómo el documental mexicano ha encontrado esto que a mí me gusta mencionarlo, una voz propia, una voz propia en su propia diversidad también, narrativas que sin lugar a dudas distinguen a una película como La Pipera, de Sansón y yo, de Ch’ul be o de Anayeli, que son diferentes, digamos, formas de contar historias…
Porque al final del día lo que hacen las y los documentalistas es contar historias basadas en la realidad, en la historia de una comunidad como Cherán, o la anécdota de un personaje como Sansón, o de una niña como Anayeli. Eso es lo que creo que hace que el documental mexicano tenga tanta empatía con sus públicos y por supuesto, los programadores y la crítica nacional e internacional.
Ahora que dices de una voz propia, sucedía hace 40, 50 años que alguna institución mandaba a un director a hacer un documental sobre los pueblos originarios y siempre con el tinte antropológico. Ahora las mismas comunidades generan esos documentales con su propia voz, con sus propias necesidades, sin que vaya alguien a retratar muchas veces cosas muy adornadas, sino que es la gente que vive en estas comunidades, que padecen los problemas que muestran en sus documentales. Y yo creo que por ahí va la voz propia y que DOCS también, digamos, tiene mucha responsabilidad en esto.
El que las mismas comunidades tomen estas narrativas como propias ha hecho que esto crezca y que en los que directores de cine o cineastas emergentes en aquel momento eran comisionados por autoridades e instancias públicas y los mandaban a hacer documentales.
Pero fíjate de quién estás hablando estás hablando de Paul Leduc, estás hablando de Felipe Casals, estás hablando de Jorge Fons, estás hablando de Arturo Ripstein incluso, que en estos esquemas en los principios de los años 70, la unidad de producción de cortometraje les comisionaba a irse, claro, y entonces eran las miradas de estos cineastas, que ahora reconocemos como, si no patriarcas, pues sí, grandes figuras de nuestro cine nacional, desde los lenguajes, porque cada uno venía de una formación diferente.
Muchos en el extranjero, en Francia, en Inglaterra, que era donde ellos buscaban, no había en ese entonces una formación formal cinematográfica, entonces quienes querían hacer cine se iban a estudiar a las escuelas que en el mundo había.
Ahora las escuelas son otras, las escuelas son la experiencia propia, las escuelas sin duda las hay y ya no son pocas, escuelas tan importantes como la ENAC o el CCC que han formado permanentemente generaciones de cineastas o las nuevas escuelas independientes, la Facultad de Cine, la Universidad de la Comunicación, Arte 7, etc. cuando me refiero también a la voz propia, es la voz del cineasta.
La voz de esta persona que un día decidió emprender el camino y tomó una decisión de decir, quiero hacer documentales. Y por qué los quiero hacer y cómo los quiero hacer entonces es ahí donde encuentro con mucha fortuna una voz como la de Misael Alba que desde su propio origen y un camino propio muy independiente decidió cómo y dónde poner la cámara y cómo proponer una forma de narrativa y de relato cinematográfico.
Porque de eso se trata al final del día. Tú emprendes un camino en contar una historia, tomas la cámara o te acompañas de un cinefotógrafo y vas a una comunidad, por ejemplo, Ch’ul be es la aproximación de dos personas, dos codirectores formados en otras latitudes. Sin embargo, algo les hizo voltear su mirada a Cherán. O hablo de Rodrigo Reyes, que a lo largo de una carrera de ya cuatro o cinco películas, pues ha encontrado una forma narrativa personal, muchos elementos de la cinematografía, de la ficción y del documental, pero en aras a proponer una película propia.
Sansón y yo debo decirlo, me fui involucrado en este proceso, pero me sorprende las capacidades y habilidades de Rodrigo de ir encontrando la forma de resolver cómo contar la historia de sansón encarcelado con una condena de cadena perpetua y con condiciones muy estrictas pues encontró en una relación epistolar ir construyendo poco a poco el cómo contar esta historia y que está bien y que en estos elementos epistolares lo llevaran a Tecomán, Colima, encontrarse con la familia de origen de Sansón y con ellos contar la historia.
Entonces me parece que, igual que Miguel Pérez, que sí, en una suerte de interés por conocer la historia que viven las personas que se mueven en los tracto camiones de México, se vuelve uno de ellos, y ahí conoce al personaje La Pipera.
Y entonces su narrativa es más ingenua, más de un sentido común, de una cámara que va documentando y luego tal vez se encuentra con 400 horas de material y digo, ¿cómo cuento esto? Entonces, eso es lo que más me gusta de lo que propone no solo Primavera Documental, sino en general la propuesta de programación de DocsMX.
Una programación se podría etiquetar de muchas formas, ¿no? Democrática, porque sí lo es, porque buscamos darle voz a todas las partes en la medida de lo posible. Nunca le puedes dar gusto a todos, a todas. Pero en ese contexto, pues proponer de cara al público, porque eso es lo que más nos debe interesar, el poder proponerle al público voltear su mirada a través de la pantalla como una ventana que abra a muchas realidades y a muchas formas de contarla.”
¿Cómo fue el criterio de selección de las películas que se van a exhibir? Porque me imagino que no es fácil, en segunda ha de haber llegado a un buen número de material y después de ahí, propiamente, a seleccionarlo, ¿no? Es decir, este va para para Docs Primavera. ¿Cómo fue este proceso de selección? ¿Si hubo algún hilo conductor? O, como dices tú, fue muy democrático y se pensó en varias narrativas diferentes. ¿Cómo fue este proceso?
Bueno, en el caso concreto de Primavera Documental, como gira de exhibición, tuvo una serie de procesos. El primero, el decidir entrar a la convocatoria del programa de distribución y decir vamos a apostar por esta ventanita de oportunidad para tener los materiales necesarios, la impresión, todo lo que supone tratar de hacer de la manera más digna posible un proyecto de exhibición.
¿Cómo y de dónde salen las películas?
Muchas de ellas, de las películas que Docs MX en sus convocatorias para el festival reciben. Cada año, ahora mismo, está recién abierta la convocatoria 2025 de DOCS MX. Llegan a esta ventanita más de mil documentales anualmente, un promedio de 250 a 300 documentales mexicanos, que son a través de un proceso de selección y discusión en un comité de programación, se decide lo que es la programación de las selecciones oficiales competitivas del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México.
Y de esas películas, cuando llega el momento y decimos vamos a presentar la convocatoria de EFICINE, decimos bueno que temáticas y narrativas cinematográficas que complementen. Y entonces básicamente sentarnos y decir, oye, ¿Por qué esta? ¿Por qué no está? Veámosla y vamos acotando hasta llegar y decir, bueno, esa es.
Se decide como una especie de consejo editorial, cómo, cuándo y quién de estas películas pueden ayudarnos a cruzar un arco, un arco dramático en la misma propuesta curatorial, como la que pudiera ser una galería al exponer una muestra retrospectiva o colectiva en la que varios artistas se ven representados, pero en su conjunto la exposición nos transmite o comparte un mismo mensaje”.
¿Dónde se puede entrar a ver la programación, a ver las sedes, que se han ido abriendo año con año? ¿Dónde pueden entrar para más información?
Primavera Documental se plantea como un programa, una iniciativa de colaboración entre muy diferentes espacios de exhibición que van desde cineclubs, espacios alternativos, centros culturales, universidades, cinetecas estatales, todo aquel espacio donde tenga una vocación por la exhibición y la promoción de una cultura cinematográfica es bienvenida a inscribirse, apuntarse y nosotros proveemos de las películas.
Son a la fecha de hoy 150 espacios confirmados en 27 estados del país, que pueden consultarse tanto la programación de las siete películas, como todas estas sedes que estarán exhibiendo en nuestra página, en la página oficial de docsmx.org y pueden también buscarnos en las redes sociales como DocsMx o como Doctubre, también en, Doctubre Instagram, Facebook, ahí digamos, porque Doctubre fue el proyecto inicial en el que hace ya una década, propusimos sumar toda esta serie de diferentes espacios de exhibición porque preocupados por ver muy buen cine.
¿Cómo llegamos al público? Y hay muchas personas como tú o como yo, que podrían abrir las puertas de su casa o de su garage y decir, quiero poner una película. Porque nos gusta ver cine, nos gusta verlo en persona y en vivo.
Está bonito también tener acceso a 20 plataformas y verlo online y todo, pero nada más bonito que el cine en persona, en colectivo, en comunidad, y además tener la oportunidad de dialogar y compartir lo que esta experiencia del cine nos puede dar.