Escenario

Anabel Caso: “Hay que conocer nuestros cuerpos para tener una mayor responsabilidad afectiva, sexual y emocional”

ENTREVISTA. La directora cuenta en Trigal, su ópera prima, una historia sobre el deseo femenino, los límites al acercarse al otro sexo y la pubertad a través de la mirada de dos primas durante un verano

La escritora y periodista Camila Sosa Villada
La cineasta Anabel Caso. La cineasta Anabel Caso. (CORTESÍA)

En la edición número 20 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), uno de los filmes que compitieron en la sección oficial de Largometraje Mexicano fue Trigal, dirigido por Anabel Caso, quien presenta su primer trabajo cinematográfico en formato largo con una historia que resulta bastante personal para ella y que en cierta forma podrá parecerle familiar a muchas personas que la vean en la pantalla. Crónica Escenario platicó con la cineasta sobre su particular coming of age que tiene lugar en el campo.

Durante el verano, Sofía, de trece años de edad, se traslada a la casa de campo donde la espera su prima Cristina para pasar juntas las vacaciones y en medio de esos días de juegos las dos comienzan a explorar su sexualidad mientras se ven sumergidas en un triángulo amoroso con un hombre que es casi veinte años mayor que ellas, situación que marcará para ambas su inevitable paso de la pubertad a la adolescencia.

Trigal es una historia que surgió a partir de una trama relacionada con mi infancia en el campo argentino y ciertas vivencias con una prima mía y mis primas y mis tías, porque hay mucha familia en la historia y a partir de esta trama principal se fueron construyendo una serie de memorias con otra serie de elementos que aparecen en la película, que tienen que ver con el despertar sexual de las niñas y fundamentalmente con el pasar de la pubertad a la adolescencia y todo lo que eso implicaba, que tenía que ver también con el tema del deseo femenino, del consentimiento y de los límites a la hora de acercarse al otro sexo”, compartió la realizadora sobre cómo surgió y cómo fue tomando forma la historia de su ópera prima.

“El cuerpo es fantástico, la relación con nuestro cuerpo es maravillosa porque es el cuerpo en el que vivimos y es en el cuerpo que se despiertan una serie de sensaciones no solo en la adolescencia, sino también en la adultez y en la infancia, que tenemos que abrazar con muchísimo cariño y con muchísima empatía. No hablar de esos temas por cuestiones de religión, cuestiones sociales o tabúes es reprimir impulsos humanos que tenemos, cuanto más hablemos de estas cosas y cuanto más seamos amigos de nuestros cuerpos vamos a tener una mayor responsabilidad acerca de las decisiones afectivas, sexuales y emocionales que tomamos en nuestras vidas”, expresó la cineasta acerca de la importancia de hablar del despertar sexual como lo hace en su cinta.

La película presenta un conflicto en la relación que existe entre sus protagonistas con la presencia de la figura masculina que representa el deseo para ellas. “Es un poco donde las niñas depositan sus miradas de deseo y es el campo en el que ellas se lanzan, haciendo un poco una metáfora con el trigal para empezar a explorar su propia feminidad que puede haber sido explorada de diferentes maneras, también en la película se plantean temas de exploración entre ellas y de autoexploración pero es con los hombres donde se da este despertar a la sexualidad, un hombre les empieza a provocar una serie de sensaciones y ellas van avanzando con eso conforme avanza la película para ir explorando ese territorio, desde el punto de vista de los hombres es también un lugar de responsabilidad en donde hay el consentimiento sexual a la hora de entablar una relación erótica, a la hora de entablar una relación sexual o entablar una relación afectiva, hay toda una responsabilidad de los límites de cuánto se consiente o no se consiente porque las niñas están en una situación de desventaja”, comentó la directora sobre el rol masculino en su historia.

Una parte importante para el adecuado funcionamiento de la trama es la relación que existe entre las dos jóvenes protagonistas, Sofía y Cristina, interpretadas respectivamente por Emilia Berjón Ramírez y Abril Michel, quienes tienen una química especial que se nota fácilmente en la pantalla. “Fue un proceso padrísimo porque tuve la posibilidad de hablar con muchas niñas durante el casting y me relataron sus experiencias acerca de la pubertad y la adolescencia, entre todas esas niñas apareció Abril que ya traía una historia de actuación bastante importante haciendo teatro y televisión, su arrojo y su belleza me conquistaron inmediatamente y además es una actriz tremenda; luego apareció Emilia que es la hija Arcelia Ramírez y tenía una frescura y una naturalidad incomparables, a la hora de juntarlas y de empezar a trabajar hicieron química inmediatamente y fuimos generando la relación de amistad entre ellas que se ve a la larga en la película”, dijo Anabel Caso acerca del proceso para encontrar a sus dos actrices principales.

Tras su paso en el FICM, ya hay planes para llevar Trigal a algunos festivales internacionales de cine y para estrenarla probablemente durante el mes de febrero del siguiente año en cines mexicanos.

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