
La teniente Ellen Ripley encarnada por Sigourney Weaver en la saga de Alien, la incansable Sarah Connor en la franquicia de Terminator, la dura Milla Jovovich como Leeloo en El quinto elemento, y como Alice en la saga de Resident Evil, o la bella pero dura Charlize Theron con sus roles de Furiosa en Mad Max: Furia en el Camino o la invencible espía en Atómica. Todas ellas son ejemplos de heroínas de acción que, tanto en el pasado como en tiempos recientes, han dado de qué hablar.
En un género dominado normalmente por la presencia masculina, especialmente después de la década de los 80, no cabe duda que las mujeres han ido forjando su presencia en el mundo de la acción al demostrar la misma capacidad de patear traseros que todos los demás hombres tienen.
Ahora, en tiempos donde la igualdad de género es un tema constante en la sociedad y en el arte mismo, llega un nuevo intento por crear una franquicia con mujeres que sean fuertes, sean indestructibles y den una representación interesante que abra las puertas a nuevos enfoques al no pedirle nada a James Bond, John Rambo o John McClane.
En ese tenor llega esta idea del director Simon Kinberg, quien busca sacudirse de encima el fracaso taquillero y crítico de X Men: Dark Phoenix al inventar, junto a la guionista Theresa Rebeck, un equipo de heroínas, un quinteto de espías internacionales que tienen que detener a un clásico villano maníaco que busca dominar el mundo en el filme Agentes 355.
Para ello, recluta a un grupo de actrices de buen calibre y talento como las nominadas al Oscar, Jessica Chastain, Lupita Nyong’o y Penelope Cruz a quienes las junta con la alemana Diane Kruger y la asiática Bingbing Fan, quienes tendrán la difícil misión de hacer equipo entre ellas, aunque a veces sus intereses sean distintos, con tal de detener al malvado hombre que busca acabar con ellas y generar caos.
Tristemente, todo ese talento resulta ser un dolor de cabeza debido a la química forzada entre ellas y a la historia mal desarrollada que peca de montones de sin sentido en su guion y su forma de dirección.
Durante más de dos horas, Kinberg y Rebeck tratan de que la acción sea intensa y el grupo de nuevas heroínas de acción poco a poco se consolide al más puro estilo de los clichés del subgénero de espionaje.
Sin embargo, nunca logran del todo su misión ya que la premisa de repente se agota a la primera hora para extenderse sin un verdadero sentido más que el de presentar a la fuerza a las cinco actrices en un intento descarado de ser inclusivos, pues no es casualidad que haya una multiculturalidad entre las integrantes del filme que, lamentablemente, se siente metida con calzador y que no causa ni interés ni entretenimiento alguno.
Esto, aunado a las insulsas posturas mostradas por sus protagonistas, como el hecho de que una profesional de la tecnología no pueda hackear un teléfono protegido con huella digital o que las espías no puedan ver un ángulo correcto de una cámara en una persecución durante plena era digital, entre otras conveniencias poco funcionales para una historia de por sí gastada y llena de giros forzados, que hacen que el relato, que se toma muy en serio, caiga en una especie de sátira involuntaria.
Aunque varias mujeres del equipo tratan de hacer un esfuerzo porque funcione esta relación entre ellas, la que desentona completamente es Penelope Cruz, quien se muestra como fuera de la historia queriendo aportar un toque insulso, humorístico y dramático pero lo único que consigue es hartar por no lograr ninguno de esos objetivos además de tener un pésimo acento colombiano.
Esto aunado a un villano menor en Sebastian Stan, quien es guiado por la motivación más básica para cometer traiciones y juegos sucios que no ayuda a que este relato resulte ni siquiera divertido o medianamente ameno.
La acción tampoco es memorable y nos remite a ciertos paralelismos con el intento de revivir una franquicia llena de poder femenino clásica como Los Ángeles de Charlie (Banks, 2019), dejando a esta última versión de este trío de espías mejor parado incluso que este intento de mujeres en acción que falla en forma, estilo y mensaje, cayendo incluso en una muy mal ejecutada sororidad que trata de soltar indirectas al sistema patriarcal corrupto y machista pero con balas de salva aportando absolutamente nada cómo vehículo de distracción o un mero divertimento palomero que a todas luces se vuelve insufrible.
Todo esto provoca una tristeza y enojo en el espectador ya que, en el papel, la cinta parecía tener grandes cosas para lograr que al menos fuera interesante o entretenida en un juego de intriga y espías tan dispares que tienen que encontrar un camino a pesar de ello, con motivaciones más claras o un desarrollo mucho más interesante.
Tienen los viajes, el talento y los recursos, pero tal parece que Kinberg como director simplemente no puede levantar un proyecto de buena forma y sigue sin aprender de sus propios errores.
Así, las Agentes 355 se pierden y quedan muy lejos de todas esas mujeres en la historia del cine que han demostrado que pueden ser fuertes, ponerse al tú por tú en el género de acción o simplemente en sus carreras mismas.
Peor aún es que usen como título una referencia histórica a la que fue una de las primeras espías femeninas de la Revolución Americana que adoptó el código 355 para mantenerse en el anonimato y posteriormente pasar a la historia como referente para todas aquellas mujeres dentro de esta agencia, dando como resultado en este filme una muy triste representación de ello.
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