La cineasta, productora y actriz estadounidense Amy Redford presentó su más reciente largometraje, Roost (también llamado What comes around), en el marco del vigésimo aniversario del FICM. Crónica Escenario estuvo presente en una charla con medios que la artista sostuvo, donde ahondó en la importancia del cine independiente, su forma de realizar cine y la relación entre la tecnología, el streaming y la experiencia de vivir el séptimo arte en la sala oscura. El filme analiza los problemas que surgen entre una madre (Summer Phoenix) y su hija adolescente (Grace Van Dien) después de que esta última sea seducida on line por un hombre de 28 años (Kyle Gallner).
Amy comenzó hablando de los orígenes de este nuevo proyecto llamado Roost. “Un amigo me mandó su obra de teatro para ofrecerle retroalimentación y yo estaba en un punto en que había tomado un largo descanso entre mi ópera prima y mi segundo filme. Cuando leí The thing with feathers me pareció que podría no solamente ser una interesante película sino que era algo que podríamos hacer sin muchas complicaciones dentro del momento de la pandemia. Así que nos aventuramos a hacerla, sabiendo que tal vez él y yo seríamos los protagonistas y todo sería filmado en un IPhone pero afortunadamente captó el interés de varios conocidos y pudimos comenzar a pre producirla. Fue un proceso interesante que ahora encuentra su vida en estos festivales”, reveló.
Uno de los temas centrales del filme es la fuerza sanadora y destructora de la verdad, por lo que Redford hizo hincapié que este tópico es de sumo interés para ella. “Mi investigación siempre va alrededor de la verdad y la capacidad de poder entenderla a través de otros. Me parece que eso establece un halo de libertad para reconocer el dolor que hemos infligido en alguien más y aunque hayas hecho algo hace mucho tiempo atrás, nunca es tarde para evitar que alguien sienta el efecto de dudar de su percepción o juicio, haciéndole pasar por loca. Además, vivimos en un mundo tan polarizado que no acepta intermedios, sólo buenos o malos. Sin embargo, para mí en la humanidad siempre existen los espectros y matices, hay un sentido de responsabilidad para todos y ojalá podamos abrirnos a ello, pues es la base para escuchar y conversar en lugar de acusar y apuntar el dedo”, declaró.
Para Amy Redford, que forma parte del comité de uno de los festivales más importantes de cine en el mundo, Sundance, el cine independiente es complicado de hacer pero en él radica una gran importancia. “Es difícil pues no se consigue un financiamiento tan fácilmente. Solo queda seguir trabajando para dar voz a este tipo de historias necesarias en esta industria. Hay que recordar que es este tipo de proyectos los que crean un balance de la narrativa humana. Lo que las películas de este corte ofrecen es darnos acceso a nuevas experiencias, a conocer relatos de gente con la que creemos no tener nada en común. Como artista, creo en la inteligencia de la audiencia y su capacidad de crear empatía a través de estas voces independientes que están ahí, dándonos estos vistazos del mundo”, aseveró.
La hija del talentoso ganador del Oscar, Robert Redford, señaló que debe haber un equilibrio en la industria para todo tipo de narrativas. “Existe lugar para las mega producciones de Hollywood y el escapismo que ellas ofrecen mientras que las cintas independientes nos dan la oportunidad de experimentar las pérdidas de otras personas y poder dar un vistazo hacia dentro de nosotros mismos. Cineastas mexicanos han salido de ahí para volverse de renombre, también existen realizadoras importantes que están dándonos obras muy interesantes. Mientras más apoyo les podamos dar a esos talentos, más podremos ser capaces de crear un puente entre culturas sin caer en la asimilación, más bien creando una simbiosis. Así se crea un sentido de coexistencia enriquecedor que, espero, siga siendo fundamental para toda la sociedad. La posibilidad de contar historias es algo característico que debe sostenerse siempre”, expresó.
Recordando a su padre, Amy expresó cuál ha sido el mejor aprendizaje o consejo obtenido de él para forjar su propia carrera. “Mi padre ha sido fundamental para mi carrera y, como ser humano, me transmitió el confiar en el arduo trabajo, en la constancia que eso otorga, en mantener siempre el buen humor pero sobre todo conservar la humildad siempre con las personas que conoces y laboras pues hacer una película no es un arte solitario sino que requiere del apoyo de todos. Lo entendí desde pequeña al verlo dirigir, su trato con la gente en el set fue algo que tomé no como algo que me dijera verbalmente sino que aprendí a través de sus actos. Eso y el apasionarte por lo que haces, especialmente si es cine, pues es algo que no es para los débiles de corazón”, destacó.
Asimismo, la cineasta y actriz admite que aunque no hay comparación entre lo hecho por ambos, si existe un vaso comunicativo en sus visiones. “Él es una persona del mundo y no existe manera en que yo pudiera reproducir o replicar todo lo que ha realizado. Comenzando por los relatos que cuento, que son de una naturaleza mucho más íntima. Así que he tenido que hacer mi camino a través de lo que tengo que decir y lo que sé, aunque su mayor influencia que puedo admitir es que tomo estas historias a partir de los paisajes que él ha decidido mostrar así como su constante búsqueda por darle voz a los que no la tienen. Ese es el único punto en que convergemos como artistas y agradezco eso”, manifestó.
La tecnología y el uso de nuevas formas para crear narrativas cinematográficas también fue objeto de conversación por parte de Redford, quien no negó la posibilidad de usar un celular para hacer un largometraje. “Si la historia lo requiere y funciona para ello, lo haría. Los avances que ha hecho la tecnología son increíbles y eso ha ayudado a que muchos jóvenes puedan tener mayor libertad de realizar un proyecto con calidad de imagen en 4K, que normalmente cuesta muchísimo dinero. Soy creyente de que las personas tenemos muchas historias grandiosas por contar y estas nuevas generaciones han aprovechado los recursos para hacerlo. Es innegable que todos vivimos en nuestros celulares así que es muy congruente que alguien utilice esa herramienta para captar lo que ve o vive día a día. Me parece que hay que aprender a valorar tanto las pantallas pequeñas como las grandes de las salas de cine. Me emociona todo lo que venga en ese sentido porque, a final de cuentas, permite el acceso a las experiencias de más personas”, reflexionó la talentosa estadounidense.
Además del uso de drones y celulares, la tecnología también avanzó con la llegada del streaming. Para Amy, lo mejor para el cine y la televisión es encontrar un balance. “Existe una democratización derivada de la creación de las plataformas de streaming ya que nos dan acceso a más historias y series de todo el mundo que resultan asombrosas. Hay más opciones, más refinamiento, creo que ha generado que mucha gente tenga alcance a lugares que antes pensaba inaccesibles. Por mi parte, amo la experiencia que la sala de cine otorga, esa capacidad de absorberte con su historia y no distraerte porque genera una convivencia que rompe con esa sensación solitaria que a veces tenemos en casa. Pero siendo honesta, creo que ambas deben coexistir y seguir creciendo juntos”, enfatizó.
Amy Redford aprovechó acerca de su interés por contar historias y hacerse cargo de nuevos proyectos, algo que no se toma a la ligera. “El mundo ha cambiado mucho desde mi primera película y mis otras colaboraciones en videos y series de televisión. Me siento obligada a hacer proyectos que hablen de la sociedad estadounidense y lo que está enfrentando. También, ahora soy madre y las cosas que decido crear tienen una implicación con mis hijos. Para poder contar ahora una historia debo ser capaz de mirar a sus caras y saber que valdrá la pena hacerlo. Eso me ha ayudado a discernir entre lo que quiero hacer y qué no. Además, tengo problemas con la idea de imponer un mensaje en mis proyectos. Me preocupa más que genere una reflexión introspectiva, que ofrezca un tema de conversación y que la gente tome lo que les haya impactado de ella”, expuso.
Finalmente, adelantó un poco de lo que sería su siguiente proyecto en cine. “Es un largometraje que buscará mostrar la vida de un pequeño pueblo minero en Estados Unidos, mismos que son como una especie en peligro de extinción debido a la homogeneidad y progreso que arrasa con ellas. Eso me parece muy peligroso porque creo que la gracia y belleza de mi país está siendo socavada por las grandes corporaciones. Así que espero poder contar esta historia a través de la mirada de estos jóvenes que serán los protagonistas”, concluyó.
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