El rock es uno de los géneros más amplios que existen en la industria musical; desde su creación en los 50 en Estados Unidos, ha derivado en una amplia gama de estilos, lo que ha permitido que permee a través del tiempo, la sociedad entre sus variantes y la industria musical.
En México, el rocanrol dio sus primeros pasos con grupos como Los Teen Tops, Los Rebeldes del Rock o Los Locos del Ritmo; para el momento en que el género se convirtió en un estandarte para los jóvenes mexicanos, surgieron más grupos que aportaron de diversidad al estilo, hasta el momento en que Avandaro llegó como el primer gran festival de música en el país, acompañado posteriormente de una tremenda censura gubernamental por la idea de que este tipo de música traía consigo rebeldía o, como lo mencionaba en ese entonces el peródico Alarma!, “el infierno” con “encueramiento, mariguaniza, degenere sexual, mugre, pelos, sangre, muerte”.
A pesar de estas preconcepciones, el género jamás desapareció del suelo mexicano y se siguieron creando grupos y espacios con un mismo amor a la música. Así es como, desde el año pasado fue publicado el colosal trabajo de músicos, melómanos, periodistas y coleccionistas para tratar de definir cuáles son los 200 discos más chingones del rocanrol mexicano.
La publicación ofrece “un retrato de dos generaciones”, donde David Cortés y Alejandro González Castillo buscaron aquellos perfiles que a lo largo del tiempo han destacado por su especialidad dentro de la cantidad de géneros que exploran.
“Si bien (el rock) no está en el primer plano de popularidad, lo cierto es que la calidad es muy grande” señala uno de los principales autores del libro, David Cortés, en entrevista para Crónica Escenario, “tanto a nivel de ejecución, composición y performance (...) ha hecho que crezca mucho”.
Desde el clásico rocanrol sesentero de Los Ovnis, hasta sonidos más actuales como Exploded View, el libro explora 200 propuestas musicales surgidas en México durante las últimas 6 décadas y ofrece al lector la oportunidad de conocer más, no solo de las bandas más icónicas de los últimos tiempos, sino de propuestas que ofrecen un estilo refrescante o alternativo de hacer música.
“Es lo más representativo de géneros que no están al ojo del público”, apuntó Cortés, “estamos conscientes que en un universo tan vasto no pueden estar representados todos”. La intención de los colaboradores es dar luz a las escenas más alternativas del rock mexicano mientras capturan la esencia del estilo musical en el país.
El escritor explica que la chamba de quienes participaron en el libro, consistió en sacar aquellos discos destacables “del subterráneo” para que nosotros podamos “jalar la hebrita y encontrar cosas increíbles de la historia del rock en México”.
El rock termina siendo una suerte de abuelo para géneros como la electrónica o el hip hop gracias a que “es un género híbrido que acepta mezclas”, pues asegura que una de sus características principales es “andar robando un poquito de otro género”.
Por este motivo, podremos encontrar a personajes con los que la palabra rock no encaja del todo a primera vista, pero con quienes de cierto modo, sí se llega a un puerto de comunión con la cultura que representa este género.
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