Habiendo obtenido los premios a Mejor Documental y el Reconocimiento de la Prensa en el pasado Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), Andrés Kaiser se presenta con su nuevo trabajo Teorema de tiempo (2022) en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el cual explora los diferentes alcances que tienen las memorias y las piezas de archivo como método de registro temporal y emocional.
Arnoldo Kaiser y Anita Schlittler, abuelos del director, son los protagonistas de un documental que explora un pasado lleno de represión sentimental, jerarquización familiar y el arte como plataforma de desfogue ante las costumbres hegemónicas que la figura paterna solía imponer en sus círculos más cercanos.
Fue a partir de su primer largometraje Feral (2018) donde Kaiser mostró un genuino interés por el material de archivo usado como esquema narrativo, el cual extendió hasta su nuevo trabajo y ha recibido una aceptación importante por parte del público y la audiencia:
“Desarrollé una fuerte atracción hacía el Found Footage, y la idea de encontrarme con fragmentos de imágenes ajenas que por alguna u otra razón pueden resultar más estéticos o misteriosos de lo que uno pude haber construido, me parecía sorprendente. Cuando descubrí los archivos Prelinger, ubicados en Estados Unidos, mi fascinación por el cine huérfano se incrementó”, expresó el cineasta sobre sus primeros acercamientos al estilo que usaría en sus primeros trabajos.
Al obtener esta gran admiración por dicho estilo, Andrés tuvo contacto con algunos materiales que sus abuelos habían recopilado a lo largo de su vida, creando una curiosidad latente en el joven para hacer uso de los mismos:
“Hace 10 años, me encuentro con que mi familia había generado muchísimo material, aunado a mi propia fascinación por este tipo de recursos – en parte gracias a mi papá – fue donde mi panorama se aclaró en el hecho de que debía utilizarlo para una película, llegando todo a ser complementario”, remarcó Kaiser sobre los inicios de este proyecto.
El ser humano posee una necesidad inherente de ser observado, de expresar su naturaleza por distintos medios y que esta pueda convertirse en algo imperecedero. Teorema de tiempo circunda en la figura de Arnoldo, quien posee una obsesión de trasladar su vida, pasiones y sueños fallidos a la pantalla:
“Creo que todo el impulso de creación de Arnoldo se debía a un presente que Oscar Wilde denominaba como ‘El arte por el arte’, que tiene que ver con la creación de una obra sin la necesidad de una respuesta del público, es decir, solo por la mera creación ante una exigencia propia de divertimento inmediato y de expresión, aunado a una proyección que él poseía desde un perfil actoral, una imposición de colocarse frente a la cámara constantemente, sin importar lo que vendría después; me parece que para mi abuelo, el futuro lo tenía sin cuidado”, opinó el cineasta sobre las posibles ambiciones que Arnoldo desprendía con estas grabaciones caseras.
El cine, y la creación artística en general, funciona como un vínculo catártico con nuestros sentimientos, emociones, inquietudes o discursos sociales, y es aquí donde la visión amateur del protagonista de Teorema del tiempo desprende su perfil innato frente a una cámara para contar aquello que lo formó como un individuo que forma parte de un colectivo:
“El arte es un producto de la expresión humana, la cual es muy variada y diversa, y considero un error el acotarlo; un ejemplo es la labor del cine, el cual me parece que no tiene que ver con una temática social, esto es una falacia. En ese sentido, considero que son muchas las fuentes de donde puede surgir una obra de arte, como lo son las partes más oscuras del ser humano, frustraciones, tristezas, dolencias, también se pueden convertir en un punto de creación”, mencionó el creador de la cinta sobre las inspiraciones que su abuelo vertía en sus filmes.
“El quitarle un poco al arte esa idea de que es algo sublime y casi divino, me parece importante para verlo como lo que es, bajarlo a un plano más terrenal y observar que todos tenemos necesidades de expresión artística, siendo algo que representa el cine casero, por un lado, reflejando la enorme capacidad de expresión de la gente común – tirando la idea del artista como un rey midas o alguien inaccesible – y por el otro, traer la tragedia de la gran pérdida del patrimonio, ya que muchos son los trabajos que se han perdido a lo largo de la historia, quedándonos solo con la memoria industrial, algo realmente grave”, complementó el cineasta ante la reflexión de la funcionalidad del arte y los alcances de los materiales caseros.
La cinta refleja un conjunto de ideas sobre la memoria, el tiempo, así como el rescate de la expresión humana a partir de piezas caseras que sirven como axiomas del accionar emocional, creando un teorema acerca del arte que es aterrizado en un punto más cercano hacía cualquier público que cuente con la necesidad de transformar sus conceptos en un soporte artístico. Sin embargo, nos preguntamos, ¿cuál es el teorema que construirá la carrera cinematográfica de Andrés Kaiser?
“En el caso de la película, el axioma es el cine, lo innegable, siendo los postulados el paso del tiempo y su inevitabilidad en cualquier persona. En el caso de mi carrera, o de mi voz como artista, he descubierto que aquello que tiene que ver con fe y la familia, son los temas que me están llamando en todos mis proyectos, dado a que son conceptos que pueden ser tomados como espadas de doble filo, y me gusta esa dualidad”, concluyó el director de Feral (2018).
Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .