La nominación al Oscar como productor para Alfonso Cuarón por el cortometraje Le Pupille reafirma su interés en seguir impulsando el talento de otros cineastas. “Soy fan y cinéfilo de los directores con los que trabajo”, dijo a EFE en una entrevista.
“Como director, la mejor forma en la que trabajo es cuando tengo total libertad, por eso como productor lo que intento es que (los cineastas) sean libres para crear. Sería un acto egoísta dictar cómo tienen que hacer las cosas”, mencionó el autor de Gravity (2013).
Cuarón está nominado en la categoría a mejor cortometraje por haber fungido como “una herramienta” para que la directora italiana Alice Rohrwacher creara una película navideña de 40 minutos, que actualmente puede ser vista a través de la plataforma Disney+.
La cinta retrata la historia de un grupo de niñas que viven en un orfanato liderado por monjas y los preparativos que llevan a cabo para la celebración de la Navidad.
Los juegos infantiles, el baile y el deseo de las pequeñas de poder degustar un precioso pastel rojo se mezclan con la culpa y las prohibiciones de sus tutoras.
No obstante, la más inadaptada de las niñas será lo suficientemente inocente y valiente para desafiar las normas que se les imponen.
“La película tiene una pureza en sus personajes y deja una sensación de fe en el espíritu humano dentro de todas las complejidades actuales. Alice tiene una mirada muy particular, una visión muy femenina, pero también muy humanista”, describió el productor.
Reflexionar sobre el tema del cortometraje de la italiana lo hace pensar en los paralelismos que la historia tiene con el filme Pinocchio, de su querido amigo Guillermo del Toro, quien en esta edición también se encuentra nominado a los premios de la Academia de Hollywood en la categoría de mejor película de animación.
“De alguna manera en ambas hay una cuestión de celebración de la desobediencia y del escepticismo con el poder. Creo que es muy importante ese cuestionamiento de los poderes en nuestra vida”, reconoció el director.
CELEBRA A LAS CINEASTAS
Cuarón consideró que su nominación no es precisamente un logro para México -aunque reconoce que su visión “como mexicano” tiene relación con los proyectos que disfruta hacer e impulsar- y cree que hay otros sucesos que tienen mayor impacto en la industria de cine de su país y que todo el crédito de Le Pupille, en realidad, le pertenece a Rohrwacher.
“Hay cosas que sí hay que celebrar inmensamente como a las directoras que ganaron en el Festival de Cine de Berlín (Tatiana Huezo, Lila Avilés y Sofía Auza), esas son las cosas que realmente generan un avance para las películas mexicanas”, comentó.
Pero cree que la nominación a Le Pupille sí genera un avance para el desarrollo del cine internacional, pues al tratarse de una historia italiana hablada en su idioma de origen, se promueve e impulsa el cine intercultural.
Desde su perspectiva, otro ejemplo de ello fue Roma, la cinta hablada totalmente en español con la que Cuarón retrató su infancia y a su país.
En 2019, el filme protagonizado por Yalitza Aparicio y Marina de Tavira se llevó los galardones a mejor película, mejor dirección y mejor película en lengua extranjera en la gala de los Premios Oscar.
Un año más tarde, la película surcoreana Parasite también logró posicionarse como la mejor película del año, y eso es para el director una muestra de los cambios a los que se enfrenta Hollywood en cuestiones de diversidad.
“Estamos viviendo una época de transición, lo interesante de las plataformas es que han acercado el cine de distintas culturas y habituado al público a ver obras de otros países”, aseguró.
Por último, el director confiesa que la única expectativa que tiene para el domingo 12 de marzo, en que se celebrarán los Premios Oscar en el Dolby Theatre de Los Ángeles (EU), es “celebrar con Alice, Guillermo y otros amigos” con los que se encontrará esa noche.
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