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Los Amigos Invisibles presentaron en el Teatro Metropólitan, este viernes, su definición de un Cool Love en el escenario a través de un espectáculo lleno de sabor latino. Sin perder el toque groovy detrás de su música, la agrupación presentó su versión de diversos sonidos tropicales con canciones como “Mal pensada” y “Dame el mambo”.
“¿Están listos para una noche larga?” preguntó el vocalista de la agrupación Julio Briseño, quién agregó “está es una noche especialmente diseñada para olvidarnos de los pedos que tenemos allá afuera, no vamos a decir cuáles son porque se quedan allá”.
La velada comenzó bajo el abrigo de dos icónicas canciones para la música mexicana que si bien distan entre si, al final se fusionan haciendo referencia al sonido de Los Amigos Invisibles: así, la fiesta inició con “La chica de humo” y “Los luchadores” de La Sonora Santanera.
Entre luces de colores en reflectores cuadrados y líneas iluminadas en forma de abanico detrás de la agrupación, el Teatro Metropólitan se convirtió en una fiesta disco de playas caribeñas a pesar de ubicarse en el corazón de la CDMX.
Desde 1991, no cabe duda que Los Amigos Invisibles no han perdido el toque de sensualidad y romanticismo que distingue su música; provocativa, evoca la emoción de celebrar el amor a través de la música en canciones como “Dulce” o “Qué rico”, dónde el teatro estalló en emoción al entonar cada tema; sin embargo, el verdadero grito del público se lo llevó “Ponerte en cuatro”.
Puesto que no todo en el amor es frenesí, no pudo faltar el punto más emotivo de la velada al interpretar “Tuyonama”, canción que pertenece a su disco más reciente, Cool Love, el cual cuenta con la participación de Charles Ans. Sin embargo, Briseño terminó como el responsable de rapear ante la ausencia del mexicano. La banda después cantó “Playa azul”, una irresistible bossa nova al estilo del grupo.
Poco a poco, la suavidad se convirtió en éxtasis por parte del público cuando las primeras notas de “Viviré para ti” salieron del sintetizador y continúo con “Espérame”. Por supuesto, no pudo faltar la clásica e irreverente “Mentiras”, sólo para agregar el toque amargo de cualquier amor; sin embargo, “en esta historia con final feliz” el final de oro fue, después de “La que me gusta” y “Cuchi Cuchi”, la interpretación de “Hasta que te conocí” de Juan Gabriel.
La banda supo dividir el espectáculo de manera magistral entre canciones para los fans más antiguos de la agrupación y aquellos que recién se integran a las filas al reunir un poco de cada una de las etapas de su discografía.
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