
La noche parisina de fiesta llegó nuevamente a México con L’Imperatrice gracias al lanzamiento y gira promocional de su más reciente álbum, Pulsar.
La banda, conformada por Charles de Boisseguin (teclados), Hagni Gwon (teclados), David Gaugué (bajo), Achille Trocellier (guitarra eléctrica) y Tom Daveau (batería) aprovechó el momento para presentar en vivo a la nueva vocalista, Louve, que tomó el lugar de la muy querida Flore Benguigui.
La cita de las 7 de la noche para armar el baile con la particular mezcla de ritmos disco/funk aprovechando el poder del bajo y la batería necesarios, sumado a la virtud en los teclados, tornamesas y sintetizadores, herencia de bandas francesas como Daft Punk o Air, L’Imperatrice logró juntar a sus fans, que aprovecharon para entrar en calor echándose una chela o comprando algunos recuerdos de la velada no oficiales afuera del Pepsi Center WTC.
El recinto de la calle Dakota abrazó la oscuridad al apagar las luces y ofrecer una entrada poderosa con los tecladistas al mando, mientras el resto de la banda continuaba entrando y los templetes, que simulaban la textura platino de las bolas de disco, adquirían brillo y vida con el juego de colores y los beats electrónicos antes de que Louve entrara con toda la energía para entonar “Amour ex machina”.

“Buenas noches, México. ¿Cómo estás? Somos L’Imperatrice, venimos de París y estamos felices de volver aquí. Estamos muy contentos de presentarles a nuestra nueva cantante, Denle mucho amor por favor y solamente me queda decir una cosa. Viva México, cabrones”, decía Gaugué mientras los fans de la banda se entregaban en aplausos a la nueva voz que continuó con “La Lune” y “Anomalie bleue” la ceremonia de reencuentro entre la fiesta parisina y la energía mexicana.
Me da Igual provocaba los primeros grandes coros de la noche que acompañaban a los franceses. Fue aquí que Louve se animó a hablar por primera vez con los presentes en el Pepsi Center.
“Voy a hacer lo mejor que pueda, pero no se enojen si hablo inglés o spanglish o francés de repente. ¿Quién está listo para bailar?”, preguntaba mientras “Voodoo?” sonaba con fuerza, creando una pista de baile enorme en el totalmente lleno Pepsi Center.
Con “Girl!” las vibras electrofunk seguían latiendo mientras la vocalista pedía un grito de todas las mujeres para acompañarla. “Estar aquí es como si estuviéramos de vacaciones” decía después Louve para dar comienzo a “Vacance” y después llegar a la euforia latina total de “Danza Marilú”, llegada directamente de Italia, en palabras del guitarrista Trocellier.

Los aires de pasión y ritmos latinos continuaron provocando el baile y la buena vibra en el Pepsi Center, mismos que acompañaron a Louve y el resto de L’Imperatrice a provocar las palmas entre la audiencia mientras no dejaban de corear el nombre de este popular tema
“Matahari” continuó con el buen espectáculo de luces y energía de los franceses, cuyo baterista aprovechaba instantes para levantarse de su lugar y motivar al público o los fans celebraban cada paso de baile, brinco y pose que la nueva vocalista entregaba en el escenario. “México, ¿saben cómo fiestear, verdad?”, preguntaba ella mientras afirmaba que ese era el momento de probarlo.
Para “Love from the other side”, L’Imperatrice como las majestades del nu disco que son, le pidieron a sus súbditos presentes que encendieran las luces de los teléfonos para simular el brillo de miles de estrellas maravillosas. Los fans complacieron la petición, creando que el Pepsi Center se llenara de luz para acompañar el tema donde ella tomó asiento en uno de los templetes para disfrutar del momento mientras cantaba.
Una de las grandes sorpresas llegó cuando la banda creada en París en 2012 decidió darle un break a Louve para aventarse un cover de “Aerodinamyc”, original de Daft Punk donde Trocellier brilló con el virtuosismo en su guitarra.

Definitivamente, el momento prendió a todos los presentes que abrazaron con orgullo este homenaje a una de las agrupaciones que más ha influido no sólo en L’Imperatrice, sino en la escena electrónica francesa y mundial.
“Agitations tropicales” mantenía la vibra en alto después de una alocada catarsis, provocando que nuevamente los fans pusieran las manos en alto moviéndose de un lado a otro a ritmo de su característico ritmo que se alimentaba no sólo de esas dos raíces marcadas del disco y lo electro, sino también de ese lazo latino en otros ritmos y lenguas, especialmente el español o el italiano, que convivían de buena forma con el francés.
“Submarine” bajó un poco las revoluciones de la fiesta parisina pero no dejó de provocar palmas y pasos de baile entre todo el público que, ya fueran solos o acompañados, disfrutaban de la energética propuesta de L’Imperatrice.
El cover de “La piscine”, original de Hypnolove, marcaba el cierre de una noche de reencuentro musical brillante y colorida. Pero los franceses tenían más que ofrecer al público mexicano que esperó su regreso por unos minutos y que abrazó con alegría su regreso al escenario.

Después de un descanso breve donde hubo silbidos y peticiones de más canciones, L’imperatrice volvió con esa misma fuerza del inicio para regalar más baile, luces y extravagancia musical.
Con luces rojas en sus pechos que sobresalían del escenario con escasa luz, “Sonate pacifique” era la elegida para comenzar el bloque de despedida, dando una sonora paz que estuvo a punto de estallar después con “Erreur 404”.
Fue con “Vanille fraise” y una versión larga de “ENTROPIA” que los franceses daban los últimos pasos en una pista de baile completamente llena, sintiendo esa conexión con México que toda banda busca.
Pero L’Imperatrice ofreció lo mejor de sí, desde el sentido de los instrumentos musicales, y la pasión al tocarlos, como la locura creada en los teclados y tornamesas que crearon el perfecto ambiente para los bailes, cánticos y carisma enorme de Louve, que demuestra que esta nueva etapa de la banda laterá como pulsar fuertemente, contagiando a todos de su brillo inagotable.
