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Alfonso Cuarón reflexiona sobre los secretos como una necesidad humana en ‘Disclaimer’

ENTREVISTA. El cineasta mexicano presentó en el Festival de Toronto su nueva serie en la que explora narrativas en formato largo: “a lo mejor es que no tengo el talento para hacerlo”, se decía, “pero quise aceptar el reto”

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El cineasta mexicano en el TIFF.

El cineasta mexicano en el TIFF.

Xinhua

El director mexicano Alfonso Cuarón define su serie Desprecio, con Cate Blanchett, Kevin Kline y Sacha Baron Cohen, como una “película de formato largo” y “un reto”. Y deja claro en una entrevista con EFE que es “un crimen” del mundo del cine que Kline, cuya actuación en la serie es excepcional, haya desaparecido de las pantallas durante años.

Cuarón ha acudido al Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), que concluye el 15 de septiembre, armado con la serie de siete episodios Desprecio (en inglés está titulada Disclaimer), una poderosa reflexión sobre “la relación que tenemos con las narrativas” rodada para Apple TV+.

La llamaría una película de formato largo, una película que trata de temáticas importantes. Dentro de estas temáticas, hay una muy importante, que es la relación que tenemos con las narrativas y el juego que tiene nuestro juicio en la manera en que percibimos esas narrativas”, matiza el mexicano.

Apple TV+ ha definido Desprecio como un thriller psicológico centrado en el pasado de Catherine Ravescroft (Blanchett) una prestigiosa y exitosa periodista de investigación, esposa y madre de un adolescente pero a la que su vida y matrimonio perfectos empiezan a desmoronarse cuando un autor desconocido publica una novela que expone un secreto que ha permanecido oculto durante más de una década.

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A sus 62 años, seis años después de su último largometraje, el aclamado Roma, y una década después de su última serie, Believe, Cuarón explicó que desde que leyó la novela Disclaimer de Renée Knight, en la que está basada Desprecio, no se la pudo quitar de la cabeza.

Desde el primer momento en que empecé a leer la novela, estaba en galeras todavía cuando me la mandó la escritora, se formó una película en mi cabeza. La leí antes de Roma, pero no veía cómo podría adaptarla en un formato convencional de cine”, confesó.

“No fue hasta después que estaba pensando en películas que siempre he admirado de formato largo, como Érase una vez en América, Fanny y Alexander, Twin Peaks, o The Kingdom de Lars von Trier. Siempre me ha intrigado ese formato que es extenso. Además, yo nunca he hecho una película muy narrativa, mis películas casi no son tremendamente narrativas, y quería ejercitar ese músculo. Dije: ‘Bueno, yo nunca lo he hecho, a lo mejor es que no tengo el talento para hacerlo’. Pero quise aceptar el reto”, añadió.

Cuarón se enfrenta al desafío con un triunvirato excepcional, capitaneado por Blanchett y Kline a los que acompaña un inesperado Baron Cohen. Pero la actuación de Kline, un padre carcomido por una tragedia, sobresale.

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A sus 76 años, el actor estadounidense conocido por obras como Sophie's Choice (1982), A fish called Wanda (1988) o The last Robin Hood (2013), lleva años sin protagonizar un film o serie de televisión. Una situación que Cuarón considera injusta.

“Creo que es un crimen del cine cómo dejaron ignorado a Kevin por tanto tiempo. Es un actor increíble, con una versatilidad enorme, y como lo demuestra en Desprecio, es capaz de interpretar desde personajes realmente dramáticos hasta un truhán oliendo botas hablando italiano en Un pez llamado Wanda. El arco de posibilidades que tiene Kevin es infinito; es genial”, exclamó.

Cuarón ha jugado durante gran parte de su obra con la exploración de los secretos personales y emocionales y su impacto en las relaciones, como en Y tu mamá también (2001), Children of Men (2006) o incluso en Roma.

El director considera que los secretos son una necesidad humana: “Yo creo que el secreto existe en la humanidad porque debe de tener algún mecanismo de supervivencia, y sobre todo, de supervivencia social. No juzgaría el secreto como algo extraordinario porque creo que es algo con lo que coexistimos. Ahora bien, dentro de esos secretos hay algunos que guardamos y que resultan ser dañinos para nosotros mismos y para los seres que amamos alrededor”, dijo.

Cuando guardas un secreto, tú puedes tenerlo, pero estás reprimiendo algún aspecto que está inmediatamente afectando la manera en que te relacionas con la otra gente. Los secretos pueden tener consecuencias muy dañinas, tanto para los demás como para nosotros mismos”, concluyó.