
Bajo una tarde fresca y lluviosa el cantautor britanico Michael Kiwanuka dio una presentación de esas que llegan a lo más profundo del alma, ya sea por ser su debut en México o por la magia que carga en su obra, desde ritmos festivos hasta el más penetrante blues y soul propio de su trabajo autoral, el caso es que la noche de ayer se convirtió en uno de los conciertos más esperados de los fanáticos del género desde que se anunció.
En las inmediaciones del recinto de la colonia centro de la capital se podía sentir la presencia del artista inglés principalmente de los fanáticos que acudian al llamado o por la memorabilia infaltable en cualquier conciert: las playeras, los botones, las estampillas, las tasas y hasta las populares imágenes de carácter religioso el “San Kiwanuka”.
Previo a la salida del artista británico se presentó una artista relativamente nueva, Lulú Bulos, junto con el guitarrista Max Ulises y su proyecto de canción folk, con piezas de su primer disco Todo vuelve al mar (2024) con temas como “Atardecer” o “Habitar” pero también de su inicio como “Fogata”, presentación dónde la propia cantautora se mostró contenta de ser su primer Teatro Metropólitan además de estar agradecida con el público por su recibimiento y a Michael Kiwanuka por considerarla para fingir como telonera de su presentación.

Más tarde rondando las 21:30 horas y ante un Teatro Metropolitan repleto salió al escenario el músico de ascendencia ugandés Michael Kiwanuka como parte de su gira internacional Small Changes, dedicada a su más reciente álbum, titulado de igual manera y lanzado en noviembre de 2024, álbum donde el británico consolidó su estilo introspectivo y nostálgico.
Luego de un breve sesión de silbidos y gritos desesperados que inmediatamente se transformaron en vítores y aplausos el artista dió la bienvenida con unas simples palabras “Hola México”, derritiendo a los presentes, mientras los músicos y coristas que lo acompañan se acomodaban en su lugar, interpretaron de forma inmediata “One more night”, “You ain’t the problem” y “Rolling”, con las que desde el primer minuto arrancó nuevamente los aplausos del público.
Siguió con un rolón de aquellos “Black man in a white world”, en el cual el público contribuyó con sus palmas al ritmo de la pieza y algunos cantando al parejo que Kiwanuka, momento que se transformó en algo catártico con “Rule the world” por la pieza en sí pero también por la inigualable voz de una de las coristas que fue aplaudida de forma maravillosa.

“México, es agradable verlos por primera vez, muchas gracias”, dijo el cantante con una enorme sonrisa en su rostro, síntoma de que estaba más que emocionado y feliz de presentarse en el país por primera vez desde su debut en la música hace 13 años.
En este recital maravilloso siguió con “Hero” primero con su espléndida introducción y después el tema completito, igualmente aplaudido y disfrutado en su totalidad, aseguro esto porque alguien entre el público mencionó a su acompañante “rolón” y eso asegura lo que sabemos todos, en verdad es una gran gran canción.
Le siguieron temas como “Floating parade” y “Light”, esta última interpretada solo junto a su guitarrista de apoyo y donde crearon una atmósfera íntima la cual se coronada con uno de las piezas insignia del cantautor britanico “Home again”, momento en el cual solo pudo decir “los amo ciudad de México, disculpen pero mi español no es muy bueno”, provocando los gritos y aplausos del público, además de ser una canción que según él jamás pensó lo lo llevaría a tocar hasta México.

Michael Kiwanuka ha sido reconocido internacionalmente por su talento y sobretodo su autenticidad. En 2012, la BBC lo nombró como el sonido del año y en 2020, ganó el prestigioso Mercury Prize por su álbum Kiwanuka (2019). Este trabajo lo posicionó como una de las figuras clave del soul moderno. Su música combina sonidos clásicos con una producción contemporánea creando una base sólida de folk, soul y blues. Así, logra una conexión profunda con su público.
Para el final de la velada el artista interpretó “Follow your dreams”, “Rest”, “Solid ground”, “Cold little heart” y “Love & hate” un momento totalmente hermoso. La banda se despidió con una gran ovación de pie que duró algún tiempo y salió del escenario. Desdeluego ya se esperaba que regresarán a consentir a su público, la sorpresa fue que en solitario Michael Kiwanuka se despidió con las interpretación de “I’m getting ready”, pieza que no había cantado en su actual gira y perteneciente de a su primer disco.
Aunque el concierto se sintió corto, hora y media, Michael Kiwanuka dio un conciertazo que deja con ganas de volver a verlo en vivo, es totalmente un deleite experimentarlo en carne propia y sentirse parte de su momento, parte de su música.
