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El regreso de Aki Kaurismaki se ha dado de manera estelar pues Fallen leaves, una historia romántica diferente y realista, se llevó en Cannes el Premio del Jurado así como una mención especial por parte del FIPRESCI dentro de ese certamen además de llevarse el reconocimiento del Premio del Público al Largometraje Internacional en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), donde la cinta fue presentada por la actriz finlandesa Alma Pöysti, que charló con Crónica Escenario acerca de su trabajo con el célebre realizador y otros aspectos interesantes.
Ansa es soltera y vive en Helsinki. Trabaja con un contrato de cero horas en un supermercado, abasteciendo los estantes; luego clasifica el plástico reciclable. Una noche se encuentra accidentalmente con el igualmente solitario trabajador Holappa, un alcohólico. Contra todo pronóstico y malentendidos, intentan construir una relación. Como resultado, Holappa logra controlar su adicción al alcohol.
Pöysti comenzó hablando de la esencia de Fallen leaves y la visión que permea este relato de Kaurismaki. “Es una especie de cuento de hadas en la cual la lógica puede arrojarse por la ventana. Aki tiene la virtud de poder trabajar una atemporalidad interesante pues todo se puede desarrollar en cualquier momento”, dijo.
“Además juega con el trasfondo social muy honesto, no solo de las condiciones laborales de la gente, sino también con la cuestión de la guerra. Sin embargo, no es cínico, sino que es puro al retratar todas esas problemáticas que conectan con todo el mundo. Y como actriz, es muy fácil confiar en él pues lleva cuarenta años haciendo estas grandes narraciones”, expresó.
Para esta talentosa actriz, poder trabajar con el galardonado cineasta fue un sueño hecho realidad. “Crecí viendo sus películas y creo que fue algo muy surreal cuando me preguntaron si quería formar parte de este proyecto. Al conocerlo ves que es un tipo muy real que habla de todo un poco. Esta era la primera vez que trabajábamos tanto Jussi Vatanen como yo con esta leyenda viviente y el primer consejo que nos dio fue que no ensayáramos nada, ni juntos ni separados”, comentó.
“Además siempre quiso hacer las escenas en una sola toma, lo cual era bastante aterrador, pero después entendí por qué lo quiere así y se refiere a la autenticidad de lo que la cámara capta, pues si sucede algo ahí es por primera y única vez, dándole lugar a la sorpresa o a la vida misma”, confesó Alma.
Uno de los sellos característicos que persiste en este romance agridulce es la capacidad que tiene el cineasta de captar esas historias de la gente común que usualmente son ignoradas. “Kaurismaki a menudo se enfoca en la compasión y humanidad que existe en ellos, mostrándolo como una contrafuerza que rema contra la corriente del cinismo de la sociedad que muchas veces no los trata bien. Es ver cómo la solidaridad es una forma de ir en contra de ese sistema. Hay una escena que es inspiradora por ello, pues muestra el poder que ellas tienen y que, con eso, se muestran invencibles pero solamente a través de ello es que pueden serlo”, afirmó Alma.
“Pienso que todos estos personajes merecen tener esta voz y visibilidad. De hecho, creo que es la razón de la importancia que tiene Kaurismaki y su conexión con su obra. Todos nos reconocemos en estos personajes sin importar su nivel social, pues son igualmente valiosos. Es una mirada que lo caracteriza mientras toca temas complicados a nivel social. Aquí, retrata a hombres blancos de más de 50 años que forman parte de un nosotros y eso es de verdad importante”, agregó entusiasmada la finlandesa.
Y es que, para Pöysti, es clave tener esa representación de voces en el arte. “No solo la gente que es exitosa, rica y joven es interesante. Quizá de hecho sea al revés, hay gente más interesante que no es así pero todas las historias son atractivas y jamás hay que menospreciar a nadie”, enfatizó.
“Pero la universalidad en su cine se genera por la capacidad de reconocernos en ellos además de los silencios. Kaurismaki confía mucho en el público y a través de ello le da un espacio para que conecten con los personajes, los observen y ahí sucede una conexión. Él sabe que la audiencia necesita eso para establecer un diálogo entre lo que sucede en pantalla y quien la mira”, enfatizó.
Trabajar con un maestro del cine siempre suele dejar aprendizajes y en el caso de la talentosa actriz, no fue la excepción. “Aprendí mucho en este proceso como la importancia de la honestidad así como lo mucho que puedes decir con muy poco. A veces, se necesita valor para quitar cosas y trabajando con Kaurismaki sucede eso. Fue muy purificador observar la meticulosidad que tiene ante cada detalle y momento, lo que contagia al equipo con el que ha trabajado ya desde hace cuatro décadas”, contó.
“El set era el más silencioso en el que he trabajado en mi carrera, todos sabían que hacer. Era como una familia a la que nos dieron una gran bienvenida y que está distribuida por todo el mundo a través de sus fans. Es conmovedor ver el poder que el cine tiene para darle esperanza a la gente. Es lo más hermoso que puedes tener como realizador”, manifestó.
En Fallen leaves existe una representación femenina fuerte que pone a las mujeres en una equidad de situaciones laborales frente a los hombres, algo que es bastante destacado. “Es muy normal que las mujeres hagan cualquier trabajo en Finlandia. Es algo creíble y nada fuera de la realidad. De hecho, en la fábrica donde filmamos la película hay muchas de ellas que trabajaban ahí”, comentó.
“Esto tiene un trasfondo histórico pues, después de la Segunda Guerra Mundial, éramos un país muy pobre y muchos de los hombres habían muerto en la batalla por lo que las mujeres nos dedicamos a reconstruir nuestra sociedad y desarrollaron ese instinto de no tener miedo a hacer estas labores, explotando las habilidades para hacer todo tipo de empleos”, señaló Alma.
“Creo que las mujeres son iguales a los hombres en cuanto al talento que tienen y me parece maravilloso que tengan el lugar que merecen. Vivimos en tiempos fantásticos donde es genial que se tengan mayores voces y versatilidad así como personas de diferentes contextos en la industria”, continuó.
“Últimamente, he trabajado con muchas directoras de fotografía que me han demostrado que la mirada femenina y su comprensión es totalmente distinta a la de otros realizadores y vale la pena checarlo. No es que sean mejores, solamente diferente. Es importante que existan esas diferentes perspectivas”, agregó la protagonista.
Aunque la cinta presenta muchos silencios y se enfoca en dos almas solitarias, es el lado más puro de la humanidad el que Fallen leaves encuentra, recordándonos la necesidad de reconectar con lo que nos hace humanos. Al respecto, Pöysti expresó: “Vivimos tiempos muy solitarios donde existen muchos medios para comunicarnos pero irónicamente estamos cada vez más distanciados. Hemos perdido ese sentido de compasión por los demás y eso implica perder nuestra humanidad en sí”, destacó.
“Son momentos peligrosos, estamos en riesgo de vivir encerrados en nuestra propia burbuja donde solo importa nuestro bienestar sin importar que eso dañe a otros. Si seguimos este camino, es terrible el panorama al que el mundo está yendo. La cinta habla justo de eso, de lo importante que es que nos importen los demás para mantenernos humanos porque si no estamos en riesgo de convertirnos en individuos robóticos sin corazón y hay que tener mucho cuidado con eso”, añadió.
Otro de los motores del filme es, sin duda, el romance entre sus protagonistas. Pero para Alma, existen diversas capas de ese sentimiento en el filme. “Es una relación salada más que dulce, se muestra tan honesta que el público puede creer lo que sucede porque Aki no se aleja de mostrar las partes más duras de la vida. La fuerza que nos salva es la compasión así como el buen humor para enfrentar las cosas por más terribles que ellas sean”, dijo.
“Kaurismaki maneja un humor muy seco al mostrar a estas personas tímidas y solitarias que ya no son adolescentes y han sufrido desilusiones o que incluso habían renunciado a encontrar el amor pero al mirarse a los ojos conectan y eso resulta aterrador pues tienen que dejar la burbuja solitaria cómoda en la que viven donde nadie te hace daño. Estos personajes son muy valientes porque arriesgan todo por amor”, explicó.
“De hecho, es una historia llena de pasión. El amor en estos personajes está en todo su sistema. Después de ese cruce de miradas, existe de forma minimalista pero sus corazones laten más aprisa y la historia muestra en todos sus protagonistas roles que han sufrido rupturas y cómo lidian de alguna manera u otra con el amor”, continuó.
“Todos tienen la carga y el deseo de ser amados porque me parece que es lo que todos queremos como humanos. Aki me odiaría por decir esto, pues él no es sentimentalista pero así lo siento”, ironizó entre sonrisas la actriz.
Un claro ejemplo de ese amor mundano es una escena en la que Pöysti y su compañero, Vatanen, tienen su primera cita, que coquetea con eso además de demostrar un fino humor meta referencial por parte de Kaurismaki. “Es como si Aki tuviera un diálogo con sus dioses cinematográficos y coquetea entre Jarmusch, Chaplin, Bresson y Godard. Pero no es algo que caiga en el esnobismo o sea exclusivista sino que todo mundo disfruta incluso si no conocen la referencia exacta”, expresó.
“En cuanto a la cinta que ven juntos, creo que era una especie de prueba que le pone él a ella para ver si realmente sería un buen material para una buena novia y la logra pasar”, rememoró sonriente.
Finalmente, Alma puntualizó lo afortunada que es al poder contar este tipo de relatos. “Creo que tengo el mejor trabajo del mundo. Podré sonar un poco pretenciosa pero mi labor como actriz es investigar qué es lo que significa ser un humano y eso tiene que ver con el corazón y hacer una investigación filosófica al respecto de las emociones, las dificultades a las que nos enfrentamos pero sobre todo de tener un diálogo constante con la gente acerca de qué es lo que nos hace seres humanos. Y eso jamás es aburrido y quiero seguirlo haciendo por mucho tiempo”, concluyó.
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