Con su capacidad para abordar y recrear la memoria histórica en la gran pantalla, el cine argentino podría sumar este domingo su tercer Oscar a Mejor Película Internacional con Argentina, 1985, que, según su ministro de Cultura, Tristán Bauer, es otro ejemplo de la “resistencia” que las artes opusieron al terror implantado por la dictadura.
“Esa dictadura cívico-militar que irrumpió en el año 76 fue algo verdaderamente atroz, fue atroz para la Argentina, para la región, para la humanidad... Se cometieron atrocidades que, me atrevo a decir, ni siquiera los nazis llevaron adelante. Hubo un modelo de resistencia a esa dictadura desde distintos sectores y de distintas formas”, explica en entrevista con EFE el también cineasta.
Su mayor valoración es para las Madres y Abuelas de Mayo, pero, agrega, “también desde las artes hubo muchísima resistencia”, con un “rol central” para la literatura y el teatro y, posteriormente, del sector audiovisual, con “una cinematografía que no le dio la espalda a esos acontecimientos” hasta hoy.
“Por eso el impacto de Argentina, 1985 aquí en la Argentina, más allá de ese extraordinario impacto internacional, ha sido muy importante”, agrega en vísperas de la gala de Los Ángeles el realizador de la multipremiada Iluminados por el fuego (2005), que retrató las secuelas psicológicas en combatientes argentinos tras la guerra de Malvinas.
Aquel fue un capítulo “muy doloroso” de la historia reciente argentina, comenta Bauer, y agrega que supuso “un gran desafío” hacer aquel filme, ganador de un Goya y del Premio Especial del Jurado del Festival de San Sebastián.
“Cuando miro para atrás y en perspectiva histórica, fue también una película muy importante que trajo un tema que a veces no queremos mirar”, explica sobre lo que llama “tiempo de desmalvinización”, en alusión al silencio sobre la derrota y los excombatientes que duraron varios años.
Bauer pondera la película de Santiago Mitre como “reflexión” sobre “un tema que es central en la historia bastante reciente” del país y un recordatorio “para toda aquella generación joven y muy joven que no vivió los acontecimientos trágicos”.
Argentina, 1985, que este domingo puede sumarse a una exitosa nómina integrada por La historia oficial (1985) y El secreto de sus ojos (2009), recrea cómo se gestó el juicio que condenó a los líderes de la última dictadura (1976-1983).
PASIÓN VS CRISIS
El cine argentino vive décadas de reconocimiento a nivel internacional, con realizadores como Adolfo Aristarain, Luis Puenzo y Juan José Campanella e intérpretes como Federico Luppi, Ricardo Darín, Norma Aleandro, Héctor Alterio y Cecilia Roth, entre otros, cuyos trabajos han dado la vuelta al mundo.
La calidad de sus películas contrasta con las crisis económicas que, como ahora, golpean al país, lo que, según el ministro, tiene que ver con la “pasión” que “permite derribar muchas barreras de imposibilidad”.
“Somos absolutamente apasionados”, expresa Bauer, quien agrega que, además de las coproducciones, fundamentalmente con España, que han permitido financiar numerosos proyectos, “está el espíritu de esos directores, productores, actrices, actores, técnicos, que dan todo lo mejor de sí para que una película pueda ser concluida con estos parámetros de calidad”.
Además, el director de Después de la tormenta (1991) resalta el valor de la “formación” gracias a la existencia, desde 1968, de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional, que crea el Instituto Nacional de Cine y que da a Argentina “una tradición”.
¿TERCERA ESTRELLA?
Durante la entrevista en el Centro Cultural Kirchner, en Buenos Aires, Bauer reitera sus felicitaciones al equipo, del que resalta a Darín, “ese actor emblemático y fundamental” de la cinematografía argentina, y a Javier Juliá, también director de fotografía de Iluminados por el fuego, con quien tiene una “profunda relación”.
El realizador valora como “muy difícil” la “reconstrucción histórica” del filme, ya que “cuando vos tenés que representar una figura como un fiscal (Julio Strassera), al cual lo hemos visto, hay testimonios de él, no es una representación de alguien desconocido”.
En el país tres veces campeón del mundo de fútbol, que ahora puede igualar ese número en estatuillas a Mejor Película Internacional -suma 7 en otras categorías-, Bauer rescata la “gran enseñanza” que dejó el triunfo en Qatar 2022 sobre el “trabajo de equipo”, que el deporte comparte con el cine.
“Tenemos los otros dos Oscar y sumar un tercer Oscar (a Mejor Película Internacional), la tercera estrellita de la mano del cine y un cine que, de nuevo, vuelve a abordar nuestra memoria, como fue La historia oficial, de Puenzo, nos llena de esperanza”, concluye.
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