
La locura de los tiempos del dance volvió a la Ciudad de México con un encuentro que se está volviendo una tradición en el país el pasado viernes. Y es que el festival I Love Dance, cuya casa por cuarta vez de cinco ocasiones hechas, fue el Pepsi Center, nuevamente reunió a los amantes de la música de los 90 y 2000 para sacar sus mejores pasos de baile y sentirse jóvenes de nueva cuenta.
Vengaboys, 2 Unlimited, O-Zone, David Tavaré, Fab Morvan de Milli Vanilli, Evi Goffin, ex vocalista de LASGO, DJ D2 aka Cesar Vilo, Guztavo Mx y El Azteca fueron los encargados de traer esa vibra en esta ocasión con una fiesta que se sintió de principio a fin. Desde que uno llegaba con su boleto, lo podía canjear por mercancía oficial como una gorra o playera para ponerse en el ambiente de lo que se iba a vivir esa noche.
El recinto de la calle Dakota apagó sus luces puntualmente para comenzar una cuenta regresiva, clásica en aquellos tiempos, como si fuera una máquina del tiempo que, al terminar la misma, transportarla a todos mágicamente a esas épocas de ritmos alegres y bailables interminables que algunos no conocimos hasta tiempo después.
La mayoría de los presentes, que rondaban ya arriba de los 30 años, esperaban revivir la era de los sintetizadores pegajosos y bailes energéticos sin dolores de cadera. Y su sueño se cumplió, primero con la aparición de David Tavare que abrió la rítmica noche con un clásico, “Hot summer night (Oh La La La)”, además de que aprovechó el espacio para estrenar un nuevo sencillo, llamado “Summer time”.

“Para todos aquellos que no me conocen, pueden llamarme Baby”, afirmaba el artista mientras la buena vibra y la alegría de sus temas contagió a los presentes.
La noche era aún joven cuando de repente, el show continuó con otro de esos clásicos que se oían en todos lados como Dance with the devil, usualmente acompañada de un video con un performance de un tipo disfrazado de diablo con fuego en sus manos. Aunque eso no se vivió esta vez, la audiencia respondió con fervor ante el tema, que fue seguido por Palladium.
Lo que no faltaba en esta fiesta noventera era el juego de luces láser que se hizo más presente con El Azteca y el DJ Cesar Vilo, que lograron mantener la buena vibra y el baile alrededor de la gente que estaba dispuesta a sacrificar una noche con tal de revivir sus momentos de gloria y alegría en los que el dance dominaba, mostrando que el género sobrevive en la memoria de esa generación y algunos que le siguen.
Otra sorpresa bien recibida fue la de Fab Morvan de Milli Vanilli, banda que se sumergió en el escándalo por usar otras personas en las voces que no eran quienes aparecían en persona. Sin embargo, Morvan demostró tener talento y probar por qué si era parte de la realidad de ese dúo, con el más grande clásico de ellos, “Don’t forget my number”, seguido de “Girl you know”, la gente coreó muy emocionada toda la buena vibra de ambos temas que se han convertido en himnos noventeros.
“Cover maniac” y “Girl I’m” gonna miss you no se quedaron atrás, mientras en la noche se veía más la convivencia entre amigos con esta música de fondo, recordando viejos momentos en lugar de que el protagonista fuera la música. Entre chelas y charlas, el evento seguía su curso con temas como “Keep on running baby”, con algunos grupos que si bailaban y sentían la vibra recorrer por su cuerpo.

Con Gustavo MX en el escenario el tema que alocó a todos fue “I’m blue”, donde la reacción fue sorpresivamente explosiva por los presentes que estaban viviendo de noche como si no hubieran pasado las décadas encima.
Mientras, Gustavo MX agradeció volver a ver a su público y les regaló después “The killer’s song 2004” y “Mr. Vain” pero tuvo un anticlimático cierre en el que sí, se sintió mucha energía pero muy poco show, alto que pareció ser el común denominador para describir la noche en general en el Pepsi Center.
Durante la noche también sonaron clásicos como “Sweet dreams”, “Smells like teen spirit”, “Zombie” y “Something”, versiones bailables que encendieron aún más el ambiente nostálgico.
O-Zone también se encargó de poner al público a cantar con temas como “Dragostea din tei” y “Despre tine”, mientras que los covers de “I gotta feeling” y “Infinity 2008” fueron recibidos con euforia, siendo esta última una canción ad hoc a lo que estaban viviendo muchos de los presentes: una sensación de eternidad, de que esos años dorados nunca se fueron del todo.

Sin embargo, el gran momento de la noche llegó con la aparición de Vengaboys, una de las bandas más icónicas del eurodance, cuya importancia en la cultura pop de finales de los 90 y principios de los 2000 es innegable.
Con su estilo irreverente, colorido y descaradamente divertido, lograron posicionarse como una de las agrupaciones más reconocibles del género, llevando el dance a las fiestas, antros y hasta fiestas infantiles.
Temas como “Boom, boom, boom, boom!!”, “We like to party” y “Up & down” no solo hicieron saltar al público, sino que reafirmaron su estatus como verdaderos símbolos de una época donde la música era sinónimo de celebración. Su show fue uno de los más completos, con coreografías, interacción y mucha energía, dejando claro por qué siguen siendo referentes obligados cuando se habla del dance noventero.
El evento, aunque con altibajos técnicos como un audio que por momentos no estuvo a la altura de los artistas, cumplió su cometido: hacer bailar, cantar y revivir a toda una generación que se resiste a dejar morir los beats del ayer.