En 2016, el director de cine Albert Serra presentó La Muerte de Luis XIV, un drama que explora el crepúsculo del rey sol, quien pasó sus últimos días postrado en sus aposentos bajo el dolor de una pierna gangrenada.
En esta cinta, el espectador es un intromisor en la pintura de la decadencia de quien dictó el paradigma de la monarquía absoluta a través de su frase “el Estado soy yo”; los primerísimos planos a su herida entre sus gemidos y gestos de dolor nos acercan de manera magistral a la ruina del rey.
A partir de esta obra es que surge ahora en el Museo Tamayo, Roi Soleil en las salas 1 y 2 del sitio, una exhibición que estará disponible hasta el miércoles 29, cuando el rey morirá. Posteriormente, el material será editado y se proyectará en la sala 1 del recinto, desde el 30 de marzo hasta el 2 de junio. Por su parte, la utilería quedará exhibida en la sala 2.
“Se trata de una performance más o menos filmada que define muy bien mi concepto del cine, del cómo trabajo”, señaló Albert Serra “de una manera quizás un poco esquemática, pero muy transparente”.
De acuerdo con el director, esta presentación sigue la idea de “crear una gramática” a partir de la corporalidad mientras se realiza el mismo ejercicio que él ocupa durante la grabación de una cinta, donde el resultado en bruto son grabaciones de más de 600 horas en las que él como director poco interactúa con los intérpretes y más bien se dedica a observar.
“Siempre hay un punto de fricción”, apuntó Serra respecto a su relación con sus histriones, pues señala que sus cámaras siempre filman “lo que sus actores quieren esconder”, dijo.
“Estas cámaras están permanentemente grabando, libremente, con su propia intención… y van escrutando, penetrando en esta realidad, con esta idea básica mía de praxis gracias a lo digital”, comentó.
El rey, vestido con peluca y ropa de principios del siglo XVIII, se encuentra por alrededor de cuatro horas en aislamiento, sin un sentido del tiempo y en el suelo de una sala con tan solo una almohada, una jarra de agua y pequeños bocadillos bajo una luz verde.
Constantemente en pena por el dolor corporal de su cuerpo en detrimento y luchando por siquiera beber agua desde una manguera, cada momento será peor que el anterior hasta el día de su muerte, cuando el performance terminará junto a su agonía.
A lo largo de la exposición, el foco está completamente en las tomas realizadas al momento, las cuales pueden observarse en dos pantallas enormes colocadas en la primera parte; así como el making of que puedes presenciar desde el balcón y al que debes adentrarte para salir de la exposición.
El 28 de marzo comenzará el programa público de la exposición con una conferencia impartida por el artista en el museo, la entrada será libre.
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