Escenario

Alex Otaola: Tejiendo atmósferas sonoras en el cine de terror mexicano

ENTREVISTA. Nuevamente el músico y compositor mexicano es reconocido por su la creación de bandas sonoras y se encuentra entre los nominados al Ariel>

El guitarrista de blues Eric Gales se presenta en vivo.
El músico Alex Otaola. El músico Alex Otaola. (Facebook Alex Otaola/Liliana Estrada)

La música en el cine ha sido desde sus inicios un elemento esencial para potenciar la narrativa visual y emocional de una película. Más allá de ser un simple acompañamiento, la música puede transformar escenas, amplificar emociones y dar profundidad a los personajes y situaciones. A través de la historia del cine, las bandas sonoras se han convertido en una herramienta indispensable para crear atmósferas, establecer el tono de una historia e incluso servir como un lenguaje universal.

El poder emocional de la música en el cine reside en su capacidad para conectar con el espectador a un nivel visceral. Una buena banda sonora puede hacer que una escena sea inolvidable, elevar un momento dramático a algo épico, o transformar una secuencia de acción en una experiencia cargada de adrenalina. La música tiene la habilidad de comunicar lo que las palabras y las imágenes a veces no pueden, creando una sinergia entre los sentidos que enriquece la experiencia cinematográfica.

Alex Otaola, es un destacado guitarrista y compositor mexicano conocido por su versatilidad y experimentación musical. A lo largo de su carrera, ha incursionado en géneros como el rock, jazz, música electrónica y música experimental. Otaola es ampliamente reconocido por su trabajo con bandas como La Barranca y San Pascualito Rey o Santa Sabina, por mencionar algunas.

Su estilo único y gran habilidad para mezclar sonidos y texturas lo han consolidado como una figura influyente en la escena musical de México. Su enfoque innovador en la guitarra, utilizando efectos y técnicas poco convencionales, le ha permitido destacar tanto en proyectos colectivos como en su carrera en solitario, siempre explorando nuevos territorios sonoros, uno de ellos, la creación de bandas sonoras misma que le han valido reconocimientos como el Ariel para el que nuevamente está nominado, esta vez con el filme Desaparecer por completo, una película mexicana de terror dirigida por Luis Javier Henaine.

Desaparecer por completo combina de manera intrigante el género del thriller sobrenatural con el periodismo sensacionalista de nota roja, creando una propuesta única en el cine de terror mexicano. La historia sigue a Santiago, un fotógrafo insensible y ambicioso que trabaja para un diario sensacionalista. Aunque está emocionalmente desconectado de la violencia que documenta con su cámara, su vida da un giro drástico cuando se ve involucrado en la escena de un asesinato de un senador en la Ciudad de México.

A partir de ese momento, Santiago comienza a experimentar una maldición que gradualmente le hace perder sus sentidos. Lo que inicialmente parece un simple robo de su equipo fotográfico y su cartera se convierte en una experiencia surreal y aterradora, mientras su cuerpo empieza a fallar sin explicación médica. A medida que avanza la pérdida de sus sentidos, Santiago se da cuenta de que está siendo víctima de algo mucho más siniestro que una enfermedad física.

La película profundiza en temas como la falta de empatía, el cinismo frente a la violencia y la relación entre el poder y la superstición. Además, explora cómo las creencias ancestrales y la brujería siguen siendo relevantes en un mundo que se considera racional y moderno.

Alex Otaola, compositor de la banda sonora de Desaparecer por completo, compartió con Crónica Escenario los pormenores tras de su trabajo en este filme:

Es de las cosas que más me ‘tripean’. Llegué aquí porque en 2010 empecé a hacer shows de musicalizar cine mudo, y ahí te das cuenta de que la suma del audio y la imagen puede generar cosas muy cabronas. Cuando trabajas con un director, como en este caso, te cae el veinte de que la música debe estar al servicio de la narrativa o de la visión del director”, expresó.

En Desaparecer por completo, por ejemplo, no hice un score temático como el que tema que regularmente tiene el personaje principal, el secundario, etc y luego lo repites en diferentes momentos. Aquí se trata más de atmósferas, de paisajes sonoros. Luis Javier me decía: ‘Eso que estás proponiendo me encanta, me gustaría oír un disco con esa música, pero no me funciona para la película, distrae’”, siguió.

“Me di cuenta de que la música tiene que pasar desapercibida, aportar a la atmósfera sin sobresalir. Es curioso, la nominación me sorprendió, ya que, según yo, la música no luce tanto”, añadió.

Para el músico no era la primera vez que hacía música para cine pero sigue disfrutando del reto: “Este proceso fue muy interesante para mí. Llevo 10 años haciendo esto, y mi primera nominación fue con Selva trágica. Lo curioso es que en ambos casos utilicé puro sintetizador, cosa que no siempre hago. Pero cuando estás creando algo que es atmósfera pura, como en esta peli, la música tiene una justificación que va más allá de lo melódico”, comentó.

Luis y yo trabajamos mucho en encontrar ese punto exacto donde la música suma a la sensación sin distraer, sin ‘lucir’ demasiado. Y eso me hizo pensar mucho en cómo funciona el proceso. La gente a veces cree que el compositor tiene toda la libertad creativa, pero no es así”, continuó.

“El director siempre tiene claro dónde va la música y qué tipo de sensación debe generar. Lo interesante con Luis fue que me enseñaron el primer corte completo, y después de proponer varias ideas, él me dijo: ‘Lo que más me gusta es lo que haces con puro sintetizador’. Y ahí comenzó todo el universo sonoro de la película”, complementó.

En especial trabajar en Desaparecer por completo le dio un desafío particular: “Lo que me gusta de esta película, y de mi participación en ella, es que por primera vez sentí que la música se acercaba mucho a lo que haría en un disco solista”, comentó.

En otros casos, te enfrentas a situaciones donde tienes que adaptarte por completo al género, como cuando hice la música con órgano de iglesia para Anillo de hombre muerto. Pero en Desaparecer por completo, el tipo de terror psicológico y la atmósfera oscura me permitieron explorar un sonido que me es muy natural”, dijo.

Es un proceso muy gratificante, porque la música en el cine es una parte de la experiencia sensorial completa. A veces, mientras ves la película, no te das cuenta de todos los detalles que están en la música porque hay diálogos, efectos sonoros, pero cuando escuchas la música sola, es como descubrir todo un mundo de información que estaba ahí. Me encanta poder ser parte de esa experiencia inmersiva”, concluyó.

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México