Escenario

ENTREVISTA. La actriz Ariadnalí de la Peña nos da detalles de la puesta en escena que se presenta en la cartelera de La Teatrería

‘Si estás leyendo esto es porque sobreviviste’, un monólogo sobre la resiliencia sin conmiseración

La actriz Ariadnelí de la Peña (CORTESÍA GL)

Ariadnalí de la Peña abre su alma con el monólogo Si estás leyendo esto es porque sobreviviste, obra coescrita con Gibrán Portela y dirigida por Rebeca Trejo, donde la experiencia personal de la actriz y su resiliencia dieron como resultado un texto que se aleje de la conmiseración y la tragedia y que hable de la vida misma.

Crónica Escenario charló con la mexicalense sobre esta presentación que ya se puede vivir todos los martes por la noche en La Teatrería.

“El monólogo nació a partir de la experiencia mía, donde enfrenté esa etapa con el cáncer, lo que me llevó a investigar sobre mi salud para entender la raíz de la enfermedad”, apuntó de la Peña.

“Siempre he creído que no nada más es algo físico, sino algo también que trae una raíz emocional. Leí tres libros hermosos que me guiaron y me hicieron reflexionar y entender la profundidad de lo que estaba pasando. Desde ahí empecé a anotar cosas”, añadió.

EL ORIGEN DEL PROYECTO


La actriz encontró en su viejo amigo, el guionista Gibrán Portela, una mancuerna clave para dar vida al relato.

“Él me mandaba mensajes sobre cómo andaba y me daba ánimos, hasta que me comentó que podríamos hablar de esto y hacer teatro al respecto. Yo venía de cinco años atrás sin hacerlo y de ahí son mis tablas”, dijo.

“Lo miraba como algo súper lejano, pero lo empezamos a escribir, luego lo soltamos por cosas de la vida. Pero cuando lo retomamos, todo empezó fluir como ola y de manera muy fácil reunimos al equipo que tenía sus ideas y eran súper brillantes todas. Así lo trabajamos hasta que llegó el estreno”, añadió.

EN BUSCA DE LA DRAMATURGIA ADECUADA


Para lograr que la dramaturgia buscada fuera adecuada, Ariadnalí y Gibrán partieron de reuniones y conversaciones intensas.

“Nos grabábamos, empezamos a platicar, a profundizar, y le contaba muchas anécdotas que viví, que tuve todo tipo de crisis, que sí llegué a ser una mala paciente y a encontrar el equilibrio en mi vida de nuevo. No teníamos un orden ni nada, pero hubo un punto en que supimos que ya teníamos mucho material”, señaló.

“Entonces empezamos a pulir todo, pensando en cómo empezaríamos a platicar de esto. Y hay una escena que él siempre dijo que debería ser el comienzo, que es en el baño, porque todo transcurre casi la mayoría del tiempo ahí, era mi lugar donde no tenía una privacidad. Era como tratar de encontrar otra vez el poder hacer del baño, y al mismo tiempo pasaban la señora de intendencia, la enfermera, mi pareja, mi mamá”, resaltó la mexicalense.

Pero un reto fue, sin duda, encontrar la manera de hablar con un toque de ligereza sobre este confrontamiento.

“Había que encontrar el lado irrisorio de todo esto para alejarnos de toda la contundencia que tiene el texto. No nos alejamos completamente, sino que navegamos por una que otra cosa donde vamos contando con humor muy negro y ácido que atrapara la profundidad de lo que hablamos y el disfrute de esa oscuridad a través de la historia”, meditó la actriz.

UNA PROPUESTA FRAGMENTADA Y LLAMATIVA


Otro interesante punto es que la obra ocurre como la mente y los recuerdos, en una narrativa fragmentada que resulta llamativa.

“Nos interesaba cómo funciona la memoria, cómo estamos platicando una cosa y luego ya estamos en otra. No es algo lineal y lo hacemos con naturalidad. Buscamos llevar esto al teatro con naturalidad, lo que sí conllevó todo un reto actoral porque una como actriz está tratando de sostener una cosa, pero luego hay una especie de manipulación donde tu cabeza que guía, explota”, afirmó de la Peña.

Y es que la obra es un monólogo de una hora donde todo recae en la mexicalense. “Ese es el reto, sostener la obra ahí donde no hay pausas para salirme un ratito a respirar allá afuera y volver al segundo acto. Aquí todo sucede en un acto, todo está a la vista de todos. Eso fue también muy a propósito, todos los artificios están muy expuestos, no hay nada para esconder. No quisimos hacer este teatro convencional en el que todo ocurre y sucede ahí”.

EL TONO ADECUADO PARA HABLAR DE SU VIDA


Aunque el objetivo de Ariadnalí es hablar de la vida sin caer en la burla o revictimización, no fue sencillo para ambos encontrar ese tono adecuado para la obra.

“Fue un gran reto en muchos sentidos, sobre todo en lo actoral, porque tuve un proceso para encontrar cómo expresarme. Se me hacía fácil, porque son cosas tan densas que te llevan a un punto muy denso para decirlas. Y eso te lleva a sentirte en un punto de fragilidad, pero salir de ahí me llevó varios ensayos”, comentó.

“Una de las cosas que, como actores debemos no hacer es juzgar al personaje y jugar con lo que a veces se dice, que es tan fuerte. Debemos alejarnos de esa moralidad para poder abordar con esa ligereza la historia. Necesitamos usar ese humor para no caer en un sentimentalismo fácil o en una victimización. Precisamente por eso, esto está tan lleno de verdad, muchas cosas y que la gente se vaya un rato muy agradable esa profundidad honesta de la obra”, agregó.

UNA LECCIÓN DE VIDA


Si estás leyendo esto es porque sobreviviste también es una carta recordatorio que Ariadnalí tiene muy presente.

“El título de la obra fue una carta de mí a la Ari que está en este multiverso padeciendo acostada en una camilla con todo conectado a ella, para cuando un día ya esté bien, agradezca de verdad que me hayan dejado hacerlo y creo que es importante este estar en este punto en mi vida porque, de repente, la incertidumbre es muy dura, pero me siento motivada, se me hace increíble la determinación”, comentó.

“El aprendizaje que siento que me dio la obra fue toda la disciplina y la determinación que tengo y dejar de ser autoindulgente. Me ha dado este ímpetu de hacer esto que me arde en el pecho al poder darle voz a esos temas”, dijo.

“Esta obra a mí me enseña eso, que la confianza, la fe y el trabajo es la fórmula perfecta para lograr hacer tus propios temas. Porque cuando son tuyos, la cosa cambia, se dimensiona y esto a mí me dio la oportunidad de estar expresando mi voz que quiere decir ciertas cosas, que necesita expresarlas, escuchar y atenderlas con humildad”, apuntó a su vez de la Peña.

“Esta obra me ha dado mucha confianza, el encontrar este camino para crear me ha dado grandes compañeros y el camino ya nos dirá que viene después. Ahorita hay que dejar que el proyecto viva, que llegue a todos lados, que se expanda y bueno, seguir cuidándome, que es algo que tengo que hacer día a día”, siguió.

“Disfrutaré el camino, no sé a dónde me vaya a llevar pero siento que esto trae una fuerza bien tremenda que al rato voy a tener que cuidar la agenda porque va a venir mucho trabajo, al menos así lo decreto”, concluyó.

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